sábado, 19 de febrero de 2022

Dos amigas 2ª parte


Mientras tanto Anna seguía hablando de algo que pudiera llegar a ser el futuro de la Tierra, pues a pesar del bullicio que provocaba la gente al acercarse para averiguar que pasaba en aquella parte del jardín, entonces se hicieron oír con virulencia las sirenas de las ambulancias junto con los coches de la policía, que en unos minutos desalojaron a los curiosos, quedando el parque vacío.

En esos momentos es Anna la que intenta calmar a Sonia al verla tan agitada. Minutos después, se dispusieron a caminar y mientras pasaban por una de las avenidas, dijo Anna; --volviendo a la conversación--es muy sencillo, para ,todos aquellos seguidores de estos siniestros personajes que quizás al no ser capaces de poder adaptarse al clima, y una vez que ya no sirvieran para desarrollar el trabajo requerido, sin miramientos serían arrojados al espacio infinito hasta que estos fueran desintegrados.

Pero eso es una atrocidad.

No te inquietes aún, ten en cuenta de que esto es una hipotética forma de hablar.

 ¿Oh no? Dijo Sonia, cada vez más asustada. Y Anna sacando fuerzas de flaqueza, respondió a su amiga, creo que te estoy asustando,--que no es mi intención-- pues me gustaría decirte con seguridad que esto nos pueda suceder. Después de esta conversación las dos amigas, apesadumbradas se despidieron hasta el día siguiente.

Aquella noche Sonia, no pudo dormir pensando en la conversación que había mantenido aquella tarde con su amiga. Toda la noche la pasó, entre un revoltijo de sábanas que parecían querer maniatarla para que no escapara de su destino, un destino, que ya estaba escrito.

No obstante por dentro sentía la corrosiva impresión de que quizás todo lo que su amiga le había contado podía llegar a ser una cruda realidad. Como aquella noche no podía conciliar el sueño al encontrarse inquieta, en uno de esos momentos de calma quiso creer que todo esos pensamientos de Anna refiriéndose a lo que puede llegar a hacer humano por adquirir poder, y dinero. Entonces Sonia lo comparó, cómo si esta trama fuera sacada de una de esas escaladas que se hacen en grupos, y que al tener que cumplir una férrea disciplina, algunos de estos escaladores, quizás por la dificultad del terreno se resisten a seguir la cordada, ignorando que es importante que el grupo coordinado es la clave de conseguir el éxito, pues todos los componentes de la escalada tienen que estar concienciados de que todo va a salir bien, porque en el ascenso nunca se debe pensar en que puede haber un posible resbalón, porque si uno  cae, puede llevar en el arrastre a toda la cordada, hasta despeñarlos.

 Sonia, cierra los ojos con fuerza intentando desvelar, aquello que le había contado su amiga, pero ¿ qué fue lo que intentaba decirme? Se levanta de la cama pasea por el pasillo, recapacita. Entonces, si un presidente de una Nación, cualquiera que fuere, es un inútil,  es semejante a un integrante de una de estas escaladas, que por su torpeza  puede llevar al precipicio a  toda una nación. Es así de sencillo.

Por lo tanto la humanidad no debe ni puede permitir que se llegue a esos extremos, de consentir que el cabeza de cuerda sea un inútil, pues seguro que su ambición le hace ser torpe hasta llegar a resbalar, y por supuesto en ese caso se llevaría consigo a toda la expedición tras él. ¿No es eso algo así, cómo rayar la estupidez?

Al día siguiente Sonia llama a Anna, necesitaba saber de dónde le pudo venir aquella reflexión. Se citan en una de las terrazas de moda en el centro de la ciudad. Sonia una vez juntas, insiste a Anna que le cuente algo más de aquel extraño presentimiento.

Anna, muy seria le  dice a Sonia, la historia es lo más sencillo de comprender, puesto que es historia, y, la historia se sabe porque ha sucedido; pero, piensa, que, esta premonición, aún está por realizarse, por esa razón tú en tu subconsciente no quieres ni deseas aceptar esta realidad que acecha a toda la humanidad; porque tú sabes que al no haberse acaecido el suceso, sin él no puede haber historia; pero, eso es lo que hay por el momento.

