domingo, 1 de julio de 2018

Qué motivos le indujeron a hacer este viaje 3º Parte

La oscuridad se hacía inminente cuando entró en la casa, busca con la mirada  una alcoba donde descansar de tantos sobresaltos, cuando corre una cortina para saber qué había en la habitación, se encuentra ante el caballero que vio paseando por el pórtico de la casa pre-romana, vestía la misma indumentaria, el sombrero y la capa descansaban encima de una cama techada con dosel de terciopelo. El caballero no parece sorprendido de su presencia, Anna retrocede, pero el caballero ante su actitud, le habla con tono impositivo, hace rato pedí la cena, espero no tener que esperar más. Anna sale despavorida, pero antes de la huida  percibe un intenso olor a carne asándose, sigue el olfato que la guía hacia la cocina donde en una gran chimenea se asaba un cordero, Anna sale con precipitación de la cocina, necesitaba salir fuera para poder respirar; pero, en su desconcierto no recuerda dónde se encuentra la puerta de salida, entonces el caballero se interpone en su huida. En aquellos momentos, su mente empezó a ser preclara, y no supo cómo decidió integrarse en aquel engranaje de esperpénticos personajes, pues aquello qué le estaba pasando, ya no le pareció que fuera una locura, y decidió poner en práctica lo que aprendió con su padre, que siempre le inculcó, de que no temiera nada, pues no había nada raro en que ciertos fenómenos se materializaran, que todo era factible. Una risa discordante le hace volver a la realidad. La contrariedad de saberse observada por el caballero  le hace dar un paso atrás.
Anna se inquieta ante la mirada de aquel personaje, pues en esos momentos necesitaba tranquilidad y serenidad, para recordar con exactitud todo lo que  había aprendido de su padre, hombre científico, que era admirador del trabajo y de los resultados de las investigaciones hechas por el insigne Valle-Inclán. Pero su cabeza se niega a querer recordar, su mente se había convertido en un caos.
¿Pues no era gallego? Y para más señas, pontevedrés…
Entonces, todas esas fantasías que estaban viviendo eran connotaciones celtas…
Poco después recordó cuando una vez vio a su padre cabizbajo cuando salía de su laboratorio, y le preguntó ¿Te ha salido algo mal? Si, el libro que tanto esperábamos todos los científicos  y que estaba a punto de publicarse  ha sido  según los mentideros pasto de las llamas en un lamentable incendio, ¿De quién era? De Valle-Inclán--dijo con la voz rota-- sabíais su título. La voz del caballero interrumpió su pensamiento cuando dijo. Solos ante el Misterio, ¿acaso ignorabas el título del libro?
Anna sin hablar, vuelve a la cocina se encontraba desorientada, pero allí  no se podía casi respirar, apestaba a carne de cordero que unido al humo que generaba el chorreo constante de la grasa del animal al caer sobre las brasas, haciendo que aquel lugar pareciera una opaca  espesa y repugnante noche de niebla.
De  nuevo se hace oír la voz del caballero que reclamaba sus viandas, tras él un enano vestido con calzones rojo y amarillo que saltaba a su alrededor con muestras de servidumbre, mientras tanto el cordero que recibía el calor de las brasas, parecía crecer hasta parecer una enorme res.
Anna se sobrecoge cuando  ve entrar en la cocina a un grupo de lisiados arrastrándose por el suelo  con la única protección en las rodillas y manos de una tosca corteza de corcho, todos con gestos y en silencio imploraban las migajas que caían al suelo. Ante este espectáculo deprimente, intenta serenarse, pero no tuvo tregua en su sosiego, pues en esos momentos por la puerta, entraba una dama vestida  de terciopelo color carmesí, adornando su testa con una diadema de azabache.
Anna pensó que debía estar acostumbrada al humo pegajoso, pues no parecía que le molestara. Con un gesto le dice al enano que le sirva un trozo de cordero. Entonces Anna supo que estaba presenciando un episodio en la vida cotidiana de la Edad Media.
Cuando se encontró en la calle, dedujo que ese era el lugar idóneo para que ella pudiera proseguir con las investigaciones que no pudo concluir su padre.
Sentada en el poyete de la puerta, piensa. ¿Qué extrañas circunstancias se confabularon para que  ese libro no saliera a la luz?
Entonces y, sin pensarlo pone un mensaje a sus amigos para que pasaran unos días con ella en su nueva casa gallega.
Al día siguiente, y como si hubieran estado esperando su llamada, todos hacen presencia en su  casa. Pero Anna, al verlos allí no parecía encontrarse satisfecha con el resultando de todo aquello, al no haber previsto con anterioridad que  sus  amigos, eran seres diferentes a aquel ambiente que de por sí se mostraba enrarecido. Entonces,  lo que comenzó a suceder, fue todo lo contrario a sus pronósticos, pues creyó que al encontrarse sus amigos reunidos en aquella casa y amparados por el bucólico paisaje, ella quizás podía practicar ese don, que desde que llegó a la casa  creyó poseer y, que supo que  eran poderes  de mediúnmicas.
 Pero sus amigos parecían encontrarse ajenos a sus inquietudes, la situación para Anna empezaba a complicarse, porque aquella casa no era lo que a simple vista parecía, todo allí, era sobrenatural, aunque se negara a aceptarlo en algunos momentos.

 Cuando aquella noche se acostó en su corazón existía un dilema, hablar con sus amigos de lo que le inquietaba, o no decir nada, pues aquella casa emanaba una fuerza incontrolable algo que parecía no querer resistirse a morir. Pues se podía palpar en el ambiente  que había dentro un ente vivo latente, y que  Anna sabía que se encontraba a punto de salir de entre sus muros.  

TERESA


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