miércoles, 29 de mayo de 2019

Así fué 1º parte


Desde lo alto de la tarima el profesor daba clase, en la cual decía, que se habían recuperado unos textos en los que se hablaba de la conquista de América por los extremeños Hernán Cortés y Francisco Pizarro, en estos documentos se comprobaba algo importante y regenerador para los españoles, pero que también se habían encontrado algún que otro inconveniente por parte de algunos mandatarios mexicanos, que  exigen que los españoles pidamos perdón por los actos cometidos en aquellas tierras hace 500 años, no ajustándose a la historia verdadera de estos hechos de los cuales, se nos imputan a los españoles.
Anna se encontraba entre los alumnos escuchando con atención la clase de historia en la Universidad de Extremadura. En esta clase el profesor parecía que quería dar a entender a los alumnos que había mucho más… y que se había quedado por dilucidar ciertas la lectura de cierto texto, y se quedó ahí, en suspenso.  Pero Anna que siempre fue intuitiva, recogió el guante  que parecía haber lanzado el profesor.
Al término de la clase Anna creyó habérsele despertado una fascinación enfermiza por el misterio que parecía guardar aquella disertación.
A la salida Anna le comentó a su amiga lo que le ocurría, pidiéndole su parecer sobre  aquella enigmática clase de historia, y las dos ese mismo día se pusieron de acuerdo decidiendo que al término del curso y, durante las vacaciones harían un viaje a México.
Mientras Anna caminaba hacia la parada del autobús, sintió una tremenda ansiedad, era como si su prioridad desde ese momento fuera el de descubrir ese mundo mágico que dio  a entender a medias el profesor y, que se escondía entre los Mayas.
Llegó el mes de Julio, cuando Anna llama a su amiga para que fuera preparando el equipaje,  pero su amiga no podía acompañarla, un imprevisto se lo impidió, pero este inconveniente no hace que Anna desista del viaje, porque dos días después se encontraba en el aeropuerto y sentada en la clase turística de un avión de líneas regulares, lo único que le molestó de aquel viaje fue el observar que desde su asiento no iba a poder divisar desde el aire el inmenso mar que le  acompañaría en aquella travesía, pues la ventanilla  se hallaba  justo encima de una de las alas del avión impidiéndole cualquier visibilidad desde las alturas.
Una vez hubo  despegado el vuelo, Anna abre su blog de notas donde había escrito la ruta a seguir, en unos momentos su mente se perdió dentro de un mundo extraño,  que la transportó a un lugar donde solo existe la lucha entre el bien y el mal, el amor y el egoísmo, y que ante estas dos perspectivas sólo daban cabida a que surgieran enfrentamientos feroces, por una parte, se encontraba la humanidad, por la otra, el ataque despiadado hábilmente manipulado por las armas tecnológicas que son usadas  sin piedad contra la sociedad civil, diezmando al mismo tiempo el alma de la naturaleza que es la que nos prevé de nuestro alimento.
Anna de pronto abre los ojos desmesuradamente, sabía que no lo había soñado, fue su mente la que le había jugado una mala pasada, las manos le temblaban al recordar lo sucedido en su cabeza, entonces mira a su alrededor para cerciorarse de que estaba despierta, y entonces descubrió que a su lado se encontraba sentado un hombre bajito y menudo que la miraba preocupado por el aspecto que presentaba su mirada, entonces el hombre se atrevió a decirle, mientras intentaba calmarla con sus palabras, no se inquiete, seguro que sólo ha tenido uno de esos pálpitos que se suelen tener cuando