 Sonia tienes que comprender que mientras los llamados “Señores del Mundo” que por supuesto son tan sólo unos hombres mortales, que por el mero hecho de tener poder, se olvidan con frecuencia que ese poder del que disfrutan se lo ha dado el pueblo, pero ellos  no se preocupan ni siquiera en pensar  solo un poco con la cabeza la labor que están haciendo, aunque sepan fehaciente que no tienen derechos adquiridos sobre la Nación que gobiernan aun y, a pesar de pertenecer a una u otra formación política, ya que estas no les da el poder que ellos mismos se otorgan; pues su misión es el no sembrar el desconcierto, perseguir  la corrupción con todo el poder que les otorga la ley, pues esa es una de las fuentes que alimenta el vandalismo en el mundo, hasta extenderse de norte a sur por este maravilloso globo terráqueo, porque todos, absolutamente  todos, lo están haciendo de desastre, mientras nosotros los que formamos parte de esta enrevesada partida de ajedrez, como peones de esta singular y descabellada jugada, nos mueven  a su antojo, ellos, sí ellos, los que siempre son los que se vanaglorian de haber conseguido el poder y, nosotros los que cómo siempre somos los perjudicados.

¿Qué estás diciéndome Anna? No me asustes más de lo que estoy.

Lo que oyes; ellos siempre estarán protegidos. Pero, quizás ignoren al estar tan metidos en el poder, que la historia, no puede parar, tiene que seguir su curso hasta llegar al infinito.

 No estoy de acuerdo contigo; esos “Señores” de los que tú hablas, no pueden por mucho que ostenten el poder cambiar el rumbo ni el destino del mundo.

“Sí que pueden” desde tiempos inmemoriales ha estado sucediendo porque nadie se ha atrevido a enfrentarse a ellos,  quizás, no nos estemos dando cuenta, que todo lo que acontece en el mundo puede ser un acelerón de los llamados.

 El final de un ciclo para comenzar otro nuevo.

 Sonia, se remueve en la silla, mientras se aferra a la creencia de que todo puede tener solución y, le dice de nuevo, pero ¿acaso sabemos que si esto sucediera, sería para que  todo fuera mejor? Anna la miró y, el silencio se apoderó de las dos.

Seguirá




sábado, 12 de febrero de 2022

Dos amigas !ª parte


DOS AMIGAS

 

 

 

Las gafas ahumadas de Anna trataban de atenuar la luz, mientras arrugaba los ojos para calmar la tensión ocular que la cegaba, esto hacía que se sintiese incomoda, pero aquel día necesitaba dar un paseo que la despejara; al pasar por el parque, mira el jardín y cierra los ojos, y en su interior le pareció contemplar el bello reloj de sol que le hizo recordar su tierra gaditana.

 Se encontraba sentada en uno de los bancos del parque del Retiro madrileño cuando oyó que la llama su amiga Sonia; y se cuitaron después de no verse en dos meses, se dieron un abrazo, y comenzaron por hablar de mil cosas sin importancia, de pronto, Anna cambia la expresión de su cara, al contemplar atónita cómo  las flores del jardín que se encontraban frente a ella,  las que minutos antes estaban lozanas, una, a una, y ante sus ojos se iban marchitando, los tallos con desgana empezaban a despojarse de su bella vestimenta ante sus ojos, su amiga, parecía no percibir lo que ella estaba viendo; los que por allí paseaban  al igual que su amiga  ignoraban lo que estaba pasando en el jardín.

Por lo tanto Sonia ajena a lo que a Anna le estaba sucediendo, sigue hablando, pero  al ver tan callada a Anna y a la vez distraída la mira preocupada, entonces se sorprende al ver cómo su cara tenía una mueca extraña que delataba lo que ocupaba sus pensamientos, por la cual dedujo no podía presagiar nada bueno.

