jueves, 11 de mayo de 2017

El Símbolo Capitulo Tercero

Aliviadas pudimos ver que en uno de los rincones se encontraba una mujer, que al vernos abrazaba protectora a dos niños que nos miraban espantados, Anna y yo, nos acercamos para acariciarlos, para que no temieran nada de nosotras, pero la mujer al igual que los niños corrió hacia el otro extremo de la habitación.
Entonces al mirarlos descubrimos que por cima de sus cabezas había un nicho cavado en la roca  era de forma rectangular, dentro de ese rectángulo se podía distinguir cuatro cuadrados que eran lápidas pulidas de pizarra negra, donde se podía ver unas marcas en cada una de ellas, nos acercamos  hasta casi tocarlas, (era deformación profesional) miramos aquel hallazgo cómo algo impresionante, y nos atrevimos a limpiar una de aquellas pequeñas lápidas con la manga de mi chaqueta, pero no parecía suficiente para que pudiéramos saber de qué se trataba, también la tapaba una capa de arenisca que se encontraba adherida a ellas, soplamos con cuidado, y para nuestra sorpresa nos encontramos con signos, Anna me dice.
 ¿Te hace  recordar algo  estos signos?
Yo me puse a temblar, los caracteres de aquella escritura, el pictograma, allí, en aquella sencilla lápida de pizarra negra se contaba sin palabras, que pertenecían a la era del Diluvio Universal, Anna ante esta definición cae al suelo desmayada, al saber que habíamos descubierto signos que por alguna razón que desconocíamos  nos eran familiares, yo, ante aquel descubrimiento, me quedé pensativa, cuando despertó Anna de su desmayo, yo aún me encontraba desorientada, y al verme así, tan confusa alarmada, me dijo.
¿Acaso sabes tú tenía la certeza de dónde nos encontramos?
Yo no pude articular palabra.
Anna, instantes después, y como una autómata se quedó mirando aquel rectángulo parecía ensimismada, pues estaba descubriendo con total nitidez que aquellos signos que estaban expuestos allí pertenecían a una era anterior de que se descubriera la escritura Babilónica. Anna reacciona ¿Has llegado a pensar que nos encontramos aquí, en un sitio que tiene más de dos mil años?
Como por arte de magia, las dos nos perdimos en el tiempo olvidando lo que creíamos ser, más calmadas leímos  las dos juntas el significado que nos presentaba el dibujo de una barca flotando en el mar enarbolando en su mástil una tabla transversal situada a medio metro de la punta.
Unos momentos después pregunto a Anna ¿Ves algo especial que yo no haya visto?
Me vas a decir que estoy loca, pero lo que yo interpreto en este dibujo no es otra cosa que la cruz de Jesús en forma de mástil, pero también hay que pensar  que es una barca de pescadores (O al menos es eso lo que parece)
Pero que hace éste símbolo aquí, ¿Dónde nos encontramos?
¿Estaría ya  previsto en aquel entonces  que pudiera haber una inundación?
Aquel excepcional he inesperado hallazgo compuestos de símbolos era tan explícito en su significado  como puede ser el de la contemplación elocuente de una flor prendida en su rosal.
Aquella definición, nos hizo percibir un sentimiento que pertenecía al pasado, era como volver atrás en la memoria, y también en el tiempo.
¿Estaríamos en el hábitat de los supervivientes cristianos que se tuvieron que esconderse debido a su persecución?
Unas voces parecían acercarse a donde nos encontrábamos, miramos asustadas, y entonces pudimos apreciar que aquel espacio en el que nos encontrábamos era el espacio de la distribución de una multitud de túneles.
Una de las mujeres, se acercó a nosotras,-- que nos dijo—parecéis despistadas ¿Acaso no sabéis que os encontráis en la provincia de Anatolia?
Nosotros somos los últimos supervivientes cristianos de estos lugares, cómo veréis cuando fuimos perseguidos por los musulmanes, tuvimos que desaparecer ¿Qué cómo lo hicimos? Construyéndonos una ciudad subterránea.

Nuestros ojos se abrieron como platos, entonces nos encontrábamos en Turquía ¿Pero cómo llegamos hasta allí desde Cáceres?











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