se vuela por primera vez a México. Anna lo mira desconfiada, el hombre sigue hablando, no se preocupe por lo que acaba de sentir, señorita, mientras  le informa que  por aquellas tierras existe una profecía llamada de los Jaguares, en la cual se dice  que siempre se debe seguir las señales que nos manda el destino, y quizás lo que había percibido era una de las claves en la cual podía haber sido elegida para demostrar a la humanidad de una vez por todas la verdad sobre lo que hicieron los españoles cuando pisaron el Nuevo Mundo.
Anna mira al hombre incrédula, enseguida cierra los ojos, no entendía  lo que le decía aquel hombre que parecía haber salido de la nada, ante este pensamiento, Anna cree que el aire que respiraba  se estaba haciendo insoportable, y quiso achacárselo al nerviosismo,  solo por el hecho de saber qué se encontraba en soledad, el hombre al verla sofocada le ofrece un abanico, que poco después le devuelve  la calma a su cuerpo.
La verdad es que después de oír a aquel hombre no es que se sintiera optimista, sobre todo porque en esos momentos era inminente el aterrizaje, algo que siempre le producía pánico, entonces pensó  que antes que el avión tomara tierra debía buscar el significado de aquello que recibió en su subconsciente que consideró  como un toque de atención con  respecto a lo que iba a encontrarse en ese viaje, entonces buscó, hojas de la historia que sabía se encontraban entre los pliegues de su memoria.
Poco después se oye el toque de atención, para ser escuchada la voz  del comandante de la nave que anunciaba la llegada al aeropuerto de Texococo situado a unos 15 k de la ciudad de México, el silencio se hizo patente mientras los motores con su intensa revolución ensordecía a los pasajeros.
Alguien antes de bajar dijo, éste debe ser el nuevo aeropuerto.
Cuando Anna se encontraba pasando por la terminal pudo comprobar que no estaba terminado del todo, viéndose una falta de interés por doquier, hasta en los mismos empleados y en la ciudadanía, esto le sorprendió.
A la salida del aeropuerto, Anna pide un taxi, para que la lleve a la cuidad de Tenochtitlan, mientras con la mano en alto esperaba que parara alguno, recordó la verdadera historia de lo que hicieron los españoles a su llegada al llamado Nuevo Mundo, se estremece al pensar cómo algunos historiadores llamados ilustres podían haber fabricado una historia donde cuentan con total desfachatez, que los españoles entraron en este territorio con total impunidad,  y, que no fueron conquistadores si no bandidos exterminadores. Y así de esta manera brutal y rastrera de unos cuantos indocumentados que odiaban España hicieron una  mancha al  buen nombre de estos valientes que supieron con su sacrificio engrandecer esta Nación.
Unos de los pasajeros al verla en apuros por no tener transporte se ofrece llevarla al centro de la ciudad, una vez que se encontró en la ciudad, sintió cómo la acogida que tuvo fue agradable por parte de los viandantes nativos que la miraban con agrado, el taxi parecía resistirse, no aparecía ninguno por ninguna parte,  Anna se sienta en un banco, y entonces comienza a recordar lo que leyó en uno de los libros antiguos que guardaba su abuela en un baúl que se encontraba en el desván, y cerrando los ojos se vio al igual que Hernán Cortés debió encontrarse cuando éste pisó la ciudad por primera vez y, que al verla tan impresionante bella, de su boca salieron estas palabras, unas palabras que ninguno de esos llamados historiadores de pacotilla fueron capaces de describirlas, pues sus palabras fueron.



