lunes, 30 de octubre de 2017

Catedrales Primera Parte

 Anna se encontraba en Sevilla por trabajo, siempre sintió una atracción especial por esta ciudad por su alegría y luminosidad, era según ella, perfecta para sentarse en una terraza bajo la sombra de un naranjo mientras se saborea un refresco de limón; nunca antes había sentido la curiosidad de visitar la Catedral, pero, un muchacho que cerca de ella pasaba  pareció leer sus pensamientos y, le puso en la mano un folleto explicativo de la Catedral, Anna sigue al muchacho con la mirada mientras este vociferaba los encantos que se podían encontrar al visitar la catedral,  pues es sabido  que muchas Catedrales esconden enigmas en su interior, que para cualquier profano son inexplicables, esta peculiaridad es la que hace que estas edificaciones llamadas monumentos por su grandiosidad, sean por su especial construcción en su totalidad mágicos,  porque cada piedra  que los conforman fueron exclusivamente elegidas  por unos obreros constructores llamados iniciados, pertenecientes a una especial agrupación que se dedicaban a construir palacios llenos de misterios  que junto a las Catedrales en su ejecución les sabían impregnar un saber hermético que sólo era transmitido por las llamadas sociedades secretas  que siempre fueron  consideradas cómo los depositarios de los primigenios secretos de la esotérica de Pitágoras.
Acababa de terminar la feria, por lo tanto principio del mes de Mayo del 2017, aquel día el sol se mostraba implacable aplastando los cráneos de los turistas que osaban deambular por las calles a las tres del mediodía; el olor a azahar  no era apreciable, sólo el bochorno se hacía notar con fuerzas.
Se encamina hacia la Catedral y se pone ante una de las siete puertas que al mirarla con detenimiento Anna siente cómo su cuerpo se estremece  con unos  escalofríos que estaban en total desacuerdo con el bochorno que hacía. En el frontal de la puerta pudo apreciar siete agujeros, Anna se queda por unos momentos pensativa ¿Seria casualidad que se repitiera el número de las puertas de la Catedral?
Mira exhaustivamente, no quería confundirse pero, de nuevo  se queda pensativa, esos  agujeros parecían  coincidir con los orificios que el hombre tiene en la cabeza, ( dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales y una boca) Anna ante lo  que cree es una revelación, comenzó a pensar inmediatamente en el significado que estos sietes orificios podían tener, llegando a una conclusión tan simple, cómo que todos estaban conectados entre sí  cómo la parte del cuerpo humano  que tienen por techo el cerebro, Anna no parecía encontrarse preparada para descifrar este lenguaje y, sin tener conciencia de ello, también piensa que ese número que parece mágico es obvio que también se encuentra en los días de la semana que son  siete, por unos momentos se queda pensativa, mira al cielo, y entonces recuerda que los ciclos lunares también son siete, su mente se convirtió de pronto en un torbellino de coincidencias, siete eran las etapas del hombre, siete las peticiones del padre nuestro, siete los pasos que según los alquimistas son los necesarios para alcanzar las Chakra del cuerpo.
Anna se inquieta ante la pregunta que se hace así misma, de qué, de dónde le venían esas cosas, pronto salió de dudas, pues un hombre vestido con una túnica a rayas y cabeza cubierta al estilo egipcio, llevaba a un niño  de la mano dando a entender que era su tutor, pues  iba dándole explicaciones de todo lo que veían a su paso. ¿Quién era aquel hombre para que tuviera tanta información con respecto a la catedral? Porque,  por su forma de expresarse  parecía tener mucha sapiencia con respecto al monumento, Anna, sin pensarlo se pega a su costado literalmente, pues  no quería perder ni una sola sílaba de aquel que parecía saber muchas cosas de la catedral.
