martes, 14 de diciembre de 2021

Fue una invitación premeditada...

Uno de los invitados con pose de superioridad comentó, acercándose a mi marido, bebe muchacho, pues parece que nos has traído la suerte, toma toda la bota es para ti. Diego la acepta, y poco después la abandona sin probar un solo trago encima de la mesa, en unos momentos aquello se convirtió en un burdel, donde los modales se perdieron al no tener ninguno de ellos  formación, todos estaban ebrios, por lo tanto, de sus bocas salía todo aquello que les apetecía, se encontraban celebrando algo, pero todos ignoraban que lo que se encontraban festejando era nada menos que la entrada a una puerta que les llevaría a todos hacia otra dimensión que les haría tocar el triángulo de la muerte.

 Pasaron unos minutos y algunos de los invitados comenzaron a tener vómitos y mareos, otros llegaron a perder la consciencia, la anfitriona simulando su enojo pregunta ¿Quién os ha dicho que bebierais de esta bota? ¿Acaso no os habéis dado cuenta que es de otro color?

Los invitados ante la rareza en que se había convertido el ambiente, los que pudieron salieron de la carpa como si les persiguiera el demonio, pues había surgido entre ellos el efecto muerte, mientras la anfitriona sacando su yo de vulgar mujerzuela enarbolando los brazos llenos de joyas, les decía, cobardes, no huyáis, os he hecho ricos, no me abandonéis, esto no es el fin, queda mucho más en las arcas para podernos llevar.

Y dirigiéndose a Diego, Tu eres el culpable, solo tenías que firmar y esto no hubiera pasado, ¿Por qué crees que habéis sido invitados? ¿Acaso se puede creer que me había hecho amiga de la insulsa de tu mujercita porque me caía bien?

 Ahora, puede que hayas creído haber echado a perder lo que teníamos entre manos, pues te equivocas  conmigo, todos os equivocáis, soy una mujer poderosa, y con recursos inimaginables para conseguir todo aquello que me proponga, pues ninguno de los que estáis aquí podéis hablar contra mí, pues debéis saber que os tengo bajo mis garras, y tú,--dirigiéndose a Diego—eres un don nadie, pues ya me encargaré de que no vuelvas  a ejercer tu profesión que no sé cuál es, ni me interesa, solo sé que me voy a encargar de que no te de trabajo nadie, pues has de saber que tengo tantas influencias, que rebasa cualquier poder.

Diego se queda mirándola, como se mira a una bruja malvada, con un gesto de su mano, los dos camareros que se encontraban en la carpa se ponen ante la señora, y Diego con voz firme dijo, ponedle las esposas, esta mujer acaba de perder todas las influencias de las que da alardes, pues ella misma se ha declarado culpable de corrupción y cohecho sin ni siquiera hacerle un previo juicio.

Aquella extraña invitación termino como en las leyendas, aquellos importantes invitados, en la imaginación de un escritor hubieran podido aparecer como en realidad eran, sátrapas, monstruos horripilantes que con sus fauces abiertas esperan devorar a personas honestas con sus manipulaciones maquiavélicas, pues con sus garras de alimañas, arrastran  hacia ellos todo aquello que creen pueden darle unos buenos dividendos.

 Pero estas acciones para estos individuos es normal ejecutarlas, pues al carecer de inteligencia, ni siquiera llegan a imaginar que esas hazañas hechas según ellos con total impunidad, una impunidad que ellos mismos adquieren porque sí. Pero que no llegan a  imaginar que hacer el mal puede atraer hacia ellos algo así como la peste negra, una cruel enfermedad que va penetrando suavemente hasta conducir a un laberinto que lleva hacia la presencia de un espeluznante demonio, que te compensa con una lista de las maldades cometidas, regalándote con su sonrisa un panorama espeluznante, que tú al observar puedes verte tal y como eres. Pues con tanto poder como siempre creen tener  ignoran que desde el principio de sus manejos, esos manejos que se han convertido en infructuosos, estéril,  pues siempre y a pesar de su ocultismo se supo que en aquella idílica finca se escondía envuelta en aires de glamour, una trama criminal dirigida por Satanás, el cual siempre pide su recompensa.

¿Te ha pedido ya la tuya?

Unos años después una mujer anciana pedía limosnas en un esquina un día de lluvia y frio, pero nadie le echaba una moneda, pues bajo su raído vestido asomaba un pergamino extraño, que la gente al mirarla huía pues aquella mujer parecía guardar entre su saya las leyes del diablo. 

