viernes, 29 de diciembre de 2023

FELICITACIÓN

Gracias a todos mis queridos seguidores, me habéis hecho muy feliz, por esa razón, os deseo que este año que comienza sea próspero y de abundancia.

Y no olvidéis que amar la lectura es estar unas horas  en deliciosa compañía.

En Pléyades tengo Jazmín, y en Amazon, todo Comenzó en Mielec, un agente llamado Scott, el alma del universo, y también Jazmín.

Un abrazo para todos.

Seguiré con vosotros hasta que queráis.

TERESA SÁNCHEZ ROMERO.




martes, 26 de diciembre de 2023

Ante la ignorancia mejor es decir NO

ANTE  LA IGNORANCIA,  ES  MEJOR  DECIR  NO

 

 

Aquella mañana, Anna rompe por primera vez la norma que se había impuesto antes de comenzar a trabajar de interventora en uno de los bancos más prestigiosos de Cáceres por su volumen de clientes, puesto que su lema era el de  no levantarse antes de las diez de la mañana, pero aquel día se despertó más temprano de lo habitual, a pesar de haber vivido una semana de frenesí. Todo comenzó desde el día que conoció en la peluquería a una chica llamada Piluca, esta chica no supo cómo la contagio de su vitalidad pues la introdujo en fiestas nocturnas que ella desconocía.

Anna sale a la calle al alba cuando el pavimento de las calles  aún se encontraba húmedo por el rocío,  en los albores del amanecer era perceptible como desprendía del asfalto un vaho que hacía misteriosa la calle desprendiendo una neblina gélida.

La noche anterior Anna estuvo atenazada por unos terribles sueños tan tenebrosos que la introdujeron en algo parecido a vivir en las tinieblas que llegaron a soliviantarla, tanto, que, necesitó con urgencia ir a la iglesia. Una vez en la calle y con la humedad pegada al chaquetón de lana, se dirige con paso ligero a la iglesia de Santiago el Mayor, empuja la pesada puerta que se encontraba entornada, al entrar, su cuerpo tembló, el recinto sagrado se encontraba solitario, en penumbra, se dirige hacia la capilla donde se encuentra Jesús de Nazareno, sus pasos al caminar hacen un eco estremecedor al encontrarse el recinto vacío, de pronto siente frío y, mira de soslayo buscando con la mirada otras capillas por si había algún devoto, pero no había nadie, solo se encontraba ella, entonces nota cómo una sombra parece pasar fugaz junto a ella, que al querer seguirla con la mirada desaparece cómo si quisiera burlarse de ella.

Se arrodilla ante el Cristo, que la mira entristecido, ella le pide misericordia por los pecados cometidos, aún y a pesar de no tener constancia de cuales pudieran ser en realidad sus pecados. De repente su oración fue interrumpida al abrirse una hoja de la puerta de entrada, que al ser tan pesada chirrea  produciendo un estruendo al chocar con la pared de granito, al mismo tiempo, que entraba en la iglesia una fuerte ráfaga de viento que abrió de par en par la puerta bruscamente, haciendo cimbrearse  la lámpara que se hallaba colgando en medio de la nave de la iglesia, que  en esos momentos  alumbraba con una luz  mortecina.

Anna ante esta situación, pierde el hilo de la oración, nunca hasta entonces había sentido tanto miedo en un recinto sagrado y, decide salir del templo, ya en la calle, recuerda la cita que tenía con su amiga Piluca para desayunar. Mientras camina, empezó a encontrarse mal, y pensó que quizás había perdido la fe pues nunca había sentido nada semejante en una iglesia y mucho menos para tener que abandonar sus oraciones. Comino de la Ciudad Monumental, piensa en la cara de Jesús que era de sufrimiento, y que sin saber el motivo salió de la capilla corriendo cómo una cobarde, no se reconocía, pues Él sólo Él podía ampararla ante la desolación que estaba padeciendo.

 Anna no recordaba haber pecado, eso la desconcierta, y, recuerda  si aquel sueño extraño había sido eso, sólo un mal sueño. Con esta horrible duda llega al punto de encuentro donde se había citado con su “amiga” cuando entra en el zaguán del palacio Carvajal, al entrar en el atrio, ve cómo desde lo alto de las escaleras se encontraba Piluca, que al verla baja las escaleras con gesto altivo, Anna al encontrarse a su altura, notó algo raro en su mirada, una mirada que carecía de bondad, entonces se asusta y, piensa, que motivos podía tener para haberla  citado allí.

Y en esos  momentos  se percata que en el centro del atrio, se encontraba un perol donde había un par de ojos que desprendían una mortecina luz roja, Anna ante la sorpresa quiso gritar, pero no pudo, allí se estaba produciendo algo sobrenatural que parecía transcender a la brutalidad.

Mira a su amiga detenidamente y, observa que las manos de su “amiga” eran dos garras similar a las que tienen los osos polares, ante esta visión reacciona, corre  hacia la puerta, pero un hombre con cuerpo de mono le intercepta el paso, Anna cree que aquella situación era rocambolesca, algo estaba pasando en su cerebro que no entendía, no podía ser verdad lo que le estaba pasando, pero Piluca parecía insistir en convencerla de algo que ella no comprendía.

De pronto el atrio se llena con una legión de seres amorfos, parecían seres inhumanos los que irrumpen en el espacio, estos seres la rodean, Anna cree no tener escapatoria, se encontraba perdida en un mundo que no era el suyo, Piluca se acerca a ella con una reluciente bandeja de plata en las manos que contenía pequeños montoncitos de  una sustancia similar a la harina por donde empezaron a salir pequeños gusanos negros, entonces Piluca le exige  que pruebe esa sustancia diciéndole es “gratis” insistiendo mientras de su boca salía una sonrisa malévola. Anna sin entender bien que quiere de ella, se niega a probarla, uno de aquellos seres la amenaza con un látigo como si fuera un domador de circo.

Anna en aquellos momentos recuerda la Faz de Cristo Nazareno, lo invoca, y, algo grande sucedió porque de repente todos  aquellos seres desaparecieron, y entonces notó cómo una mano cálida la toma de su mano infundiéndole con su cálido contacto el valor que necesitaba para salir de allí, conduciéndola de regreso a su casa.

Cuando llega a casa, se encuentra a su madre sentada en la cocina, parecía gemir, al verla le preguntó con dulzura ¿dormiste mejor anoche? Anna se acaricia la mano que aún olía a un sublime perfume de amor que se había impregnado en su piel. Entonces tuvo una visión, aquella mano fue la que la guio hasta  sacarla de aquel infierno.

Después de aquel sobresalto, sabía que lo que le había ocurrido no era normal, y pensó que aquellas pesadillas que estaba padeciendo desde que hizo amistad con Piluca, pudiera ser que fuera normal padecerlas ya que aquellos sueños y pesadillas que estaba padeciendo podía ser algo mucho peor, aunque no llegaba a discernir si lo que le aterraba le sucedía cuando se encontraba dormida o despierta.

Madre e hija se abrazan, poco después se encaminan hacia la iglesia, allí y como siempre la estaba esperando en su sencilla capilla Jesús de Nazareno, que había cambiado su semblante agónico por una dulce sonrisa.

Porque a su lado se encontraba una de sus ovejas que estuvo a punto de descarriarse.

Nunca más volvió a ver a “su amiga Piluca”.

Nunca te confíes de una amiga que te hace padecer pesadillas.


 

 




miércoles, 20 de diciembre de 2023

Amnesia


Mientras se hace una taza de tila para calmar sus nervios, pone la radio, todo parecía encontrarse en la más absoluta normalidad, pues seguía igual que siempre, noticias, cotilleos, tertulias que sólo saben enardecer al oyente con sus opiniones encontradas, de repente oye algo en una emisora detiene el dial, alguien acababa de opinar sobre algo que no pareció gustar al moderador, pone toda su atención, escucha unos segundos más pero el presentador habla acelerado con el tertuliano, no haciendo posible que se le entendiera, aún así estaba segura de que  algo debía de haber ocurrido porque al instante la radio empezó a emitir música clásica.

¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Era tan grave lo que pasaba como para que después de hacerse un comentario la radio dejara inmediatamente de emitir. Sale a la calle necesitaba saber, aunque no estaba segura qué era lo que buscaba; se encuentra en las escaleras con algunos de sus vecinos, necesitaba hablar con alguien, no le importaba del qué piso fuera o tuviera más o menos amistad con ellos, tan sólo quería preguntarles su alguno de ellos había visto algo sobre lo sucedido; pero nadie parecía hacer mención el haber visto nada que no fuera lo cotidiano de cada día.

