miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Fue un resplandor lo que esntró por mi ventana? (final)



 Ahora era una voz autoritaria la que decía:
-          Ya sabes el secreto de la familia que parecías tener ganas de desentrañar. Ya no tienes vuelta atrás ¿te acuerdas de tus primos que perecieron en un accidente extraño de coche? fueron muy osados y como tú también descubrieron nuestro laboratorio…sí, de armas biológicas pero creí que tú eras diferente, algo sosita quizás,  pero tuviste que entrar en el encinar y cometer el mismo error que ellos.
Yo después de escuchar estas palabras, me mantuve quieta como la mujer de Lot y hasta creí que me había convertido en  una estatua de sal. De pronto sonaron cascos de caballos que se acercaban. Era la guardia civil que alertada por los obreros llegaban para investigar los misteriosos sucesos que los hombres habían contado que ocurrieron en esa finca.
Me monto en mi coche apresuradamente porque quiero alejarme de esa pesadilla quedando previamente con la autoridad para dar mi versión de los hechos. Cuando mi coche se alejaba de la casa, una terrible explosión se produjo en el sótano y la destruyó, que en unos instantes se convirtió en cenizas. Aquella  mercancía que se elaboraba allí y que era esperada con ansiedad por unos  terroristas nunca llegaría a su destino y salvaría de la masacre a un pueblo, que su mayor anhelo es tan solo  trabajar en paz.
Aquel día me di cuenta del el riesgo que conlleva el tropezarse, desvelar historias y fenómenos que escapan a nuestra comprensión. Porque ahora estaba todo claro para mí, todo había sido un experimento que después de tantos años de clandestinidad no supieron controlar y que  provocó aquella matanza de cerdos. También supe que aquella tía-abuela no pertenecía a la familia porque era Afgana, fruto de unos amores de mi bisabuelo que le gustaba mucho viajar a ese país. Algunas veces le oyó mi padre decir que era donde tenía sus raíces… ¿y porqué ningún hijo heredó ningún rasgo de él?


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