FINAL




lunes, 29 de noviembre de 2021

Libros

Seguidores y amigos, acercándose la Navidad la fiesta más entrañable que festeja la Humanidad, siempre hay que hacer regalos a aquellos que queremos y apreciamos, yo os sugiero como escritora cacereña, qué mejor que regalar un libro donde sus páginas se asomen a la historia tiñéndola de intriga, magia y sobresaltos.

Os recomiendo TODO COMENZÓ EN MIELEC, Y UN AGENTE LLAMADO SCOTT.

Solo en AMAZON, de TERESA SÁNCHEZ ROMERO.

Seguro que disfrutareis  una lectura inolvidable




domingo, 28 de noviembre de 2021

¿Fue una invitación premeditada?

La anfitriona parecía estar complacida ante este debate, pues con la vista de águila analizaba cada palabra que salían de la boca de sus invitados, y lo que estos debatían, pues al parecer se trataba de asuntos tan bochornosos, que solo eran digno de una pandilla de maleantes, la mirada de la señora cruzaba de vez en cuando con la de alguno de ellos, siendo semejanza a la de un búho, pues rotaba la vista unos 180º para no perderse ni una sola sílaba de los que se encontraban allí.

Una vez terminada la cena, y los invitados comenzamos a retirarnos, excepto un reducido grupo que se quedó rezagado, los cuales todos lucían los ojos ensangrentados por el alcohol ingerido.

 Sin pudor comentaban el tener que finiquitar cuanto antes el asunto que tenían pendiente, al parecer hablaban de un fraudulento negocio que les daría pingues beneficios con tan solo obtener una firma, una firma que al parecer les falló, pues al parecer se equivocaron de persona.

En aquel grupo todos hablaban atropelladamente al no ponerse de acuerdo en el reparto equitativo de estos beneficios, de pronto se enzarzaron en una pelea dialéctica tan soez y burda, que acabó con un herido de un botellazo en la cabeza, nadie sospecho que mi  marido y yo, nos encontrábamos fumando un cigarrillo debajo de la ventana, comentando lo variopinta de los invitados.

Al parecer estos personajes bien vestidos y estirados que practicaban el pasteleo, en realidad eran solo unos burdos extorsionistas disfrazados de caballeros.

Por la mañana, y después de un suculento desayuno, la señora se acerca a mi marido, sonriente, le pide que firme en el libro de invitados, para quedar inscrito como que había asistido al evento. Diego con su serenidad característica, declinó ese honor, objetando que no era meritorio de ese privilegio, entonces la señora sonrió no dándole importancia.

Poco después los que sabían montar les dieron un caballo, a mi marido le dieron uno que parecía nervioso, yo monte en un Jeep de color verde musgo preparado para el evento. Y cada uno ya en sus puestos comenzó la excursión, todo parecía transcurrir  de una manera idílica, pero de pronto uno de los jinetes se cruzó velozmente rozando el hocico del caballo que montaba mi marido, este hecho estuvo a punto de derribarlo, pero Diego con destreza que yo desconocía supo dominar al animal, y no pasó nada.

Subiendo la cuesta del castillo árabe, de pronto sorprende de nuevo a mi marido como le cae encima una serpiente que en su caída rozó las patas del caballo encabritándolo, este hecho estuvo a punto de que se precipitara por el acantilado hacia el río Tajo. Entonces intuí que aquel accidente parecía estar preparado para que mi marido tuviera un percance, sin dudas entre aquella gente se estaba cociendo algo turbio. ¿Pero por qué mi marido?

Nadie comentó lo ocurrido, parecía todo muy normal.

Poco después nos dirigimos hacia una gran carpa instalada para el almuerzo y descansar, donde se nos serviría una buena pitanza, las vistas desde donde nos encontrábamos eran espectaculares, pues frente se encontraba una roca llamada El salto del Gitano, y a sus pies el bravo río Tajo que parecía transcurrir sereno y sin prisas.

Dos cocineros se afanaban en la cocina preparando la comida, que al ser una comida a la manera de los  trashumantes, que por supuesto no faltaron las deliciosas migas de pastor, al parecer la carpa carecía de lujos, pues el vino se distribuyó en botas, las cuales se pasaban de mano en mano para que todos bebieran y disfrutaran del caldo. La alegría era notoria por todas partes, pero a mí me pareció que reinaba la hipocresía, pues por el comportamiento que pude observar era similar a una reunión de bandoleros que festejaban el haber conseguido un buen botín.

