domingo, 19 de febrero de 2012

Carnaval 2012 como lo ven mis ojos.

El ambiente, era divertido, las risas se prodigaban por doquier tras las máscaras de porcelana que cumplen con la función rastrera de esconder la verdadera expresión. Es una de esas fiestas divertidas, que todos los años se festejan, nada menos que en la casa del jefazo. Los abrazos hipócritas, se prodigan por doquier, los ¡hola! ¿No me conoces?.
Mientras las copas se llenan y vaciaban en los huecos de las bocas de mentira, con tanta rapidez que no dejaban pensar en lo que de verdad importaba. El jefe siempre tenía la sartén por el mango, (es imprescindible hacerle la velada agradable) un mango, que si no fuera por sus subordinados no sabría como manejarlo. Pero el solo tenía la clave de las sonrisas, esas sonrisas que casi ninguno dibujaba en su verdadero rostro, pero sí en el rostro de porcelana fría y pálida, que quizás mañana desapareciera para dar paso a la mueca amarga y verdadera del que sabe que quizá tenga que volver a ponerse de nuevo esa misma máscara que haga disimular su desencanto. Después que se supo el legado de los cinco millones de parados que nos dejaron algunos políticos sin escrúpulos que solo pensaron en su ego.

1 comentario :

  1. Teresa. Que buena crítica del carnaval.2012 me gusta.

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