De
repente el tañido de una campana le sobresaltó, pero la luz en la que se movía
era escasa y no supo orientarse para saber de dónde venía el sonido, aguzó los
oídos, quería estar segura que se trataba del tañido de una campana de una
iglesia, pero ya había perdido el norte junto con sus esperanzas de salir de
allí donde fuera que se encontrara, ya dudaba hasta de saber quién era, una voz
en la oscuridad le hizo concebir esperanzas.
-Vaya-
dijo la voz-has encontrado este lugar tú solita.
Anna ya no temblaba, ahora se encontraba
paralizada por el terror y la esperanza de poder salir de allí. Esa voz de
nuevo vuelve a decir:
-¿Sabes
que estás en el segundo sótano?, no temas jovencita que te voy a decir cómo
puedes salir de aquí.
Anna
no sabía dónde mirar, pues todo a su alrededor era oscuridad ¿pero qué hacía
ella en el segundo sótano? Si ella lo que intentaba era subir las escaleras…
De
nuevo aquella voz le sacó de su ensoñación:
-
Según sales a la derecha, te encontraras con el ascensor…
¿Pero
dónde estaba la derecha a la que se refería aquella voz? Aquella voz de hombre
seguía hablando, pero Anna desilusionada creía percibirla cada vez más lejos… y
lo último que pudo oír fue:
-No
olvides que al término del pasillo y de frente llegarás a un despacho que en la
puerta tiene el número 2-s-2.
Anna
abrió los ojos y sorprendida se vio rodeada de su familia, se encontraba
tumbada en el sofá, todos estaban allí con el médico que había sido llamado y
que esperaban que tuviera un reacción favorable después de haber sufrido una
terrible caída desde las escaleras en las que estaba subida mientras limpiaba
el cristal de su vestidor.
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