viernes, 24 de mayo de 2019

Agradecimiento

YA LLEGÓ EL DÍA DESPUÉS DE LA PRESENTACIÓN DE MI NOVELA TODO COMENZÓ EN MIELEC: OS DOY LAS GRACIAS  A TODOS AQUELLOS QUE ELIGIERON ACOMPAÑARME EN ESTE DÍA TAN ESPECIAL PARA MI, PUES CON SU PRESENCIA ME ANIMARON A SEGUIR CON ESTA PRECIOSA TAREA DE CONTAR HISTORIAS.

HASTA EL PRÓXIMO RELATO.



miércoles, 22 de mayo de 2019

Todo Comenzó en Mielec

QUE NADIE SE DESPISTE, EL JUEVES NO SERÁ UN DÍA CUALQUIERA , SE PRESENTARÁ UNA DE LAS NOVELAS  MÁS ESPERADAS DE TERESA SÁNCHEZ  ROMERO, TITULADA TODO COMENZÓ EN MIELEC.
EL ACTO SE CELEBRARÁ  A LAS 8 DE LA TARDE EN EL COLEGIO DE APAREJADORES .
ESTE LIBRO SÓLO ESTÁ A LA VENTA EN AMAZON.
GRACIAS, PUES HACÉIS QUE ME SIENTA  MUY ARROPADA POR TODOS VOSOTROS.
TERESA



jueves, 16 de mayo de 2019

Presentación de Todo comenzó en Mielec

YA SE ENCUENTRA A LA VENTA  EN AMAZON (SOLO EN AMAZON POR EL MOMEBNTO) LA NOVELA TODO COMENZÓ EN MIELEC  DE TERESA SÁNCHEZ ROMERO.