Anna se encuentra desconcertada ¿Y si había sido una de esas maniobras de absoluto secretismo que se preparan dentro de los gobiernos?  Pero que en este caso estaba segura de que se trataba de desenterrar algo que se hallaba allí escondido ¿Y si habían encontrado algo que fuera peligroso?. Anna estaba dispuesto a desentrañar que era lo que había pasado, y además estaba segura de haber visto movimientos extraños desde su ventana aquella madrugada. Minutos después, con paso firme, se adentra por el parque, se acerca al socavón que estaba recién tapado por una capa de arena negruzca, pero cuando se agacha para recoger con su mano un puñado de tierra, una mano fuerte, acompañada de una voz grave y potente se lo impide, cuando vuelve su cuerpo para mirar a la persona que le estaba impidiendo su investigación, los dos al mirarse cara a cara se quedan inmóviles, sus miradas se entrelazan de manera hipnótica, poco después Anna sin saber el motivo, baja la cabeza, se le había hecho inesperadamente un nudo en el estómago, en ese momento empezó a recordar, que ella hacía tiempo fue la jefa de una unidad secreta, y que ella seguramente fue la que mandó instalar allí una cisterna que era altamente peligrosa; siente un escalofrío, ella tan sólo obedecía órdenes, y no le dio el alto mando margen para pensar las consecuencias que podía tener aquella misión, y no pensó en el hipotético caso de que se pudiera  producir algún escape, pero Anna en esos momentos podía asegurar de que ese accidente nunca se produciría, ¿Pero de eso ya había pasado mucho tiempo? Por aquel entonces era una mujer curtida en el ejército, por lo tanto se debía encontrar llena de energía y valor, sigue recordando, su mente le cuenta su pasado en pequeños retazos, entonces cree saber con exactitud lo sucedido aquella mañana. Esta parte de la ciudad en aquella época se encontraba deshabitada, todo era campo árido, sin cultivar, por esa razón ella no puso ninguna objeción cuando se le pidió su opinión para realizar el enterramiento, pero ahora todo era diferente, el área estaba poblada.

 Anna por primera vez desde hacía muchos años se encontraba en aquel lugar donde se supuso mandó enterrar la cisterna cargada de agentes contaminantes ¿Pero cómo no pudo recordar en todo este tiempo? ¿Acaso manipularon su mente después de ejecutar aquel acto para que no sintiera escrúpulos? ¿Acaso se estaba volviendo vieja?, se mira las manos, y entonces comprendió muchas cosas, las tenía plagadas de pecas, y además aquel hombre  no le parecía un desconocido, pero ignoraba de quién se trataba, habla de nuevo aquel hombre que al verla desorientada le dice con dulzura, que él tampoco recordaba nada de aquellos años en los que estuvo bajo sus órdenes de la A-O- C--El hombre se disculpa, inmediatamente arrepentido de lo que acababa de decir, después de un prolongado silencio dice, sólo sé que me han ordenado de que no se acercara nadie a esta parte del parque porque puede que aún se conserve un rescoldo contaminante en la tierra  al haber sido removida.

Anna lo mira, necesitaba echar la culpa a alguien, pero al mirarlo de nuevo, sólo le supo decir casi en susurros, ¿ Como habéis consentido que casi media ciudad estuviera en peligro al tener este artefacto nocivo tan cerca?. Él dijo rotundamente, sólo se pretendía que se mantuviera aquí enterrado hasta cumplir el plazo estipulado para poder trasladarla, con la mayor seguridad y, eso es todo lo que puedo decir.

Anna entró en su casa y fue directamente a su alcoba, en sus movimientos parecía ser una autómata, abrió el armario y saco de una trampilla una caja de latón, que no recordó  hasta ese momento que la tenía, la abre, y allí había unos documentos que acreditaban que era la doctora Anna especialista en agentes contaminantes, y ella supo que debió estar allí en aquel enterramiento ya que fue la encargada de todas aquellas áreas donde se pudieran ocultar bacterias infecciosas, y neutralizarlas, para que no se produjeran pandemias en el caso de que se pudieran filtrar en pozos de subastación.

Anna sigue con aquella caja en las manos, una foto le hace temblar. El hombre que le prohibió coger un poco de tierra, era su esposo…pero porqué estaban separados.

Sentada en su alcoba Anna llora amargamente, a veces los sacrificios que se hacen a favor de los demás, la única recompensa que tiene es la soledad.

Alguien llama a la puerta, la abre, era aquel hombre que cuando intentó coger un puñado de tierra negra se lo impidió, y que con tan sólo mirarlo a los ojos le hizo recordar… y sin palabras se fundieron en un largo y tierno abrazo. Anna sonríe, le había llegado la recompensa de todo su sufrimiento al abrir aquella puerta, y de por los sacrificios pasados. De nuevo, se habían encontrado dos corazones que habían estado separados por un trabajo que en su día les impidió recordar quienes eran, ahora Anna  se encontraba de nuevo junto a su esposo, el que mucho tiempo estuvo borrado de su mente.

Ya no necesitaba recordar, sólo le daba esperanzas el presente, un presente que con su trabajo ignoró que pudiera existir.

       




viernes, 15 de diciembre de 2023

Amnesia

AMNESIA

 

 

Aquella mañana de una primavera incipiente, Anna se levantó de la cama con un desasosiego y un amargo sabor en la boca desconocido para ella, el sueño que aquella noche había tenido hizo que sintiera en su pecho  un grito de alarma, con la mano en la boca, confusa, abre la ventana de su alcoba, su cara se relaja al recibir los primeros rayos de sol, como siempre solía hacer cada mañana, mira el gran parque que tenía ante su casa, el verdor de la hierba aún parecía dormir soñando con un día espléndido.

De repente y desconociendo el motivo, se alarma cuando se percata de que había cinco hombres armados con picos y cómo  peinaban aquella parte del parque que se encontraba justo frente a su ventana. Anna se queda mirándolos, su cuerpo se estremece cuando recuerda que aquella misma noche había soñado con aquellos hombres, se queda pensativa mientras los ve levantar y clavar con ahínco una y otra vez los picos para levantar la hierba crecida y húmeda, aquellos hombres parecían estar buscando algo que estuviera allí enterrado.

Anna intrigada no se aparta de la ventana necesitaba saber qué era lo que buscaban aquellos hombres, uno de ellos señala uno de los árboles que parecía estar maltratado por los orines de los perros, nada más clavar en uno de ellos el pico, el árbol cae al suelo pues se veía seco;  un silbido del que parecía el jefe, hace que los obreros se acerquen a él raudos acudiendo a su llamada; Anna supuso de que eran los componentes de una cuadrilla de trabajo, cuando se acercan, una vez todos juntos parecían  hablar algo entre ellos, poco después, los cuatro siguen con la inspección de la zona dando al terreno picotazos como posesos.

El que cree Anna que puede ser el jefe, habla por teléfono, mientras parece estudiar con detenimiento el esqueleto del árbol caído. Los perros que por allí paseaban al olisquear aquel entorno, se deshacen de las correas con los que se encontraban encadenados por sus amos, y salen corriendo hacia el lugar donde se encontraba el árbol caído, el hombre que se hallaba cavando, levanta la vista del suelo, se asusta ante la invasión canina, intenta azuzarlos para que se vayan de su lado, que al no ser obedecido, empezó a dar con furia golpes al aire, pero los perros no parecían querer irse de allí, de pronto uno de estos perros empezó a cavar con sus garras la tierra como un poseso, algo debió detectar con su olfato, porque los demás caninos empezaron a ladrar con suma agresividad, el hombre, llama al resto de sus compañeros para que acudieran en su ayuda.

Anna desde su ventana ve atónita aparecer cómo si fuera el cuento de Amelín,  aparecieron corriendo hacia el hombre cientos de gatos que, parecían un ejército en posición de ataque. Anna no se mueve de la ventana, todo lo que está viviendo le parece un sueño de muy mal gusto; una sirena a todo gas anuncia que se acercaba, era un coche de bomberos, que para justo frente a su ventana, entonces pudo ver que los hombres que bajaron con movimientos sincronizados en unos segundos acordonan el área donde se encontraban los perros y los gatos; poco después aquellos hombres que habían estado peinando aquella parte del parque, fueron evacuados en sendas camillas tapados con mantas que parecían desde su otero de amianto.

Otra sirena irrumpe de nuevo en la avenida que, curiosamente se hallaba deshabitada a aquellas horas de la mañana, también aparca frente a su ventana, todos los que bajaron de aquel vehículo estaban enfundados en monos azules y enmascarados, en unos segundos se diseminan con rapidez por toda la avenida, dando órdenes de que se cerraran puertas y ventanas. Anna ante esta orden, cierra la ventana, pero, una vez cerrada, vio con asombro, que una de las baldas de la persiana se encontraba partida, dándole la oportunidad de poder seguir mirando por la ranura. Algo importante estaba pasando ante tanto movimiento ¿Qué estaba sucediendo? mientras ella seguía desde su otero vigilando cómo si fuera una espía.

