domingo, 17 de octubre de 2010

El vigilante (Haiku)

Cuantas veces, al pié de las musgosas
paredes que la guardan,
oí reisdr a la muchacha.

Cuantas veces ví temblar tras los vidrios
el fulgor de una lámpara.
Cuántas veces vagué medroso,
por la plaza desierta.

Cuantas veces soñé, enmarcando tu silueta
con la luna plateada.

Cuando, con mi llanto
los cantos regaba
un silencio de tristeza
me invadía el alma.


Publicado en www.caceresentumano.com

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