Anna le dice Sonia sacudiéndole los brazos--¿te sucede algo?

Anna responde con una mueca, donde simulaba una tenue sonrisa. Pues parecía estar  sumergida en un estado de hipnotismo preocupante, pues miraba con insistencia las agujas de aquel reloj de flores que parecía que sus minuteros se había vuelto loco, en unos segundos, algo insólito sucedió, pues una nube oscura y espesa cubrió el sol.

 Entonces fue cuando Sonia pudo ver cómo aquel parque empezaba a llenarse con una ingente muchedumbre que invadían el parque para mirar esa parte del jardín  de manera especial. Sonia no supo entender cómo en un momento pudo acudir aquel despliegue de gente que parecían sentir admiración hacia aquellas flores que para ella, al contrario de su amiga, le pareció que carecían de olor y color que es que suele suceder en primavera en todos los jardines.

 Entonces ¿Qué era lo que aquella gente miraba con tanto interés?

 Cuando Sonia miró de nuevo a Anna, un terrible escalofrío recorrió su cuerpo, Anna se encontraba con los ojos abiertos de tal manera que parecía que el globo ocular se le iba a salir de las órbitas de un momento a otro.

 Preocupada Sonia, la zarandea de nuevo el cuerpo esperando que reaccionara; pero, cuando Anna abre la boca, para decirle a su amiga ¡Sí! me encuentro en este estado  porque creo, que si el mundo sigue así...

 ¿Cómo qué quieres decir? 

Que tengo el presentimiento que muy pronto nos pasará como a estas flores que nos marchitaremos en plena primavera.

 Sonia intranquila dirige inmediatamente su mirada hacia el jardín, se levanta del banco, pero una vez puesta en pie la gente le impide ver lo que estaba sucediendo, se dirige hacia el tumulto, y después de hacerse un hueco para poder ver lo que allí estaba pasando, al fin logra acercarse al jardín, entonces ve a un hombre tendido inerte con la cara nívea en el jardín, que al mirarlo con detenimiento ve que su cuerpo exhibía una  extraña figura, al encontrarse casi oculto entre los pétalos de las flores marchitas y  cómo los tallos de las flores cubrían el lecho del jardín. Horrorizada, aparta sus ojos de aquella visión, se dirige hacia donde se encontraba su amiga, y sienta de nuevo junto a ella, mientras tanto las piernas  le temblaban.

Anna no la ve llegar pues parecía seguir hipnotizada; y cuando decide hablar, parece hacerlo en susurros cómo si estuviera hablando para sí; pero ante la insistencia de Sonia, Anna decide levantar la voz, lo hace emocionada, entonces le dice a su amiga, si seguimos así, dentro de poco, quizás mucho antes de lo que creemos, los seres humanos que no posean fortuna tendrán que emigrar por necesidad hacia algún planeta desconocido, Sonia no puede creer lo que está oyendo, y --Anna siguió- se está comprobando que en éste mundo tan sólo, van a poder vivir los codiciosos y poderosos, que, al no estar contentos con ser los dueños de casi todo lo material, y disfrutar de privilegios, también maquinan haciendo cábalas para cómo arrebatarnos con gran cinismo, lo único que tiene el ser humano, la dignidad por el trabajo. Y todo por la voracidad que existe en las clases políticas de todo el mundo.

Sonia, se acercándose más a ella la zarandea casi con violencia; esto hace que Anna vuelva a la realidad, que al mirar a su amiga le pareció, haber despertado de un mal sueño.

Sonia, con los nervios a flor de piel, abraza a su amiga, mientras  a su mente le viene la figura de aquel hombre tendido en el jardín, a dos pasos de ellas, exhibiendo su cara pálida cómo si la sangre de sus venas se hubiera vaporizado. Entonces vio cómo una extraña mujer vestida de gris se acercaba al hombre, y que ante él se quedó quieta mirándolo de manera especial, ésta mirada parecía adivinar el motivo de su muerte. Anna, mientras tanto, seguía sentada en el banco. Sonia cuando volvió la mirada hacia Anna pudo ver cómo lloraba lágrimas abundantes que parecían brotar de unos  ojos que parecían ser de otro mundo. Pues entre sollozos  decía, yo, no deseo volar por el espacio.

