lunes, 3 de diciembre de 2012

Oscuridad

Aquella tarde había bajado la temperatura de manera inesperada y me cogió por sorpresa, sólo llevaba puesto unos vaqueros y una camisa de cuadros azul haciendo juego con un suéter.
Había salido de casa de mis padres y corría, entre cansada y apresurada, el paseo de la avenida. El camino lo conocía de memoria y podía llegar a recorrerlo casi con los ojos cerrados.
Se había levantado una brisa fría y desapacible, miré al cielo y pude apreciar una cordillera de nubes gris azulado que  decoraba el horizonte ya casi en penumbra. Las hojas secas crujían bajo mis pies haciéndome dificultoso el avanzar. Era normal, en otoño caen tantas y tantas hojas  que tienes que aprender esquivarlas con destreza.
Saqué de mi bolso mi reproductor y pensé en disfrutar de la fría caminata con mi música preferida.
De repente, veo que se empiezan a apagar las luces de las farolas, edificios, semáforos, y hasta los faros de los coches que circulaban se apagaron. En unos segundos, todo se quedó en la más absoluta oscuridad. Asustada apago mi reproductor. Siento que el terror se apodera de mí, es la hora de la dormida, los pájaros en las ramas de los árboles se alborotan, es tal el ruido que creo, que me estoy quedando sorda.
Sigo aterrada, no es normal que se apague toda una ciudad, y no quede ningún resquicio de luz en las casas, o que los coches no puedan alumbrar con sus faros el asfalto por donde circulan. Necesito serenarme, no es momento para anular ninguno de mis sentidos.
Me doy cuenta de que ni siquiera puedo verme a mí misma, la oscuridad es total, negra y  a cada paso minúsculo que doy, parece que camino sobre el vacío, es como si anduviera por una cuerda floja. Ahora voy a tientas, no sé donde me encuentro, mi instinto me dice que intente palpar con las manos por donde voy, pero… ¿sé acaso lo que se puede tocar?
Mientras, el siniestro trino de los malditos pájaros se me hace a cada momento más insoportable.
Dudo en avanzar o retroceder. Puedo intentar volver a casa de mis padres pero los 150 metros que me separan de ella, no sé cómo recorrerlos. Doy la vuelta, lo intento pero las hojas del suelo ahora se mezclan con una sustancia extraña que parece lodo pegajoso donde se quedan pegados mis zapatos. Pienso que me estoy alejando del camino a seguir, estoy pérdida. Una luz lejana como una luciérnaga me hace concebir esperanzas y creo que me encuentro cerca del parque por donde tengo que pasar para llegar a mi casa. Pero está muy lejos y es tan tenue que su luz es imposible pueda guiarme.
M e paro y mi corazón empieza a latir muy rápido, tanto que me creo que me voy a marear mientras mis piernas tiemblan sobre una tierra  vacilante.
 Intento calmarme pero no es tan fácil. No sé si seguir, presiento que he cogido el camino equivocado, porque al palpar con los pies, solo percibo piedras muy grandes a mi alrededor. No me encuentro segura, me puedo caer en cualquier momento, y además, no reconozco nada que pueda parecerse al camino que suelo recorrer a diario. No se dónde me encuentro.
En el silencio, empiezo a oír voces a lo lejos de gente que se ha quedado atrapada en la oscuridad igual que yo. No puedo saber muy bien de donde proceden, y no entiendo muy bien lo que dicen, pero cada vez se oye con más claridad. Están diciendo mi nombre: Sara, Sara…
En esta situación quiero sentir y pensar para mi alivio que quizás sea alguien de mi familia que viene a rescatarme de la horrible oscuridad, pero me doy cuenta, que mi nombre es pronunciado y repetido por autómatas, con voz robótica y eco metálico.
A cada momento siento que los nervios se apoderan de mí, porque no sé quiénes  son ni que quieren de mí. Quizás vengan a por mí por alguna razón que yo desconozco.
Ya no me muevo, ni tan solo respiro, así no podrán saber donde me encuentro. Me quedaré aquí de pié hasta que pase todo. Las autoridades no pueden permitir que una ciudad esté mucho tiempo a oscuras, pensé. Será cuestión de unos minutos y todo pasará, estoy segura, me repito  una y otra vez.
En aquel siniestro silencio empieza a levantarse un viento que hace me cueste mantenerme en pié en medio de aquel pedregal. Siento los zapatos los aprisionados entre las piedras que me restan estabilidad y el viento aprovecha para bambolearme como si fuera una cometa de papel levantando las hojas del suelo que me golpean la cara una y otra vez.
 Empiezo a oír agua, es como si estuviera cerca un río, o quizás una fuente cercana. Noto que mis zapatos se mojan, se cubren de agua. La corriente que siento es cada vez más fuerte, ya me cubre los tobillos…
De repente, el agua se deja de oír desapareciendo como si hubiera encontrado un desagüe.
Empiezo a pensar que ya todo ha pasado y de nuevo oigo aquellas voces insistentes. Siento cómo me rodean y dan vueltas sobre mí, parece que no son personas. Las voces vuelan como si no pertenecieran a ningún cuerpo, se entremezclan unas con otras, solo se oye con claridad mi nombre mezclado con las risas de un niño pequeño.
Es horrible, y siento que no puedo aguantar más esta situación. Quiero gritar y pedir ayuda, pero la garganta me responde con un espasmo, que hace que mi voz sea agónica. Intento mirar en la oscuridad, pero me pregunto, ¿y si la oscuridad no es real y soy yo, que me he quedado ciega? Por un instante recordé haber leído, que por un fallo neurológico, una persona se puede quedar ciega de repente.
¿Será eso lo que me ha pasado a mí?
Me encuentro desorientada y confusa, con sensaciones extrañas, que quizás no se correspondan a la realidad.
Pero la verdad es que me encuentro sola, aquí, en medio de la oscuridad y sin ayuda. Vuelvo a intentar gritar cada vez con más fuerzas, pero no me sale la voz. Lloro y lloro angustiada. Cuando despierto, me encuentro en mi cama, con la ropa en el suelo. Empapada en sudor por la fiebre y con mi sobrino, que con su carita de ángel me llama insistentemente: Tita, tita…despierta.

1 comentario :

  1. ¡ Qué pesadilla, estoy yo sudando!!! Pero mejor que haberse quedado ciega, pensé que iba a ser ese el final...
    Creando estas atmósferas asfixiantes de terror eres genial.
    Un abrazo

    ResponderEliminar