Fíjate bien, le dijo el hombre al niño que parecía complacido con él relato, nos encontramos en la puerta de San Cristóbal que es según los Evangelios es el que trae la luz al mundo, no tengas miedo, porque ahora los dos juntos vamos a recorrer el camino de la sabiduría. Una vez el hombre y el niño se adentran en la catedral, Anna sigue pegada a aquella extraña pareja, pues aquel niño visto desde cerca  no parecía tal, y entonces quiso  saber algo más de ellos, no sabiendo definir por su color a que raza pertenecían. De pronto, dijo el informador, apuntando con su dedo índice una de las columnas, aquí el lenguaje se encuentra escrito  con  números cabalísticos que, si te has dado cuenta comenzó  a demostrárnoslo desde  la puerta por donde hemos entrado. Aquel hombre parecía un predicador, tal vez un sabio, pues parecía estar allí para testimoniar algo que aún no se encontraba al alcance de ningún profano, la mente de Anna no parecía encontrarse en su mejor momento, mira hacia fuera, y un coche de caballos con forma de carroza fúnebre de estilo gótica  pasaba veloz por delante de la puerta de San Cristóbal, la carroza a pesar de su velocidad y el chirreo de las ruedas al chocar con el empedrado de la calle, Anna pudo apreciar que en su decoración mostraba en relieve símbolos relacionados con la muerte.
Entonces y antes de adentrarse en la Catedral, se percata que no sabía nada de las cadenas que parecían proteger la puerta de San Cristóbal. Un guía en esos momentos les decía a unos turistas que,  representaban los límites de la jurisprudencia civil, y que allí era donde acudían los ciudadanos que pedían acogerse  al derecho de asilo, frente a la dura justicia que se impartía en el siglo XVI  y que este acogimiento fue llamado “Retraimiento” por lo tanto y dependiendo de los delitos cometidos podían permanecer inmunes dentro de aquel recinto sagrado.
El guía seguía hablando, se dice y, es por supuesto verdad que esta Catedral respira y, tiene una sola razón y, es,  porque la estructura de sus bóvedas están hechas para que se dilaten según los cambios de temperatura, permitiendo que la piedra no se agriete haciendo por lo tanto que su estructura sea más segura.
Anna no entiende el por qué aquel  hombre de la túnica a rayas parecía esperarla, pues se encontraba en el mismo sitio donde los dejó, mirando los jeroglíficos que se encontraban esculpidos en las columnas ¿Habría perdido ella la noción del tiempo?, entonces y cuando aún se encontraba confusa ante lo que creyó, estaba siendo sin dudas esperada por aquel desconocido, inquieta se queda rezagada, pero entonces creyó oír una voz que le hizo temblar “Entra las puertas están abiertas para ti”
Entonces duda si seguir al guía o a aquel hombre de la túnica. El guía informaba  que tras el fallecimiento de don Gonzalo de Mena, esta sede quedó vacante, entonces uno de los cabildos que se quedó con la presidencia, llamado don Pedro Manuel, después de tener un intrincado debate de lo que se debía hacer con el dinero que tenía la archidiócesis y, después de un largo debate, se decidió que debían construir una catedral, y se propuso, que en la construcción se incluyera el llamado corral de los Olmos que había pertenecido a una antigua mezquita; pero antes de dar por aceptado dicho proyecto y, a pesar de no estar definido  cómo tenía que ser, el cabildo dijo en voz alta, acallando las voces de los allí presentes por unos minutos. “Hagamos una iglesia tan grande que aquellos que la vieren acabada  nos tengan por locos” Anna le pareció interesante lo que contaba aquel que parecía un bien informado guía, esta catedral se consagró en 1506 siendo Arzobispo de Sevilla don Diego de Leza. Al término de su construcción ya, la archidiócesis poseía uno de los templos de mayor superficie, siendo en su totalidad de 23.457, rematado y rodeado por 157 columnas, con sus respectivas cadenas, el guía hablaba y hablaba, Anna escuchaba, pero cuando se dio cuenta se encontraba sola en aquel recinto que aunque sagrado le inspiró pánico, en su cabeza solo le quedó el eco  de la voz del guía turístico que contundente dijo, que aquella mole era de un gótico decadente.

Anna no supo cómo de nuevo se encontró frente  al hombre de la túnica, que le invita amablemente a que se una a ellos, el niño al verla le sonríe y, dirigiéndose a ella ¿Sabes que nos hemos quedado solos? Esta catedral es guay, ¿Mi protector dice que aquí se almacena  una gran cantidad de misterios?, si nos sigues, podrás ver por ti misma que todo lo que está escrito en las paredes está hecho en un lenguaje lleno de misterio y hermetismo al estar representados por símbolos y figuras geométricas  que se relacionan  numéricamente, ¿tú también las ves? el niño, parecía entirse complacido ante la atención que le prestaba  Anna, pero todo esto, --siguió diciendo--, no es para cualquiera, sólo está destinado para un selecto grupo de iniciados. 
¿Tu perteneces a alguna sociedad secreta?. 










No hay comentarios :

Publicar un comentario