Pero Anna ¿Qué estás diciendo? Sólo has tenido una pesadilla.

¿Tú crees?,--dijo más serena--porque yo estoy segura que si esta situación que están provocando los dignatarios del mundo por la lucha del poder, es solo para conseguir ser los únicos beneficiados de todo lo que da la tierra, esta puede llegar a ser inhabitable.

¿Pero de qué hablas? Sabes muy bien que  hablo de los políticos en general, que si siguen llevando así las Naciones, a estas situación que ellos mismos provocan por su desmedida ambición, solo ellos nos podrá llevar a un caos.

 Bueno por el momento no te preocupes, ya se arreglara de forma que todos podamos vivir en paz—dijo Sonia muy alarmada.

No, esto es muy serio  contestó Anna.

 Sonia,-- para tranquilizarle-- esto tiene que tener un final, dijo con voz agónica.

¿Pero cómo puedes pensar que el mundo se puede acabar por una crisis que es sólo un accidente mercantil? Creo, que lees demasiados periódicos sensacionalistas-- Le dice Sonia.

 Piénsalo, repetía Anna, ignorando por completo qué era lo que podía pasar.

Anna como si alguien le estuviera dictando lo que tenía que decir, con los ojos casi cerrados comenzó un relato que a Sonia se le crispo el cabello.

 Si la tierra, dejara de funcionar  y parase la productividad, ellos, los poderosos, serían los primeros en viajar por el espacio hasta encontrar un planeta dónde pudieran volver a empezar de nuevo; que quizás no les resultara tan complicado pues al no haber porvenir alguno en este nuestro Planeta se llevarían  de aquí la mano de obra.
 Pero entonces todo se quedaría igual,--replicó Sonia--
Con una salvedad, interrumpió Anna para decir, suponiendo que algunos de estos  asalariados aceptaran irse con ellos. Pero, ¿y si una vez allí alguno de ellos no tuvieran la capacidad de adaptarse al clima? Puede ser que la atmósfera, y-- lo digo con total seguridad- sea hostil para nosotros los terrícolas. Entonces ¿Qué crees tú que pasaría?.
 Sonia cada vez estaba más asustada.
Seguirá.



jueves, 3 de febrero de 2022

¿Es iencia ficción?


.  Habían sido burlados  por una mujer, entonces y, antes de que pudieran los allí reunidos reaccionar por la sorpresa, la mujer comenzó a hablar, pero nadie la escuchaba, sólo se oían comentarios morbosos hacia aquella figura femenina que osaba  pisar el terreno de los hombres, uno de los caballeros con voz potente hizo llamar a uno de sus lacayos que la sacó de la sala sin miramientos, dejándola en manos de un desalmado rufián que la amordazó.

Yo aterrada me encontraba presenciando un escenario del pasado donde se perpetró un atropello hacia una mujer, solo por ser mujer, y yo sin poder hacer nada ante semejante injusticia, y sin pensarlo, seguí los pasos de aquel verdugo que hacía andar a empujones a la doncella, hasta situarme tras ellos, bajamos por unas estrechas escaleras casi arrastrando por donde el techo parecía aplastarme la cabeza, de pronto, pareció que nos encontrábamos en la antesala de un calabozo, aquel lugar, era sin duda alguna donde con frecuencias se cometían las mayores atrocidades inimaginables contra todo aquel que no acatase las órdenes del que en esos momentos ostentara el cargo de Comendador.

Mientras tanto yo sabía que me encontraba viviendo algo atemporal, pues vi cómo  la doncella era atada a un potro de tortura, ella debió saber que me encontraba allí pues me miró con dulzura, yo no supe que hacer, no tenía medios para impedir aquel vil atropello, pero mientras sus miembros eran estirados cómo si fueran de goma, mientras ella con la mirada me relataba lo que iba suceder después de su muerte, por lo tanto era preciso que alguien presenciara lo que estaba acaeciendo en aquella bella ciudad donde la avaricia de los hombres la estaba haciendo desaparecer.