 Poco después aparece un nuevo coche que a Anna le pareció extrañamente familiar  a pesar de tener el techo cubierto de antenas, que al dirigir su mirada hacia el techo éste se encontraba cubierto con barras de acero y cables, que a Anna le pareció que irradiaban luces verdes transparentes; mientras tanto de ese vehículo se bajan tres hombres vestidos con monos blancos y enormes máscaras que le daban el aspecto de astronautas, segundos después, con una enorme manguera fumigan el área, quedando a los perros y a los gatos inmóviles como si hubieran sido anestesiados, minutos después con toda precisión son metidos los animales en la furgoneta,  desapareciendo inmediatamente con la alarma puesta a todo gas.

Pero algo sospechoso llamó la atención de Anna, el vehículo de las antenas no se había movido desde que lo aparcaron. De repente pudo ver, cómo aquellas antenas que se encontraban en el techo de aquel coche, empezó a iluminar la zona con luces de un intenso color verde, inundando con su fulgor en uno segundos el parque y la avenida.

 Más tarde, Anna no supo cómo sucedió pero se vio de repente sentada encima de la cama, aun se encontraba en camisón, se mira,  no parecía tener consciencia de lo que había pasado mientras había estado mirando tras la ventana, pero tampoco supo por qué, en un impulso se levanta, y sube de nuevo la persiana, mira a la calle, pero  tan sólo pudo ver que, donde antes hubo un parterre, ahora en ese lugar se mostraba una capa negruzca de tierra que parecía cubrir un socavón, Anna pensó de que allí no parecía haber habido nada que fuera sospechoso ni de que hubiera sucedido nada especial aquella mañana, pues tan sólo podía ver unos cuantos metros de tierra removida, pero eso no era suficiente para que ella se convenciera de que allí había sucedido algo anormal pues  de pronto apareció  un ejército de hombres protegidos con algo parecido a las escafandras que se usan en caso de emergencias, que se pusieron a inspeccionar aquella pequeña área del parque.

Anna cuando se retira de la ventana se mira al espejo de su tocador, se toca la cara… ¿Estaría sufriendo alucinaciones sobre lo que había visto aquella mañana?  pues en su cabeza parecía estar todo demasiado confuso;  pues allí frente a ella en el momentos que de nuevo se asoma a la ventana, alucinada, comprueba que todo seguía igual, entonces mira con detenimiento, aquel árbol famélico y seco que seguía en el suelo…ya ni siquiera podía creer que hubieran sido  los jardineros los que habían  estado hurgando en aquel trozo de jardín, pues tan sólo habían dejado –que para ella era una evidencia-- un trozo de tierra negruzca, en un impulso –piensa—que quizás la tierra pudiera aclararme lo que creyó ver, pues empezaba a dudar que fuera sido cierto lo que había visto aquella misma mañana.

SEGUIRA...




jueves, 7 de diciembre de 2023

Cuento de Navidad

CUENTO DE NAVIDAD.

 

Anna al despertar aquella mañana fría de diciembre, al abrir los ojos, y mirar a su alrededor creyó estar soñando al comprobar que su habitación en la que dormía desde hacía mucho tiempo no era la misma; confusa se levantó, y al poner los pies en el suelo tuvo la sensación que éste cedía ante el peso de su cuerpo, aterrada intenta volver a la cama, y supo de que no podía moverse, sus pies se encontraban anclados en el suelo de tal manera que le hizo gritar con voz pavorosa para que la rescataran, pero todo fue inútil, no había nadie que pudiera oír sus gritos, espantada, y sin saber qué hacer, se mira las manos, eran pequeñas, mira sus pies y estos se encontraban acorde con las manos, no podía ser, ella era una mujer adulta; y mientras intenta aclarar su situación, una voz en tono dulce la reclamaba pronunciando su nombre.

¿Anna qué haces que tardas tanto? El chocolate lo tienes encima de la mesa de la cocina, tus hermanos  ya han desayunado, vamos perezosa que el árbol de Navidad te espera  para que recojas tu regalo.

Anna después de haber escuchado aquella dulce voz, se toca la frente, al parecer no tenía fiebre. Intenta caminar, pero el suelo de lo vivido no le dejaba avanzar, y se da cuenta de que su cuerpo y su mente habían retrocedido hacia la edad dulce de la inocencia, pues del salón salían risas unidas a canciones de amor y de paz.

Se mira al espejo del tocador, y complacida  pudo apreciar que su rostro resplandecía con la sonrisa de niña, una niña que no sabía de guerras ni conflictos, tampoco sabía que existiera la ambición o el nepotismo que lo pudre todo, pues al parecer el ser humano se había olvidado de que el amor es un sentimiento tan sublime que puede borrar las envidias, que son la lacra de la humanidad.

Anna no sabe cómo llegó al salón, pues de repente se vio ante una cuna donde descansaba un BEBÉ que sonriendo la miraba, Anna ante tanta pureza se estremece, mientras era receptiva de aquella sonrisa.

Se encontraba ante el mayor misterio, dónde cada año el Dios Supremo se convierte en el ser más vulnerable, un recién nacido, que con su sonrisa le estaba transmitiendo un mensaje para difundirlo a la humanidad. Que los gobernantes no piensen tanto en el poder, ya que es efímero, pues sólo tienen la obligación de hacer que el pueblo que gobiernan sea feliz, que dejen las rencillas, y piensen más en dar trabajo, que es lo que da alegría y amor a un pueblo, para que al final de vuestra existencia podáis decir con orgullo que habéis dado felicidad en un mundo en el que sólo se permanece  unos años, y que lo que lleguéis a atesorar no os lo podéis llevar,  pues todo ante la muerte se convierte en humo, ya que nada os pertenece, al ser solo es un préstamo que YO os doy que se tiene que devolver.

Por lo tanto dad mucho amor, sed felices  porque  YO desde mi reino os recibiré con los brazos abiertos. LA NAVIDAD NO ES SOLO UN SUEÑO, ES MUCHO MÁS QUE ESO.

 




jueves, 23 de noviembre de 2023

Era la conciencia?


ERA LA CONCIENCIA

 

 

 

Aquel amanecer Anna al despertar percibió en su cuerpo una extraña sensación de laxitud y, quiso convencerse  de que tal vez aquel día le faltaba motivación para levantarse de la cama: Ó…quizás pudiera ser que ese día se encontraba con la moral por los suelos.

Unos minutos después, se levanta contra su voluntad, se dirige a la cocina, enchufa la cafetera, poco después un pitido agudo avisa que el café estaba hecho, su cuerpo se estremece inexplicablemente cuando vierte el contenido de la cafetera en la taza. Ante la visión de la humeante aroma, por su mente empezaron a desfilar unos pasajes tan desagradables, que los hizo culpables de que aquella noche hubiera sido diferente, pues había tenido uno de los sueños más agitados que jamás hubiera podido imaginar.

Ante el recuerdo las piernas le empezaron a temblar, los latidos del corazón se le aceleraron cuando le vino a la mente cómo su cuerpo yacente reposaba inerte sobre una piedra plana que creyó podía ser de sacrificios.

Se espanta ante la intuición que tuvo de repente. Este sueño tal vez pudo haber sido motivado…o también pudiera ser la consecuencia de aquella caída fortuita en aquel pozo cuando se adentró en la selva Boliviana, pues recuerda que caminaba junto con los miembros de una expedición.

 ¿Sería tal vez ese el motivo de su desasosiego?

 ¿Pero si no le había pasado nada?

De nuevo siente cómo su cuerpo tiene otra convulsión que cree le absorbe la energía, ¿Y si en aquella caída descubrió lo que siempre le obsesionó, cómo que algún día en una de esas excavaciones pudiera dar con la puerta secreta que conduce al reino de Hades?

Anna se asusta, pasea por la cocina, necesitaba pensar que todo estaba siendo una pesadilla.

Se asoma a la ventana, necesitaba con urgencia que el aire fresco de la mañana acariciara su rostro para poder respirar. No quería ni podía  seguir recordando aquel sueño que empezaba a trastornarla; pero al sentarse de nuevo ante la taza de café, este sueño volvió a atacarla pero con mayor virulencia haciéndole llegar flases de aquel episodio que inundaban su cerebro nublándole la conciencia.

Entonces fue cuando inesperadamente pudo ver con total nitidez que un Chamán se encontraba junto a ella, sí, era ella misma la que se encontraba tendida en la piedra, y que con total impunidad el Chamán le estaba ofreciendo para su beneficio la sangre de sus compañeros de la expedición, ofreciéndosela para que la ingiriera, poco después de haber bebido la sangre de mis compañeros, entonces con un gesto hizo que le tocara con sus manos sus brazos, pero de repente sintió cómo si de pronto se encontrara en un estado de catarsis, que hizo influir en ella algo que le pareció insufló  una nueva vida.

La taza, resbaló de sus manos hasta caer al suelo, ¿acaso había estado muerta? De nuevo le, invadió una gran agitación que estuvo a punto de perder la razón.

