lunes, 13 de noviembre de 2017

catedral, final.

  Mi protector dice que la sociedad a la que  pertenecemos, posee los conocimientos de Pitágoras, también me dice de la sabiduría  que poseemos parte de ella la hemos heredado de los Atlantas, Anna no sale de su asombro ¿Quién era aquel niño? ¿Estaría hablando con uno de los llamados herederos de Egipto?
Síguenos—dijo el hombre contundente pero con voz amable-- entonces Anna pudo ver como los dos se descalzaban, con una mirada le piden que también se descalce, Anna obedece, sin saber de qué se encontraban, y  pisa inconscientemente  uno de los símbolos del esoterismo, la estrella de cinco puntas la llamada Pentateuco.
Las vidrieras de los ventanales, dejaron de irradiar rayos de luz, ante la oscuridad reinante se veían tristes, mortecinas, sin vida y sin nada que alumbrar, aun así, aquella oscuridad no le asustaba, pues creyó estar siendo guiada por una mano invisible, y sin saber cómo mientras pisaba esa estrella se iba informando de que la catedral había sido construida de forma irregular, pues la ejecución empezó por los pies hacia la cabecera, siendo lo contrario de lo acostumbrado.
Se acercan al altar mayor, atraída por algo muy extraño que percibió, intrigada se acercó  hasta tocar el retablo, entonces asombrada pudo apreciar que aquella configuración de la que estaba compuesto el altar cambiaba según ella se iba acercando ¿Y si aquellos que la construyeron fueron castigados por no seguir las normas que eran establecidas en la construcción, haciendo por ese motivo que se quedasen allí parados en el tiempo por haber cometido ese grave error, no permitiendo que nadie osara casarse en aquel altar bajo pena de…?
Anna duda de lo que en su mente parece percibir, allí se habían casado algunos personajes destacados, pero…se horroriza, prefiere pasar por alto ese capítulo, y pensó que, qué motivo tan poderoso les prohibía según la leyenda que no dejasen ningún plano en las obras que acometían ¿Sería verdad que Felipe II los quería preservar de miradas ajenas y por lo tanto se los llevó a Madrid, haciendo  que todos los planos de las catedral que se encontraban en España, haciendo de este modo que todos los planos  perecieran bajo el incendio del Alcázar de Madrid?
La  catedral de Sevilla, escondía en su interior almacenada gran cantidad de misterios, que sin duda pensó Anna se encontraban escritos en el lenguaje de los signos, donde el misterio y el hermetismo son expuestos en forma de símbolos y figuras geométricas junto con relaciones numéricas, como le informó el pequeño pupilo,  Anna entonces sintió miedo, se encontraba descubriendo algo que  era exclusivamente destinado para un selecto grupo que eran los iniciados que solo se encontraban en distintas sociedades llamadas secretas, a la cual ella no pertenecía.
¿Quién era ella? Se preguntaba,  para qué, aquella extraña pareja le invito a recorrer con ellos los secretos de la Catedral ¿Dónde se habían escondido el hombre y el niño? No los veía, un ruido, le hace alertarse, no obstante con sigilo se acerca lentamente hacia el patio de los Naranjos, entonces ve cómo un cocodrilo arrastraba su vientre que parecía de madera, sintiéndose complacido en su paseo.
Anna dejó de tener miedo, solo sentía estupefacción, colgado del techo se encontraba  un bastón de mando que parecía poner en orden al cocodrilo, a su lado y también colgado del techo unos colmillos de elefantes en posición  de atacar al visitante, de repente se dejó oír una galopada, parecía que alguien se encontraba en apuros pues el jinete parecía clavar las espuelas al animal que relinchaba presa del dolor, Anna mira y también colgado de la pared se hallaba un bocado de caballo.
Anna a toda prisa sale como pudo sorteando las columnas de la catedral en la oscuridad. Cuando sale a la calle se sorprende al pensar de cómo pudo salir por uno de los agujeros que momentos antes había visto en la fachada; una vez fuera, miró con el corazón encogido al monumento, y entonces sus ojos descubrieron cómo las gárgolas pétreas de figuras humanas parecían mirarla cómo  invitándola a que entrara de nuevo, pero Anna supo en aquel momento  que ella no podía formar parte de ese esoterismo, sólo tuvo curiosidad, porque la  ignorancia sin  estar  preparada puede llevarte a vivir situaciones en la  que te puedes encontrar, cosas nada agradables que pueden llegar a  quedarse gravadas en tu vida sin tener modo alguno de que ese trauma desaparezca.
Una vez en la calle de pronto un murmullo se hizo notar, una cantidad ingente de personas se acercaban corriendo hacia el río Guadalquivir para observar como una balsa hecha con troncos de madera flotaba en medio del rio llevando consigo un gran bloque de granito sin nadie que lo guiara, Anna se acerca para saber qué producía tanto alboroto, pero al ver el bloque de granito encima de la balsa, se queda atónita; corre de nuevo hacia la Catedral y entonces pudo presenciar que por aquel hueco que había dejado aquel bloque, comenzaba a salir un pequeño ejército de seres extraños vestidos con túnicas egipcias ¿ Pero que estaba viendo? se pellizca un brazo, aquel ejército estaba encabezado por aquel niño y su tutor, Anna los sigue, se dirigían hacia el río, cuando llegan a la orilla de éste, el bloque de piedra como si se tratara de una catapulta, salta de la balsa sobrevolando las cabezas de los curiosos hasta tapar el hueco que antes había ocupado, pero  mientras la piedra volaba seguida por la vista de  los curiosos, la balsa era ocupada  por ese pequeño ejército de constructores, surcando río abajo hasta perderse en el infinito.
Al día siguiente, nadie de los presentes recordaba lo acaecido en el río sevillano.

 No intentes sacar a la luz lo que se encuentra oculto, pues siempre hay  alguna razón poderosa











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