sábado, 11 de mayo de 2019

Ambición desmedida.

de la selva que cuando se encuentran en peligro, acaparan con avaricia todo lo que pueden aunque sepan que no tienen escapatoria.
En su observación y ante la forma de comportarse de estos individuos de la llamada clase política, se vuelven desalmados, urdiendo artimañas para hacerse con el poder, sin respetar la decisión de los pueblos, a pesar de que éstos  emitieran su voto, sólo para darles beneplácito para que pudieran  implantar el bienestar de todo un pueblo, pero estos incompetentes, en vez de cumplir sus promesas  solo se jactan de su poder, cuando es de todos sabido que sólo desean con su ambición desmedida el poder, para enriquecerse, sin pensar que los ciudadanos de a pie no son tan tontos como ellos piensan y, que saben lo que es el bien para una comunidad.
Uno de ellos, parece escuchar un ruido se acerca a la ventana, mira hacia fuera, Anna al percatarse de que quizás la habían visto, sale corriendo entonces encuentra una pequeña puerta tapada por zarzales que se encontraba escavada en la montaña, sin pensarlo se adentra en ella, pues intuyo  podía ser perseguida.
El techo de aquel túnel tenía la apariencia de un refugio, pues era tan estrecho y bajo, que le hizo caminar con la espalda encorvada, en realidad era demasiado estrecho, porque en su avance empezó a sufrir una angustiosa claustrofobia que  llegó a serle  insoportable.
Mientras se arrastraba por aquel estrecho agujero, pensó sonriendo…
Qué dolor de espalda deben estar sintiendo estos estirados hombres al perseguirla y, con ironía dijo en voz alta  ¿Les será fácil para estos delincuentes de guante blanco doblar la espalda?
Anna seguía con su loca huida, y entonces pudo ver un foco de claridad en el fondo que le hizo precipitarse hacia donde creyó podía ser una salida, pero cuando se acerca a aquella abertura que parecía dar salida a campo abierto, sus pies se quedan clavados en el suelo, se para en seco, se agacha, pues necesitaba saber qué era lo que había pisado, para que se quedara pegada al suelo inmovilizándola. Entonces ve que sus pies se habían quedado justos a la orilla de un precipicio que daba a una escarpada  pared vertical.
De pronto empezó a oír voces, aquel grupo de delincuentes parecían estar a punto de alcanzarla sus voces eran voces  enloquecidas devoradas  por la avaricia, en su locura parecían desconocer el peligro que les acechaba pero era más fuerte para ellos el no ser descubiertos, porque en su precipitada carrera no se percataron del precipicio que les esperaba y que si caían en él lo más probable era que este accidente acabara con sus ambiciones. Pero ellos ciegos y presos de la avaricia fueron  cayendo uno a uno al vacío.
Anna contemplaba sus caídas escondida un pequeño saliente de una roca, de pronto y ante sus ojos el campo se inundó de una claridad que casi eclipsó el horizonte, todo como por arte de magia desapareció, pues aquel túnel se derrumbó sobre el precipicio que hizo que se borrara toda prueba de que allí habían perecido unos hombres ambiciosos y sin escrúpulos.
Unas gotas de sudor empezaron a emanar de la frente de Anna que quizás si se hubiera encontrado en otras circunstancias este sudor se hubiera convertido en reflejos de plata a la luz de una plácida lámpara.
De pronto siente cómo una mano se posa en su hombro que le hace volver a la realidad, sonríe se encontraba dentro del coche.
No entendió nada de aquella pesadilla, pero… ¿Y si fuera verdad que aquel acantilado se hubiera tragado a esos delincuentes que sólo pensaban en medrar? Que con seguridad   nadie les echaría de menos, pues demostraban con su actitud una absoluta deslealtad hacia la ética establecida. Pero los chorizos y las chorizas dónde algunas-os llegan hasta a utilizar su cuerpo como reclamo para conseguir sus propósitos añadiendo extorsiones a todo aquel que no entra
No es extraño que estos seres que solo se preocupan de alimentar su avaricia, jugando sin decoro con el honor de sus subordinados a los que se encuentran su servicio,  haciéndoles firmar documentos que sólo les benefician a ellos. O tal vez creen estos jefecillos-as que  todo sigue igual que cuando el hombre vivía en cuevas ¿Se habrán olvidado de que ya no se viste la gente con burdas “pieles”? HÁ pero qué tonta, si ahora  lo que lo que más les mola a estos delincuentes.as es  vestir con trajes de Armani, porque eso es otra cosa.
 ¿O tal vez estos seres al creerse tan listos y tan poderosos pueden seguir haciendo trapicheos porque su inteligencia no les da para más al creerse intocables? La verdad es que al saberse ellos mismos superiores creen que sus subordinados carecen de inteligencia que es de la que ellos carecen,  pues siempre se  suelen equivocar, pues la ambición les ciega de tal manera que les pasa cómo al Tío Gilito que sus ojos sólo pueden ver con los ojos de la avaricia, haciendo con ello el retroceso colectivo de un país, decreciendo hasta crear pobreza. Algo que no se debe consentir,  porque  ellos con su cabeza hueca, solo se dedican a fabricarse una vida cómoda a costa del sudor de los demás.