¿Pero qué motivos ocultos y misteriosos le hacían temblar de ansiedad, si todo había sido un mal sueño? De un salto se levanta de la silla, abre con premura la alacena, allí había un tarro, lo coge, en la etiqueta rezaba PEYOTE, se trataba de una hierba también llamada “el mensajero divino” por unos instantes no puede pensar, ese hallazgo era totalmente una incógnita para ella, pues no recordaba haberla  llevado desde la selva a su casa, ni tampoco haber tomado ninguna infusión de esa planta, pues sabía muy bien las consecuencias que ésta producía al ingerirla, porque sus efectos solían ser alucinógenos, tanto que hacían que el individuo pudiera ver supuestos fenómenos que podían llegar incluso hasta la clarividencia. Su cuerpo, extrañamente empezó a relajarse, pues creyó que podía haberse confundido la noche anterior  y cometer el grave error  de tomarse  el Peyote en vez de las hierbas de manzanilla.

Aun así le seguía preocupando  el desconocer la procedencia de ese sueño que no había sido un sueño cualquiera, pues al despertar le dejó en la boca un desagradable amargor.

Había pasado una hora y su desasosiego no parecía querer abandonarla. Distraída mira sus manos, se espanta al contemplarlas ajadas y agrietadas; corre hacia el espejo de su vestidor, al contemplar su figura da un paso atrás, su cara, esa cara que siempre cuidó con las cosmética más caras del mercado parecían haber hecho el efecto contrario con su cometido, pues en ella aparecían unos surcos profundos que marcaban su rostro. Presa de una ira incontenida gritó “yo no puedo ser esa” y su rostro se transformó cuando apareció un rictus amargo que desconocía.

Presa de un ataque de ansiedad recorre la casa intentando tranquilizarse, necesitaba saber si cada objeto de su casa se encontraba donde ella los había puesto. ¿Qué le estaba pasando? Deja caer su cuerpo en el sofá, las fuerzas le habían abandonado, cierra los ojos y de nuevo sintió  cómo su cuerpo se tensaba como el cabo que sujeta la vela principal de una nave.

Al cerrar los ojos de nuevo se vio tendida en aquella piedra donde creyó ver al Chamán cómo  tapaba su cuerpo desnudo con brillantes cristales de cuarzo. Asustada se levanta de un brinco, entonces descubre que en su escritorio había una nota, lo coge, indecisa lee lo escrito, temblando pega la espalda a la pared no podía creer lo que le estaba pasando, en aquella nota había un mensaje que le exigía que escribiera el sueño que tuvo aquella noche; ese sueño que necesitaba borrar de su memoria para no caer en la locura.

Anna como si quisiera desprenderse de un lastre pesado y agónico decide  salir a la calle, una vez fuera de su portal deambula sin rumbo, se adentra por una calle cualquiera que desemboca en una plaza cualquiera. Caminaba pensativa ajena a las miradas que provocaba a su paso.

Su deambular la lleva hacia un paseo que bullía de actividad donde las gentes ociosas  pasan el rato sentado en las terrazas que se prodigan a lo largo del paseo. Busca con la mirada una mesa des ocupada, poco después toma asiento con despreocupación mientras cree que es un buen sitio para huronear a todo el que pasara frente a ella, necesitaba ese estímulo para poder limpiar su mente de pesadillas.

Pide al camarero un refresco, cuando saborea el primer sorbo siente cómo le reconforta un agradable frescor en la boca, sonríe, sin duda empezaba a sentirse una mujer privilegiada pues se sentía “viva” al instante se horroriza ¿Cómo se le había ocurrido pensar esa atrocidad si ella estaba viva?

 ¿Sería tal vez desde la atalaya en la que se encontraba, estaba viendo a los demás mortales deferentes a ella?

Entonces para borrar sus turbulentos pensamientos se le antojó que aquellos transeúntes podían ser esclavos de sus propias vidas, pues sus miradas parecían apagadas, mientras sus caras pálidas denunciaban  que tal vez  podían ser autómatas esclavos de sus propias vidas. Todo ésta observación le hizo pensar que todos podían haber sido moldeados en cera por un escultor, para que con su obra quedara plasmada que estos seres anodinos pudieran exteriorizaran sus sentimientos al encontrarse supuestamente dispuestos a ser obligados a acatar las órdenes de un jefe, que casi siempre es invisible, aunque no por eso deja de ser inflexible. Ante estos pensamientos se horroriza; intenta recomponer sus neuronas, ella no podía ser igual que ellos, pues sin duda siempre se creyó diferente a los demás mortales.

Bebe otro sorbo de refresco, pero ya no le supo  placentero pues le quedó en la boca un sabor  bilioso.

Anna desconcertada se revela contra ella misma, era imposible, no  quería ni pensar que ella pudiera formar parte de ese colectivo que tanto odiaba por estar concebido para la sumisión; mira a su alrededor, con la convicción de que ella jamás se sometería a nadie, y mucho menos a seguir reglas que no fueran las suyas propias.

Busca en el bolso un paquete de cigarrillos, necesitaba fumar para calmar la ansiedad que siente, pero no lo encuentra, entonces como una posesa rebusca por los rincones del bolso, abre una, dos, cremalleras, pero no encuentra lo que busca , cuando mete la mano decidida a voltear el bolso encima de la mesa, siente un pinchazo en la palma de la mano cómo si una daga afilada la traspasase, la retira inmediatamente, se mira la mano, no tenía ni un rasguño, pero un dolor intenso e insoportable le hace estremecer, aprieta una mano con la otra para contra restar el intenso dolor, y fue cuando descubrió que el bolso se encontraba manchado de sangre.

Se remueve en la silla, dos jóvenes se encontraban sentados en el velador de al lado, la miran, Anna se siente asustada ante sus miradas, busca de nuevo en el bolso para cerciorarse de que lo que había visto no había sido cierto, entonces comprueba que el bolso se encontraba limpio se tranquilizó, y pensó de que todo podía haber sido producido por su alterado estado de agitación.

Mira a los jóvenes y, decide jugar con ellos al despiste, poco después, y sin motivo aparente despertaron en ella una tremenda curiosidad, de pronto necesitaba saber de qué se trataba la conversación que estaban manteniendo, estaba segura de que si captaba una sola frase podría atar cabos y con ello descubrir la esencia de aquel diálogo que parecía ser muy, pero que muy interesante; pero un alboroto inesperado impidió que pudiera sacar algo de aquella conversación, y poder seguir escuchando.

Era un grupo de cómicos que danzaban entre las mesas exhibiendo sus habilidades a la concurrencia.

Poco después los dos jóvenes retornan la conversación, y fue cuando Anna pudo oír; no sé cómo pudimos hacer lo que hicimos. Inesperadamente uno de ellos levanta la voz.

 Dime Paco, por primera vez en tu vida sé sincero conmigo—Cuando pronunciaba estas palabras los labios le temblaban---- ¿Acaso viste algo que se nos pasó a los demás?

Un prolongado silencio por parte de Paco hizo que Felipe se alterara más de la cuenta, poco después, y con voz apagada.

Perdona Paco, por esta alteración poco usual en mí, ya sé que ninguno pudo hacer nada por ella, al carecer de herramientas.

 Anna cada segundo que pasa escucha con más atención, pues entre los dos había un motivo que al haber  estado cociéndose durante  mucho tiempo parecía que había llegado la hora de decir las cosas como eran, pues al parecer los dos jóvenes se culpaban mutuamente de algo que de no despejarlo pronto podía llegar a ser una tragedia, pues parecía ser solo el preludio de una conversación que podía terminar con su amistad de manera escabrosa. Al parecer eran cómplices al cincuenta por ciento  de una conspiración que tenía los visos de tragedia.

En unos segundos la conversación empezó a subir de tono, sin percatarse ninguno de los dos que en su agitación, sus voces cambiaban de registro haciendo que estas parecieran  inmateriales. Y fue cuando comenzaron los reproches junto con las acusaciones mutuas saliendo a la luz unos amoríos inconfesables por tratarse de una mujer comprometida.

Fuera de tono, uno de ellos intentó solazar con una elegancia fingida lo que se preveía iba a acabar mal, pero este toque de sutileza que  dio Paco de repente a la conversación no pareció calmar los ánimos de Felipe.

Anna cada segundo que pasaba escuchando se sentía más y más interesada, llegando a involucrarse hasta el punto de creer que hablaban de ella. Más tranquilos piden otra consumición, Anna se relaja cuando piensa que ante una copa en compañía de un amigo se puede llegar a reír las ocurrencias del otro, pero también se puede hablar con claridad  para disipar el mal entendido, pues al  escuchar los reproches a veces se disipan las desconfianzas, hasta llegar a imaginar que te encuentras en un confesionario donde puedes contar sin temor alguno  que todo lo que dices no se va a ser difundido, pero, si el propósito sirve  para liberarse  de los problemas que se cuentan, puede que hagan mucho daño al individuo que lo escucha.

Uno de estos jóvenes por unos momentos parece ignorar a su amigo, su mirada se vuelve distraída, dando la sensación que se encontraba en otra galaxia.