Seguirá.




martes, 16 de noviembre de 2021

¿Fué una invitación premeditada?

Al despertar aquella mañana de un otoño cálido, y con la cara aún soñolienta llamaron a mi puerta, antes de abrir me miro al espejo que se encuentra justo encima de la cómoda donde suelo poner las llaves, antes de abrir la puerta me atuso, un joven recadero me entrega un sobre, al cogerlo no pude creer que en aquel sobre hubieran impreso mi nombre en letras doradas. De pronto me sentí importante. Con el sobre en la mano me dirigí al cuarto de baño donde se encontraba mi esposo  en plena faena de acicalarse. Entro presa de una increíble excitación, que al verme ¿Qué te sucede? ¿Te has encontrado una rata en la cocina?

Mira esto, y blandiendo el sobre, acabo de recibir algo que me ha quedado perpleja,  es una invitación para asistir a un evento  que se va a celebrar en una finca que regenta una señora que hace tan solo dos o tres veces hemos coincidido en la peluquería, y que hace dos días, recuerdas que fui a una conferencia, pues aquel conferenciante era su hermano.

Diego la mira con cara de incredulidad. Yo creo que le he caído en gracia, pues desde que la conocí coincidimos en los mismos sitios…Ella dice que es el destino.

Y presa de la confusión confesó ¿Puedes creer que no recuerdo como se llama?

Diego le regaló una mirada como cuando se mira algo que no existe.

¿Entonces vamos? ¿Quiero decir me acompañas?

Si te empeñas iremos, pareces muy ilusionada. Aquí dentro del sobre nos mandan un mapa donde nos indica que esta finca se encuentra en el paraje del Parque Nacional de Monfrágue, Diego escucha en silencio. Anna seguía hablando como si le hubieran dado cuerda, tengo entendido que aquellos parajes  son un verdadero paraíso, pues ofrece  contemplar al visitante la auténtica naturaleza. También pone  como llegar a la finca, tenemos que llegar hasta la localidad de Torrejón el Rubio, un pequeño pueblo donde parece detenerse la vida.

De acuerdo todo parece idílico, pero ¿te has preocupado en saber el motivo de la invitación? Desde luego ya estás poniendo pegas, pareces un pájaro de mal agüero. Está claro que no me entiendes—murmuré-- dando un portazo a la puerta del cuarto de baño. Pues estaba dispuesta a no perderme esa invitación por nada del mundo, pues era la oportunidad de pasar un fin de semana en un sitio idílico.

Desde aquel momento solo pensé en que ponerme, la realidad es que desconocía como vestirme para este evento sin hacer el ridículo. Y llegó el día tan esperado, nada más llegar a la finca y poner el pie en el suelo, ante nosotros un edificio que parecía emanar historias turbulentas, no exenta de misterios, era una de esas casas donde los moradores  hacen lo que fuera por triunfar en los negocios, nunca un lugar me había suscitado tanto temor, y al mismo tiempo curiosidad, pues me inspiraba un sentimiento similar a lo paranormal.

Miro a mi alrededor y veo que los coches allí aparcados eran de alta gama con sus respectivos choferes custodiándolos. De pronto la señora apareció en la puerta se encontraba rodeada de sus perros, aquella estampa de la señora erguida, vestida con pantalón de montar y botas, donde destacaba su indumentaria un chaleco a cuadros color verde musgo, que tapaba levemente una blusa blanca, esa primera impronta para mí fue maquiavélica, pues me pareció una bruja disfrazada de cordialidad, nos saludaba con la mano mientras nos acercábamos a ella, entonces observé, que al estrechar la mano de mi marido, su mirada se volvió gélida.

Con un movimiento de su mano, apareció una criada  que nos condujo a nuestra habitación, la cual nos informó que a las nueve era la hora de la cena, puesto que al día siguiente había prevista una excursión en la cual habría una cabalgada hasta el farallón  de cuarcita donde se encuentra enclavado un castillo árabe y una ermita.

El castillo que vamos a visitar dijo Anna a Diego, lo digo porque me he informado antes de venir, que es fue una fortaleza árabe que es de donde viene el nombre del lugar, Al Monfrague, que significa –monte Frogoso-- ¿sabías que en este lugar  se dieron varias conquistas  y reconquistas por árabes y cristianos?

Diego la dejaba hablar.