 Esta actitud les hace ir contra corriente pues se equivocan de lleno al olvidarse de que estos pobres hombres y mujeres, que (Cómo ellos quieren creer) en su absoluta ignorancia que de la historia han olvidado un relato que después de dos mil años sigue vigente que Hubo una vez, un pequeño David que con una humilde honda, y de un golpe certero derrocó a un malvado y poderoso gigante llamado GOLIAT.







jueves, 2 de mayo de 2019

Ambición desmedida 1ª parte

Anna funcionaria disfrutaba de esos días llamados moscosos. Después de haber  conducido durante tres horas por primera vez se encontraba cansada, los sesenta kilómetros que quedaban para llegar a su destino le parecieron eternos.
Sin motivo aparente, el coche se para en medio de una escarpada sierra, Anna manipula la llave de contacto, pero sólo consigue ahogar el motor produciendo un desagradable ruido que le hace exasperarse, más tarde y más calmada intenta  ponerlo en marcha pisando el embrague, que al no conseguir su objetivo, sale del coche.
Al bajar mira a su alrededor y, al contemplar la panorámica que se encontraba ante ella, enseguida supo que se encontraba perdida. Y, abandonando el coche comenzó a caminar sin rumbo, de vez en cuando se paraba para contemplar al horizonte, una vez creyó divisar cómo a lo lejos se distinguía un minúsculo punto luminoso que al oscilar con la brisa le hacía perder la percepción de la realidad.
Ya empezaba a aparecer el inminente ocaso del día que se hizo acompañar por un cielo encapotado donde el sol vergonzoso se escondió, quizás para  evitar el silbante viento que empezaba a reinar por aquellos parajes, pues se entretenía sin piedad enredándose en sus cabellos que le quitaban la visión,  cómo si se tratara de un juego maligno que le cegaba los ojos.
Acelera sus pasos, produciéndole un gran esfuerzo el caminar por aquella  penumbra sembrada de zarzales punzantes que le hizo pensar que jamás saldría de aquella pesadilla.
Sin saber el motivo supo que algo le impulsó a encaminar sus pasos hacía aquel punto de luz que divisó al bajar del coche, se encontraba muy  cansada cuando sus pasos le llevan cerca de una casa que parecía abandonada, su aspecto era tosco, antes de llamar duda y decide  mirar clandestinamente por una de las ventanas por donde supuso podía haber salido aquella luz, que aunque tenue se podía distinguir en medio de la oscuridad, entonces se asoma por una de las ventanas, descubriendo que esa luz era producida por una lámpara de petróleo, este detalle le produjo cierta desconfianza, y decide  para ver mejor qué escondía aquella casa y saber de qué se trataba, se sube  a una piedra  que encontró  justo debajo de la ventana, allí, había una estancia tan pequeña que no le pareció una habitación convencional, no obstante en aquello que parecía un cubículo se encontraban reunidos pegados unos a otros unos cuantos hombres, que por su vehemencia al hablar parecían debatir algo que debía ser muy importante para ellos, las voces eran tan discordantes que al parecer no lograban ponerse de acuerdo, por sus movimientos de brazos parecían culparse unos a otros de algo que a Anna no le pareció fuera muy claro, sólo supo que ante esta contemplación parecían gallos de pelea, sacando la conclusión de que allí, solo se defendía el individualismo con el fin de lograr cada uno sus propósitos.
Se asomó por otra de las ventanas que parecía ser la continuidad de aquel cubículo, cuando recorrió la vista  pudo ver que en una mesa se encontraban unos cuantos ceniceros a rebosar  de colillas, pero a pesar del humo que allí reinaba no era lo suficiente como para invadir la habitación, entonces dedujo de  que aquel humo no provenía de las colillas mal apagadas, si no que parecía salir  de sus bocas, entonces descubrió que entre aquellos hombres se encontraba una mujer que parecía ser la que los dirigía aquel cotarro, pues entre todos se distinguía no sólo por el mero hecho de ser mujer, si no porque cada vez que aquellos hombres abrían la boca ella con una superioridad desmedida y escalofriante les hacía callar,  al dirigirse a ellos  parecía que con sus palabras exigía que sólo a ella se le debía tener lealtad,   la avaricia que se desprendía de cada palabra que se escapaba de su boca eran sentencias. A Anna este espectáculo le hizo pensar que se encontraba contemplando uno de esos  antros dónde el actor es una cantante mediocre que sin remordimientos desafina las notas de la canción, haciendo que con sus gritos de garganta estrangulada, camuflaba su precaria actuación utilizando una especie de neblina desagradable que al esparcirse por el escenario produce asfixia al que la aspira con intensidad hasta llegar  a trastornar  los sentidos.
Entre tanto alboroto se hace oír el timbre de un teléfono móvil, todos callan, parecían esperar una noticia importante, uno de ellos coge el teléfono, segundos después de soltar el teléfono encima de la mesa este individuo  y después de haber escuchado el mensaje, dejó caer su cuerpo en una silla, todos impacientes se acercan para preguntar, pero ese hombre no respondió a ninguna de las preguntas, estaba “muerto”.
Un silencio se apoderó de la habitación, tan sólo comparable a la noticia de una derrota.
Alguien, dice en voz alta, hasta aquí he llegado, me voy, no contéis conmigo,  por ahora no me interesan los escándalos.
Pero la mujer dando un paso al frente se antepone en su camino, que con voz atronadora dice—de aquí no se mueve nadie—Ya buscaremos entre todos  una nueva estrategia que sea fiable para que nuestros planes se hagan realidad. Debéis confiar en mí.
Anna le intriga saber quiénes podían ser los miembros de aquel grupo que parecían estar debatiendo algo que les incumbía de manera importante, pero Anna no les veía las caras, al parecer eran hábiles en saber escaquear sus rostros.
De nuevo suena el teléfono, todos se miran, pero ninguno se atreve a tocarlo, el zumbido del timbre avisador se hace cada vez más insistente, uno de ellos haciéndose el valiente se atreve a cogerlo, y en el instante en que se lo acerca a la oreja, cae al suelo como si fuera un fardo de paja mojada.
El nerviosismo se apodera de los allí presentes ya sólo quedaban cuatro con la mujer, uno de ellos sugiere quemar los documentos que tenían en su poder que los implicaba en una trama que habían urdido para conseguir enriquecerse aunque utilizando el soborno y la extorsión.
En lo único que parecían ponerse de acuerdo era al parecer en encender una fogata en medio de la habitación, uno de ellos acerca a la fogata una carpeta llena de  documentos, uno de los documentos se resbala de la carpeta  cayendo cerca de la ventana donde se encontraba Anna, que al caer tan cerca Anna pudo leer el enunciado, agudiza aún más la vista, no podía creer lo que aquel documento guardaba, esta lectura le hizo temblar.
Anna creía encontrarse ante una trama que se asemejaba a un espectáculo bochornoso, solo pudo pensar que aquel grupo parecía  haberse convertido en unos segundos en unos primates .