Anna contiene la respiración esperando con impaciencia la reacción que pudiera tener Paco cuando Felipe dejara de mirar hipnotizado las volutas de humo que salían de su garganta ¿estaría Felipe pensando en la manera de salir airoso de aquel trance?

Anna se distrae con sus pensamientos, pues comenzó a divagar sobre que función hacen las terrazas de verano, y si es solo para que la gente se pueda hacer confidencias, sonríe, por algo están ubicadas  en la arteria principal de las ciudades, pues se sabe que las cafeterías en verano sin las terrazas no serían nada.

Mientras tanto Felipe, parecía seguir mirando al infinito expeliendo con lentitud  el humo de su cigarrillo que parecía estar nublándole la razón.

Anna abstraída con sus elucubraciones, no se percata  de que un grupo de alborotadores irrumpían en el paseo con sus gritos de libertad y trabajo.  Ante la terraza donde se encontraba Anna se formó un tumulto que algunos de los veladores cayeron al suelo mientras los camareros intentaban disolver la algarabía de la terraza. Anna dirige la mirada hacia los dos jóvenes y, descubre que tan sólo se encontraba sentado uno de ellos, y que al fijar su mirada en él, notó que en su rostro lucía una sonrisa  a medio gas, pues su apariencia era la estar  impávido. Ante esta observación siente un estremecimiento, entonces mira al suelo  al notar que sus pies estaban húmedos. Estaba pisando un charco de sangre.

Dirige la mirada al joven de la mirada impávida, sus nervios se crispan al ver cómo algo brillante parecido a un cristal asomaba por su boca abierta, se remueve en la silla, la gente que por allí pasaba parecía ignorar lo que estaba sucediendo en aquella terraza de verano, cuando Anna se levanta para cerciorarse de que lo que salía de la boca del joven, una voz tras ella le dice, no toques nada esos cristales están malditos.

Anna se aleja de la terraza con pasos inseguros se dirige a su casa mientras un terrible dolor de cabeza le hace recordar el horrible sueño que le estaba empujando hacia un abismo que la estaba llevando inexorablemente hacia ese Inframundo que le hacía dudar si se encontraba en él, o era sólo un lugar en el que siempre creyó no podía ser para ella.

En realidad estaba viva... 

 

 



lunes, 20 de noviembre de 2023

Al despertar

AL DESPERTAR

 

Aquella mañana Anna al levantar la persiana de su alcoba se dijo entre-dientes, otro día más ¿Y, éste día que comienza llegará a ser interesante para mí?

Después de una llamada inesperada, se encontró vacía, al colgar tuvo la sensación  como si la propia vida  le hubiera robado descaradamente algo que era muy suyo, que no es otra cosa que la libertad de movimientos, como la de ir a donde place.

Cierra la ventana con desgana, hacía frío, o ella lo estaba notando en su cuerpo como si fuera una losa que hubiera estado toda la noche a la intemperie.

Mira con desgana hacia la mesilla de su dormitorio donde reposa un libro, que solo leyó unas cuantas páginas, recordando cuando comenzó aquella lectura que sin motivo desistió en seguir leyendo a pesar de que su autor era un renombrado escritor; sería que se encontraba cansada, tal vez apática, o era el resultado del encierro obligatorio. ¿Habría perdido el placer de la lectura?

Pues podía asegurar que siempre fue una devoradora de libros, dando  por supuesto que entre esas lecturas había variaciones de temas, y pensó que alguno de ellos eran fantásticos al ser de esos que al término de la lectura te queda en la retina, y grabado en la memoria algo así como si fuera un recuerdo profundo que parece conllevar el contenido de la narrativa.

Pero en esta ocasión... ( mira de nuevo el libro) ya que se trataba de un libro de un autor consagrado, de esos que cuando llegan a la cima, escriban lo que escriban es siempre bien acogido por sus seguidores que  asombrosamente  buscan con afán sin saber el tema de lo que va se lanzan  en su búsqueda por las librerías, solo por ser el último libro de su autor preferido, y que solo por ser quien es, lo hacen incomparable a cualquier otro autor, ya que por supuesto estos autores saben crear un virtuosismo mágico que a veces es solo humo, pero hay que reconocer que ahí radica la magia de la lectura.

También hay otros autores que no por ello son menos ágiles con la pluma, pero que solo encuentran dificultades a la hora de que le editen sus narraciones.

Y todo viene a consecuencia de una desgana extraña que involucra también a la lectura, quizás fuera motivado por el confinamiento, pues tampoco le apetecía escribir en su diario, ni contar los acontecimientos que estaba viviendo, era todo tan extraño que no parecía tener racionalidad, o tal vez fuera propiciado por los eventos previsto que tuvo que posponer, y cancelado  por el Covid-19-

Aquella mañana en que subió la persiana de la ventana de su alcoba, supo que le pasó algo inenarrable, después de un momento de contemplación al ver la calle solitaria supo que le aterró la panorámica, cuando de repente vio una luz, no precisamente la del sol, era una luz mucho más sutil que le inundó el cuerpo haciéndole vibrar.

En un impulso se precipita hacia el televisor busca nerviosa un canal necesitaba ver una emisión que recordó había quedado inconclusa, y mientras buscaba desesperada el canal, se dio cuenta que aquella historia que estaba buscando tenía garras, unas garras que sin motivo se había grabado en su memoria como espectador, pues en esos momentos había descubierto que lo que estaba ocurriendo en medio mundo estaba escrito y que pasaría, también supo de que lo había soñado, y fue cuando descubrió  que estaba   rememorando su propia vida, una vida que para muchos profanos sería un canto de gloria, pero para ella era algo diferente, ya que el espíritu  al no morir llega sin apenas percatarse de ello el espíritu es cuando alza  el vuelo, y  es revelado  el verdadero destino.

Y quedándose dormida en el sillón descalzador, visualizó la historia de una vida, que creyó comenzó así.

Una mañana de otoño cuando el viento soplaba sin dirección…

Una claridad potente entro por la ventana quedando a toda la familia ciegos, y fue desde entonces cuando cambió el esquema que Anna se había hecho de la vida, desde ese momento no pude ver más a su familia sólo  supo que se encontraba viviendo en Cáceres hablando un idioma que nunca creyó pudiera hablar, y que ahora se encontraba en medio de una pandemia absurda sin poder comunicarse  con nadie, ¿Qué pasaba? No entendía nada, y cuando creyó estaba a punto de volverse loca, oyó una vos que le dijo, es tu nueva vida, no querías ser diferente, ahora tienes la oportunidad de hacer algo por tus semejantes,

 pero ¿Qué hacer? Contestó Anna.

 Eres química, inventa algo que detenga las epidemias y las guerras.

 ¿cómo?

 Eres inteligente, sólo tienes que pensar que la mente tiene un poderoso poder que nadie ha podido igualar, con ella se puede parar las ignominias que hace el hombre cada día sólo por tener poder sobre los demás, pues esto es lo que lleva a la destrucción de la moral.

No sé qué hacer me encuentro desprotegida como ciudadana.

 Muy sencillo, inventa algo para que estos ambiciosos gobernantes encuentren algo más satisfactorio para sus egos, y dejen de pensar en cómo vivir de los impuestos de los honrados ciudadanos.

Pero eso es imposible el poder les ciega.

No temas de eso me encargo yo, tú solo descubre algo que les sea más rentable que meterse en la política para medrar, ya que es obvio que solo los mueve el afán de poder y del dinero, y entonces es cuando llegara el momento en que el mundo será libre de los sátrapas sin escrúpulos.

¿Es una utopía o verdad lo que estoy pensando?

Puedes pensar lo que quieras, pero tu estas ahí para que presencies los acontecimientos que están por llegar.

¿Entonces por dónde empiezo?

Ya lo sabrás a su debido tiempo El Universo sabe lo que está pasando en el mundo, y no desea que entre unos cuantos descerebrados se destruya su obra.

Y la voz se apagó mientras se oía una melodía relajante que hizo que Anna se pusiera a trabajar.

Poco después algo novedoso pasó, que el petróleo dejó de interesar a los magnates, el mundo comenzó a calentarse con el astro rey, el Sol, por lo cual se acabaron las especulaciones.

Pero por el momento no eches las campanas al vuelo, ni te animes demasiado, aún queda mucho por arreglar, no me gustaría haceros más daño del que vosotros mismos os hacéis, sólo pido paciencia, porque todo lo tengo previsto.

 




viernes, 3 de noviembre de 2023

Almas en las sombras 3º parte

Y comencé a tener una algo que le pareció podía ser una pesadilla, pues pude oír entre susurros que alguien me decía. Ahora tienes la oportunidad de hacer real tu sueño como tener  trabajo, y prosperidad, pero no dejes de caminar sobre países y raza, pues algún día colaborarás en el desarrollo de una nueva vida, que te será más grata.