Una vez en la calle me encontré con dos hombres que pasaron junto a mí  llevaban unos abrigos verdes largos y unos pequeños sombreros de tres picos, que sin decir palabra me señalaron el camino que tenía que tomar para salir de la ciudad.

De pronto un terrible movimiento de tierra, hizo temblar los cimientos de la ciudad, para poco después  quedarla sumergida para la eternidad, yo sólo mire hacia atrás. Más tarde, supe que de aquellos escombros surgieron nuevos inmuebles  a modo de casas solariega. De aquella catástrofe  nunca más se habló, no era necesario hurgar tanto en ese pasado. Entonces fue cuando surgió una nueva ciudad, era moderna, tanto que aún y a pesar del tiempo transcurrido sigue siendo hermosa, y en la actualidad la llamamos Medieval.

Recordando aquel episodio de mi vida, donde quedaron muchas lagunas en mí memoria, creo que para mí no fue nada sorprendente  lo que aquel día presencié, pues a veces y en  mi propia casa, siento presencias que, parecen desear contarme  historias de las que sucedieron  en Cáceres cuando corrían en los siglos XVII—XVIII, todas estas sensaciones me suele acontecer cuando bajo las escaleras que conducen al llamado Alzapón de mi casa (palabra en desuso) habitación donde se  solían almacenar los alimentos en los tiempos pretéritos, que aún algunos se conservan, pero yo tengo uno en mi casa  encontrarse en la parte antigua de la ciudad.

Este fenómeno que afloran en mí  cada vez que bajo esas escaleras, pienso que, tal vez  tenga alguna relación con lo que siento al pasear por la ciudad monumental.

¿Acaso somos tan zafios que llegamos a pensar que somos únicos, que no tenemos antepasados? Pero dentro de cada uno de nosotros debe haber algo que nos haga pensar, ¿de dónde venimos?

 ¿Y si estos antiguos moradores de Cáceres se encuentran esperando el momento para que los liberemos de su eterna oscuridad?

Sé que  esta impresión la puede sentir cualquiera, pero una vez que se ha tenido esta experiencia, más tarde puede llegar a ser difícil  explicar a un amigo, que has dado un salto atemporal en el espacio y tiempo, porque has presenciado una escena del pasado.

 Pero cuando sucede y necesitas comentarlo, entonces casi nadie lo cree por lo cual nadie se atreve a contar sus sentimientos Y si hablan de lo que les sucedió, no son creíbles, por la simple razón de que cada individuo tiene su propio criterio, pero yo, os advierto, que Cáceres no es solo un manantial de historia, es una Ciudad tan especial, que a veces se suelen ver cosas que no se deberían ver, por eso advierto, cuidado, con lo que os podéis encontrar al pasar por sus calles, porque puede ser que os encontréis a una dama llorando tras la celosía de su ventana, la cual y ante este suceso puede ser que nunca podáis olvidar esos momentos, como lo de haber contemplado a uno de sus primitivos habitantes en un acto cotidiano, pues ellos siguen estando ahí, esperando que llegue el momento para poder salir del subsuelo.

Pero para que estas sensaciones afloren, solo tenéis que adentraros con cuidado al anochecer por una de sus callejuelas y sentir la impresión de que estáis siendo vigilados por seres incorpóreos. Y luego si os apetece contáis sin temor esta experiencia a vuestros amigos, que por supuesto al no vivirla, no os creerán, pero sentirán curiosidad por saber si es verdad.

Aquella joven que estaba siendo mancillada por su condición de mujer, con su mirada quiso que contara algo de su historia, sin sospechar que en aquel momento, algo sobrenatural hizo que mi memoria no fuera la de siempre, pues lo más importante que acaeció aquel día no lo pude recordar.

FIN.