Llegó la Noche Buena, una
celebración católica familiar: Son las doce de la noche, y después de una
suculenta cena, los niños en casa de la abuela no paran de saltar de un lado
para otro, mientras los hijos charlan, la abuela cansada sugiere a los niños
que es la hora de ir a la cama, pero ante tanta protesta de los pequeños, la
abuela se sienta en una silla al pie de las camas, y para calmarlos decide
contarles un cuento, pero no sin antes advertirles que se había tomado una
pastilla para dormir.
Entonces y ante las miradas
expectantes de los niños, se le ocurre algo mucho mejor que un insulso cuento,
y les propone hacer algo que siempre soñó y nunca se atrevió a hacer; coje el
móvil y con dedos ágiles pulsa varios teléfonos y hace algunas llamadas;
minutos después les dijo a sus nietos: coged las bufandas, los gorros y los
guantes, abrigaos bien que nos vamos al mercadillo Navideño.
Los niños al oír esta propuesta
locos de contentos, y sin apenas hacer ruido se visten, mientras la abuela saca
del baúl unas botas altas de mosquiteros de tacón alto y, una sugerente
minifalda olvidada, se abriga con un jersey de
lana ajustado al cuerpo, y todos juntos salieron de la casa sin hacer
ruido.
Mientras los padres de los niños
tomaban champán, charlaban y reían con los chistes que contaba el más gracioso.
En esos momentos a la abuela y a
los nietos, en la puerta les esperaba
una carroza de luces que los llevaría a un mundo de ilusiones.
Cuando llegan al mercadillo los
niños se dispersan y disfrutan de los juguetes cantando villancicos, mientras
tanto la abuela se reúne con su grupo de amigas para bailar al son de las
melodías que les brindaba el genuino Elvis Presley, que cantaba como nunca para
sus incondicionales el rock de la cárcel…. Todo el mundo en la prisión, se
pusieron a bailar el rock.
Era el amanecer cuando la abuela
con sus nietos, regresaron a la casa familiar, y extrañados los padres de los niños ven que junto a la
abuela estaban dormidos. Ignorando que, los durmientes habían vivido una noche
mágica que nunca borrarían de sus mentes, pues habían recibido un regalo del
Universo, un regalo que nunca olvidareis, la abuela a su regreso a casa les dijo; habéis de saber que
el mañana no existe, nunca perdáis el tiempo en algo que no deseéis, vivid el
presente, y si creéis que no se puede, soñad, soñad mucho, vestid vuestros
cuerpos de colores, caminad con alas de ilusiones, pues la vida es solo un sueño que cada día
debemos hacerlo realidad, no lo dejéis pasar.
La Noche Buena es una noche de
amor, y de buena voluntad.
FELIZ 2025
TERESA