Con los ojos cerrados, recordando recorrió aquel viaje que hizo a Egipto, y también recordé que lo que más me atrajo de aquel viaje fue, el comprobar que ante mí en uno de los templos que visité había una puerta falsa vertical, que ante esta contemplación, me sentí algo parecido  a como si hubiera  una vinculación extraña conmigo, sobre todo al comprobar que bajo esa masa pétrea, que en realidad era una terraza que sostenía una pirámide, que además era donde yacía Hatshepsut, y entonces fue cuando me atrevió a entrar, pues parecía que había muchos secretos por descubrir. Cuando caminaba por un túnel me encontré inscripciones por doquier, relieves, imágenes de personajes, dibujados en tinta en los muros, y a pesar de encontrarme en estasis me  llamó poderosamente la atención un rincón que al contemplarlo me pareció inverosímil, pues creí que me indicaba que me acercara para decirme que  guardaba muchas historias que contar, y muchas más por descubrir.

Un ruido de cazuelas hizo que mu cuerpo inerte diera un giro hacia donde venía ese ruido entonces escuché en el aire una exquisita melodía, una canción, que eran notas altas, y bajas pero tramadas en sublime armonía.    

Pasaron dos horas hasta que pude levantarse de la cama, me encontraba cansado, tanto que al apoyarme para levantarme con el codo rocé la caja que se encontraba en una mesa que estaba junto a mí, que  hizo caer con gran estrépito.

Enseguida la recojo del suelo sin apenas mirar si se había roto su contenido. En esos momentos y ante la incógnita que se me planteaba, creí haber encontrado la solución, y salgo de la habitación precipitadamente, me dirijo hacia la mesa donde tenía el móvil, con mano temblorosa hice una llamada.

Soy yo, perdona, cuando llamaste no pude atenderte, no me encontraba bien, pero ahora necesito que vengas a mi casa pues tengo algo que sólo tú puedes sacarme de la duda.

 De acuerdo, pero dime dónde vives, nos conocemos hace mucho pero nunca me has invitado a tu casa.

Una vez terminada la conversación, cuelgo satisfecho, y me siento junto a la mesa donde se encontraba la caja.

 Poco después, Matilde, después de dar unas cuantas vueltas, entra en la calle donde supuso por la escueta explicación que le dio donde vivía Eladio. Aparca su Mini justo en una calleja sin salida, camina unos pasos hasta adentrarse en una calle que le pareció no tenía motivos para llamarse calle, y buscando por las indicaciones que le había dicho Eladio por teléfono encontró un edificio extraño para aquel barrio, tampoco tenía número, pero aun así no detectó nada que fuera anormal en una calle antigua, pues a pesar de tener un aspecto desastroso, siguió adelante hasta llegar a donde se había citado con su amigo.

 Se para ante el único edificio de tres pisos, era antiguo especialmente extraño, con una fachada áspera, erosionada por falta de atención y cuidados, Matilde entra en el portal, ante ella la esperaba un ascensor jaula donde el hierro se encontraba salpicado de manchas herrumbrosa, que se encontraba aprisionado por unas claustrofóbicas escaleras, desde donde se podía apreciar una vez dentro, en el ascenso o descenso—según se mire- dónde se podía apreciar la desolada agonía de aquel edificio en el cual vivía, Eladio.

Llama a la puerta, una puerta de madera carcomida de pernios oxidados, Eladio la recibe con una sonrisa de agradecimiento, pasa, espero me puedas ayudar, pues tengo un encargo que desde que llegó a mis manos ha supuesto para mí un enigma, y necesito que me ayudes a resolver antes de que acepte el trabajo. Entonces no supe cómo, pero mi mente se bloqueó, ante Matilde y –dije con timidez-- sé que siempre te interesaron las antigüedades…

Matilde una joven moderna, con un atractivo especial al poseer una abundante melena de color cobre que se hacía notar por donde pasaba, ese día para acudir a la cita de su amigo, se vistió una falda exageradamente corta, un jerséis ajustado que realzaba su busto, unas botas altas llamadas de mosqueteros que llegaban a taparle medio muslo, consiguiendo que con este atuendo fuera aún más llamativa.

Pero yo no reparé en cómo iba vestida, al encontrarme metido en unos turbulentos pensamientos que hacían imposible que pudiera vivir la realidad.

Matilde con la simpatía que siempre la caracterizó, con desenvoltura, se acercó a la mesa, y preguntó ¿Dónde está ese tesoro?

 El que se hacía llamar en esos momentos detective le muestra la caja, Matilde la abre, pero, nada más ver la joya, sin haberla tocado, y sin llegar a tener conciencia de ello, articuló unas palabras que al salir de su boca tronaron cómo si hubiera salido de unas catacumbas, que ella misma desconocía; confusa buscó una silla para sentarse, cuando se serenó.

Con voz temblorosa, titubeante, pudo decir, siento comunicarte que en este caso no voy a poder ayudarte, no me veo con el suficiente conocimiento cómo para desvelar de que siglo puede ser esta joya, sí lo único que puedo decirte es que el diseño es único, jamás había visto uno igual, ni tan siquiera es parecido a ninguna de las muchas fotografías que se divulgan en las revistas especializadas en joyas de la antigüedad.

Yo al verla tan reticente, insisto para que la mire con calma, diciéndole sabes que no puedo llamar a nadie que no sea de mi entera confianza, pues mi trabajo requiere la más absoluta discreción, por favor, no me falles--le supliqué—sólo confío en ti.

Matilde, no encontraba palabras que fueran disculpas razonables para que su amigo no se enojase con ella.

 Mientras  Matilde le decía que necesita otra clase de ayuda, y que mi propósito no era el de escaquearme, en esta ocasión, sólo necesitaba  tener más información.

 ¿Has pensado que este collar, o lo que parece ser, puede llegar a tener hasta cinco mil años de antigüedad?--Dijo Matilde--

SEGUIRÁ




sábado, 28 de octubre de 2023

Almas en la sombra 2º parte

Habían pasado al menos dos horas cuando de nuevo el teléfono suena, sin estar conectado.

Lo coge con desgana, ¿Has recibido un paquete?, es necesario que lo tengas en tus manos lo antes posible, creo que sabe bien de qué estoy hablando, pues este asunto es necesario que se solvente cuanto antes.

 Eladio no sabe qué decir, en unos segundos sin apenas reponerse de aquella llamada, llaman a la puerta, un mensajero le entrega un paquete, que nada más dejarlo en las manos de Eladio, el recadero desaparece.

 El teléfono seguía conectado, Eladio sin saber qué hacer mira aquel paquete…

Mientras desde el teléfono una voz le increpa, despierta de una vez, ya tienes el paquete que te acabo de mandar, bien, pues ahora a trabajar, me urge que este asunto esté resuelto cuanto antes.

Eladio se dirige a la mesa, deposita el paquete, necesitaba pensar antes de abrirlo, pero una ansiedad interior lo apremia.

¿No me digas que ahora te vas a echar para atrás?

“No” se contestó así mismo, con rotundidad.

Pues ya puedes ponerte en marcha. En aquel momento del móvil salió un ruido extraño como si se tratara de una máquina que poco a poco pierde velocidad.

Poco después con extraña agitación abre el paquete, era una caja de madera, la abre, dentro había una joya que no supo calcular el valor que pudiera tener,  él no entendía de joyas, y mucho menos de esta clase de joyas que por su aspecto parecía ser muy antigua.    

  La observa con detenimiento, parecían representar tres moscas, cada una de ellas se encontraba coronadas por pequeñas gemas de diferentes colores las cuales parecían realzar unas siglas, que para cualquier profano como él, eran totalmente ininteligibles. Después de haberla observado durante largo rato, no consigue tener nada claro, pero, sigue sin atreverse a sacarla  de la caja, se enoja consigo mismo al no tener la valentía necesaria para llegar a una conclusión.

Cierra la caja, y después de cerrarla piensa que el contenido era totalmente contradictorio a la madera con que estaba trabajada la caja, pasa la mano suavemente por la superficie,  analiza de nuevo cada milímetro de aquel envase, pero al no encontrar en su memoria nada que pudiera revelarle la procedencia de aquella madera, decide entrar en internet para  comprobar a  que especie arbórea conocida pertenecía, pero fue fallido, aquella madera no parecía estar catalogada como madera, la preocupación le hace  ponerse ante la caja, comienza a pensar, pero solo saca en conclusión que la madera parecía ser atemporal, ya que su procedencia era imposible de averiguar.

De pronto, da un respingo en la silla, aquella madera solo podía pertenecer  a una clase de árbol...

No obstante, y con los nervios a flor de piel supuso de donde podía ser su procedencia, entra de nuevo en internet para buscar las características de aquella madera, mientras busca piensa en el diseño de la caja que  le pareció que era muy especial.

Una vez que leyó en internet todo lo que se decía sobre las maderas especiales, desistió al no encontrar nada significativo que la distinguiera, pero de lo que estaba seguro era que el diseño del estuche no era el primitivo.

Eladio por unos momentos no sabe qué pensar, era un trabajo, y él nunca había hecho nada en su vida que no fuera satisfactorio, y ahora que tenía una oportunidad que parecía ser especial pues no comprendía cómo se había atascado en una cosa que aparentemente parecía fácil, tan sólo tenia que  saber diferenciar la madera, donde era la procedencia de esa madera y el año en la que había sido  elaborada aquella joya, pues mientras miraba tuvo el pálpito de que en aquel trozo de madera, podía guardarse un enigma.

Aquel enigma no parecía ser para él, debía dejarlo, pues lo menos que necesitaba en esos momentos de su vida era tener más complicaciones, pero también necesitaba trabajar para subsistir, de pronto creyó ver la luz, en ese momento su mente fue tan rápida que, decidió llevar a cabo aquella investigación que le habían encargado.

La realidad para Eladio aquel trabajo se le presentaba como un reto, uno de esos retos que sólo se presentan en escasas ocasiones, por lo tanto decidió aprovechar la oportunidad.

Tal vez esto podía ser el comienzo de algo que podía llegar a catapultarlo hacia nuevos trabajos que estuvieran más acorde con lo que siempre deseó.

Pero dentro de sus dudas Eladio pensó que se encontraba ante un trabajo desconcertante, al no tener ni idea por donde empezar por supuesto este trabajo podía ser mucho mejor que el de perseguir a criminales que a veces, y después de una burda y lamentable investigación, cuando llegaba al resultado, sólo eran historias inventadas o bulos tan rocambolescos que algunos de los policías llegaban hasta a ridiculizarlo.

 Esta nueva etapa que veía venir a su vida se la imaginaba brillante, pues creía ser merecedor  después de haber pasado  tantas penurias sin una recompensa.

 ¿Sería que le había tocado la mano de Dios?  Aunque supo de antemano que,  todo parecía tener trazos de ser difícil de resolver. Pero ¿Por qué él?

 ¿Quién se lo propuso?

Eladio, no piensa en nada parecía tener la cabeza vacía mientras miraba con recelo la caja que se encontraba encima de la mesa, sin llegar a tocar la joya da mil vueltas a la cabeza con respecto a si decidirse o no aceptar aquel encargo, en un impulso, saca la joya de la caja, su cabeza parecía no razonar ante la necesidad que tenía de un trabajo, y no supo ver el resplandor que la joya parecía emanar.

De pronto con la joya en la mano, tuvo una visión que le hizo sentarse, y fue cuando en un momento de desorientación le pareció ver a un grupo de hombres que tenían la cabeza rapada, barba larga blanca,  párpados entornados sobre unas pupilas hundidas, estos seres se encontraban ante él, de pronto aquel grupo comenzó a flotar por la habitación, que al encontrarse vestidos en túnicas que parecían  harapientas, Eladio durante unos minutos no supo cómo reaccionar pues también creyó ver que estos seres parecían ángeles salidos del averno, pues al estar todos suspendidos, inmóviles en el aire, daban la sensación de seres incorpóreos. Para poco después comenzar a volar ante él como si fueran grandes pájaros nocturnos, que parecían deslumbrados por la luz del día.

Conmovido por aquel espectáculo que acababa de ver, no puede más y se echa encima de la cama, pero antes de acostarse pone la caja en la mesita de noche con la joya dentro, no cierra los ojos, pues desde el primer momento que la tuvo en sus manos, y la observó, le obsesionó el desfase que se podía apreciar sobre el diseño de la caja, y su conservación.

Estaba seguro que la caja no encajaba con la antigüedad que parecía tener la joya,--aunque solo se atrevió  mirarla  de soslayo-- este detalle le alerta ante la posibilidad  de que pudiera estar involucrada en algún robo importante, o, tal vez en alguna trama que podía desembocar en un asunto turbio.

Para distraer su impaciencia, mira con detenimiento el techo de su salón, y tuvo la sensación de que se encontraba cubierto con la arena dorada del desierto.

Quiso gritar, pero su cuerpo se encontraba paralizado, y creyó que su espíritu se estaba diluyendo hacia la demencia.




martes, 24 de octubre de 2023

Almas en las sombras 1º parte


 

ALMAS EN  LAS SOMBRAS

 

 

 

Para Eladio joven cacereño, aquel día había amanecido oscuro, tan oscuro que no vislumbró cómo el sol brillaba con todo su esplendor, entra en el cuarto de baño, se mira en el espejo del lavabo, y ve horrorizado cómo  destacaban por su rostro a pesar  de ser un hombre joven unas arrugas bien definidas sobre todo en la comisura de los labios, sus párpados en esos momentos desvaídos parecían que guardaban unos ojos que daba la impresión de ser dos piedras de azabache, y aun a pesar de verse en tan mal estado, y en desánimo, parecía emanar de él  cierto encanto que a las mujeres atraía.

La verdad era extraño que a sus treinta años se sintiera cansado, la causa podía ser el no haber encontrado su lugar en esta vida, a veces lo achacaba a los trabajos que hasta el momento había desempeñado, ya que ninguno había despertado su pasión.

Después de haber hecho varios intentos, más que de estudiar comenzó a divagar y tontear comenzando diversas  carreras, ya que en el segundo curso se le hacía cuesta arriba, con esta actitud, solo había conseguido que tuviera nociones variadas en diversos temas. Pero llegó el momento en que necesitaba trabajar; fue cajero en un banco, ayudante de dirección en una empresa de cosmética, y otros oficios más, pero por el momento nada le satisfacía.

Una mañana al levantarse, se notó más vivo que nunca, y decidido cogió su mochila y poniendo en ella lo más imprescindible, viajó por el mundo sin rumbo fijo, que al no tener previsto dónde ir, el desapego por todo lo que se encontraba a su paso lo llevó hasta entrar en las tierras Egipcias.

 Una vez allí deambulo por el desierto, admiró monumentos, que  parecían haber surgido desde el principio de los tiempos para que él los contemplara, entonces  pudo ver el bullir de las plazas repletas de turistas, paseó por las calles y los mercados comprobando la alegría de las gentes, la fastuosidad de los templos, que para Eladio era tan sólo un decorado idílico; entonces,  y sin apenas darse cuenta alargó la estancia en aquel misterioso país a tres meses al ser tierra de faraones.

Sabía que había entrado en un mundo en donde la sofisticación parecía reinar en la interminable arena. Y cuando se encontraba ante una de las pirámides, creyó escuchar cómo una voz cerca de él que para sus oídos sonó como si fuera un estruendo,--ésta le dijo—qué haces tú aquí, nadie te necesita ni pedido de que estés aquí, tú debes estar en tu sitio ¿o es que no sabes cuál es tu función en la vida?

 ¿No crees que ya podías haberte dado cuenta?

Desde aquel día Eladio lo que siempre creyó podía ser una inestabilidad emocional  lo escuchado en el desierto hizo que volviera de nuevo a Cáceres. Durante el viaje pensó que era un regreso sin aliciente alguno ya que su ánimo era igual que cuando se fue, sin nada que pudiera ilusionarle.

Una vez en Cáceres y cuando atravesaba el Paseo de Cánovas camino de su casa, el sonido de las sandalias de papiro que llevaba puesta se hacía a cada paso más notorio, pero se encontraba tan desencantado con su vida que no se percataba de ello, quizás fuera la brisa que le daba en la cara la que le nublaba los sentidos. Solo sabía que se encontraba de nuevo en su amado Cáceres pero al parecer todo seguía igual, mientras tanto  la gente a su paso lo miraban.

¿Mirarían la mochila que tenía aspecto raído y mugriento?, bueno cuando llegara el momento se desharía de ella, por el momento no lo haría ya que guardaba muchas connotaciones para él.

Pero por unos momentos  se extrañó de que su mugrienta mochila despertara la curiosidad de los transeúntes, pues al parecer y sin que él se percatara de ello  desprendía un halo luminoso que en sus destello se asemejaba  al Aura Boreal, esa que tanto les gusta contemplar a los turistas que van al norte de Europa.

Eladio una vez llegó a su casa situada en el barrio viejo judío de Cáceres, al abrir la puerta y entrar  sintió ese frescor natural, ese que regalan gratis las casas antiguas, abandona la mochila encima del sofá, para ir directamente a echarse  encima de la cama. La suave temperatura hizo que se quedara dormido.

Al día siguiente al despertar, ve con desagrado la mochila en el suelo, se levanta para recogerla y ponerla encima del sofá, pero al cogerla y encontrarse abierta todo su contenido cayó al suelo, entonces mal humorado lo recoge sus enseres con las dos manos, y tira lo recogido encima del sofá.

Y no sabe si por la consecuencia del desaliento o el cansancio cree notar algo extraño, mira a su alrededor, la casa siempre había sido pequeña,--pues no había estado tanto tiempo ausente como para parecerle desconocida—oteando la estancia desconcertado, descubre en el fondo del pequeño salón, algo parecido a un estrado que se elevaba del suelo, donde había un trono de madera dorada salpicada de piedras preciosas, el suelo cuando bajó la vista le pareció  un mosaico que reflejaba con exactitud el enrejado de la celosía de la ventana.

Al instante comenzó a oírse el sonido de un caminar pausado, en su desconcierto puso en duda lo que estaba viviendo, y no acertó a discernir de qué se trataba, de pronto aquellos pasos cesaron parándose junto a él; el dueño de aquellos, en eso y al llegar a este punto pasos, una voz le dijo, me han dicho que tienes entre manos hacer un trabajo, espero con que éste sepa  cumplir tus expectativas. 

Eladio de pronto siente una ira incontrolada ante esta orden, y para calmarse sabe que necesitaba una ducha.

 Poco después decide salir para respirar aire fresco que creyó necesitar después de vivir aquellos meses calurosos  en el desierto.

 Era primavera en Cáceres, y nunca le pareció tan maravillosa pues nunca la comparó con un hermoso oasis. Pero antes de salir a la calle mira de nuevo su casa desde la puerta, que al ser ésta de estructura estrecha y alta, le pareció a simple vista claustrofóbica.

Confuso pensó que su cabeza con la presión del cansancio, aquello que creyó haber visto podían haber sido imaginaciones suyas o  alucinaciones, pues para él lo más urgente era que necesitaba evadirse, expandir al aire lo que estaba sintiendo, y por qué no, que esos pensamientos se diluyeran por el aire mientras se tomaba una cerveza fresca en una terraza.

Se adentra por la plazuela de San Mateo, el aire al ser una zona alta de la Ciudad le pareció reconfortante, baja la calle ancha custodiada por casonas del medievo, se recrea en su paseo,--adoraba Cáceres-- pasa por delante del museo moderno Alvear, mira, pero no entra, la modernidad en esos momentos no le llamaba mucho la atención. Se encamina hacia la calle San Pedro, para entrar en el Paseo de Cánovas, de pronto siente un hormigueo en el bolsillo del pantalón, mete la mano con precipitación para saber de qué se trataba cuando de pronto siente una punzada en el muslo, en unos segundos pierde el conocimiento, y cuando despertó se encontró acostado en su cama, sin recordar lo sucedido.

Solo supo al despertar que se encontraba mareado, se levanta, y para llegar a la cocina tuvo que ir tocando la pared para no caer, necesitaba encontrar algo  que le calmara el mal estar, pero la despensa estaba vacía, y sonríe cuando ve un paquete de galletas de no sabía cuánto tiempo  podían estar allí, coge una, peo tiene que beber agua por lo seca que estaba, cuando regresaba a la alcoba a los pies de la cama ve una piedra en el suelo, la coge, y una vez en su mano algo extraordinario le sucede pues cree estar recorriendo Egipto como en un flas.

Y se ve que se encontraba en el oasis de Bahariya a unos 400k del Cairo, mira a su alrededor y supo que estaba en el Valle de las momias, donde se dice que puede haber más de 1000, muchas de las cuales están cubiertas de oro, pero Eladio no entendía  el motivo por el que se encontraba allí, pues sólo sabía que era un recinto secreto donde estaba prohibido entrar al ser un yacimiento donde se estaba haciendo una excavación.

En esto, inconscientemente se adentra y en una de las galerías encuentra una cámara mortuoria, que tiene tres habitaciones con enseres, y donde había vajillas, monedas de oro, y restos de semillas.

Y al salir de aquella cámara el sol lo deslumbra, de pronto una mano se posa en su hombro, mira, y era una momia con el cuerpo cubierto con una capa de oro, que sin miramientos le dice, tienes que hacerme un favor. Eladio escucha sorprendido, mientras seguía diciendo la momia, sólo tú puedes hacerlo, y desapareció, no sin antes decir, tienes que mirar en internet.

 Despertó encima de la cama, entonces quiso recordar que fue lo que le pasó para que tuviera aquel sueño,  pero en su cabeza solo quedaban fragmentos confusos de sucios e intrincados laberintos, senderos interminables que no llegaban a ninguna parte. Intenta levantarse, pero la cabeza le dolía, bebe un sorbo de agua para apaciguar su ansiedad. 

En esos momentos el teléfono móvil comenzó a sonar, que en sus oídos retumbó como un trueno, lo coge con desgana, y una voz conocida ajena al desencanto que estaba padeciendo en esos momentos dijo, Eladio, querido amigo ¿Te pasa algo? Sé que te encuentras en Cáceres desde al menos-- según me han dicho-- una semana.

 Un súbito escalofrío recorrió su espalda, que al instante fue reemplazado por un calor sofocante, que desembocó en un desagradable escalofrío, y sin decir palabra desconecta el móvil, no podía hablar un nudo parecía atenazarle la garganta.

 Seguirá.




miércoles, 11 de octubre de 2023

DÍA DE LA HISPANIDAD


DÍA DE LA HISPANIDAD

 

 

Nunca se llega tarde si lo que encuentras en la historia es la verdad, como la huella que dejaron unos cuantos aguerridos españoles en 1492 capitaneados por el insigne navegante Cristóbal Colón, que descubrió un nuevo mundo; que según los acontecimientos no fue llamada por los conquistadores  "América” siendo al parecer una negligencia de nuestros descubridores, siendo la causa de que este grandioso descubrimiento llevara el nombre de uno que llegó después de Colón, llamado Américo, gran error por parte de los españoles y descubridores; pues esta gesta se logró gracias a la contribución, y al dinero de los reyes Católicos de “España” Isabel y Fernando, siendo ellos los que hicieron posible este gran descubrimiento, que sólo se les ocurrió llamar tierras  indígenas.

Estas tierras cuando los españoles llegaron a ellas, nada más pisar su suelo, tuvieron que poner orden donde no lo había, pues con esta colonización llevaron la cultura (algo que tanto escasea hoy en día) de este legado que dejaron los españoles dio pie a que nacieran una serie de Naciones, ya que el Pacifico era idóneo para ello. Si comentamos este gran descubrimiento fue el que dio pie a que  se formara lo que hoy es conocido por, Estados Unidos.

Escribo esto para de una vez combatir esa leyenda negra que se ha dado en difundir por aquellos que solo desean la destrucción de una España, una España que nunca se arredró ante las dificultades llegando a tener bajo su tutela un poderío grande, tanto que solo lo igualó el macedonio Alejandro Mago. “Que no se olvide”.

Pero esta gesta grandiosa de los españoles, por supuesto  no fue con la intención de masacrar a los pueblos, si no para civilizarlos, llegando a imponer la abolición de unas costumbres donde el hombre era sacrificado en nombre de sus dioses.

 Y que ahora por unos cuantos analfabetos con aires de entendidos, están vertiendo mentiras ante la impasibilidad de unos cuantos españoles iguales que ellos, que están permitiendo que esta falsedad nos maltrate y vilipendie a todos por un grupo de ineptos que no saben nada de nuestra historia, y que por el mero hecho de tener “poder” ellos mismos dan por hecho  que todos los españoles nos tengamos que creer esas falsedades  dónde se desprecia la historia, una historia española que no debe ser manchada por unas gentes que no aprecian los sacrificios que tuvieron que pasar aquellos aguerridos hombres que nos trajeron una gloria  que muchos países no la tienen  al carecer de hombres valientes, en ellos me apetece nombre a los Extremeños, hombres que jamás vieron la inmensidad del mar y se adentraron en ella para gloria de esta España que los bien nacidos amamos a pesar de tanta injuria por parte de aquellos que sin razón justificada la odian ¿Por qué será? Acaso tienen envidia  de que ellos no pudieran, no por la época si no porque nunca hubieran tenido el coraje para participar en semejante gesta que fue nada menos que el descubrimiento de un nuevo continente. A una parte de este continente se les enseñó caminar por senderos llanos, algo que estos “eruditos” de la historia han sembrado de espinas, despreciando con su zafia leyenda unos hechos que fueron tan relevantes, que aún y a pesar del tiempo transcurrido sigue en los cánones de la historia como una de las más grandes gestas. Es sabido que estas gestas  se tuvieron que escribir con sangre, puesto que la historia siempre se ha escrito y por desgracia siempre se escribirá, con esa clase de tinta.

Pero los hechos son los que escriben la historia, que para España fue uno de sus momentos más gloriosos,  por ambas partes, ya que gracias a este descubrimiento América es conocida por todo el mundo.

 Y yo pienso en aquellos destructores de España que se vanaglorian en enturbiarla y ridiculizándola, que se vanaglorian  al contar leyendas que no se asemejan a la realidad.

Por lo tanto a estos “eruditos” que odian tanto a esta España nuestra, que lean historia, pero la auténtica, y se dejen de demagogia  barata que sólo les deja en ridículo.

ESPAÑA ES, Y SERA POR SIEMPRE AUNQUE PESE A UNOS POCOS, UNA NACIÓN DONDE LOS HOMBRES  LLEGADA LA OCASIÓN SABEN DEFENDERLA.