Una vez vestidos adecuadamente, bajamos al comedor, en la antesala se encontraban casi todos los comensales, donde había un bullicio tal que no se podían entender las conversaciones, aquel lugar parecía la taberna de un puerto, allí los presentes bebían como si el mundo se fuera a acabar. Aquella primera impresión hizo que mi imaginación los retratara en mi retina como unos bichos que a pesar de tener sus cuerpos envueltos  en trajes del mejor paño, se podía adivinar que debajo escondían la piel oscura y rugosa de sapo, algunos mostraban unas miradas que se asemejaban a las sanguijuelas, pues sus ojos pequeños, eran negruzcos brillantes y escurridizos.

Diego me sigue sin decir nada, solo observaba, yo al mirarlo me tranquilice pues quise entrever que parecía estar disfrutando en aquel ambiente.

Y comenzó la cena, al llegar a los postres, de nuevo comenzó un murmullo en los comensales, estas conversaciones poco a poco fueron derivando  hacia un cariz poco amable, porque e unos momentos  entre ellos pareció despertarse una rivalidad velada, al estar mezclando los negocios con la política.

Seguirá




martes, 19 de octubre de 2021

A César

A MI AMIGO CÉSAR GARCIA.

 

 

 

Hoy 19 de Octubre del 21, hemos despedido a un gran hombre, uno de esos hombres que amaba de verdad a su tierra, pues con su pluma, y su sabiduría hizo que este su Cáceres, con trabajo y tesón se encontrara  donde siempre debió estar, en los anales de una ciudad de las más bellas de España,  entre otras muchas cosas, también nos deleitaba con sus poemas loando a nuestra ciudad, escritor, donde con su pluma hizo que se supiera  la  historia de Cáceres de manera que todos reconociéramos qué teníamos un tesoro, presentando de manera amena en sus libros a esta ciudad al mundo, ensalzándola como la más bella de las ciudades medievales existentes.

El, con su buen hacer, y sabiduría supo inculcar al cacereño su amor por lo antiguo, también su amor por la Semana Santa que con su trabajo y esfuerzo hizo que fuera estos últimos años algo especial, no solo para el visitante, también para los que somos católicos, pues supo hacer un espectáculo Sacramental  para que fuera entendible por todos, “ La Pasión de Cristo”.

Descansa en paz, Cáceres te estará siempre agradecido, y entre todos haremos que todo ese trabajo que has hecho por nuestra ciudad, no sea olvidado.

Teresa Sánchez Romero




martes, 12 de octubre de 2021

Dia de la Hispanidad

DÍA DE LA HISANIDAD

 

 

Nunca se llega tarde si lo que encuentras es la verdad, como lo fue la huella que dejaron unos aguerridos españoles en 1492 capitaneados por el insigne Cristóbal Colón, descubriendo un nuevo mundo, la mal llamada América, ya que al parecer fue una negligencia del descubridor, porque este descubrimiento, sin razón llevó el nombre de un hombre llamado Américo, gran error,  pues esta gesta se logró gracias a la contribución de los reyes Católicos de “España” que fueron los que hicieron posible este gran gesta y descubrimiento, que llamaron al llegar  tierras indígenas, en las cuales pusieron orden, donde no lo había, pues lo colonizaron llevó cultura( cosa que tanto escasea hoy en día) de este legado que dejaron los españoles, nacería una serie de Naciones, pues el Pacifico era idóneo para ello. Dentro de este descubrimiento  se encontraba lo que hoy es conocido por, Estados Unidos.

Escribo esto para  combatir esa leyenda negra que se ha dado en difundir por aquellos que solo sesean la destrucción de una España que nunca se arredró ante las dificultades llegando a ser un poderío grande, tanto que solo lo igualó el macedonio Alejandro Mago. Que no se olvide.

Pero esta gesta grandiosa de los españoles que por supuesto  no fueron con la intención de masacrar a los pueblos, si no para civilizarlos. Y que ahora por unos cuantos analfabetos con aires de entendidos, están vertiendo mentiras ante la impasibilidad de, unos cuantos españoles iguales que ellos, que consienten con su mutismo que esta falsedad nos maltrate y vilipendie este grupo de analfabetos nuestra historia, y que éstos al tener “poder” pero solo el poder efímero de gobernar una Nación, dado por supuesto que ellos mismos dan a entender que desprecian su propia historia al permitir contar denigrantes mentiras de un descubrimiento glorioso, que fue nada más poner pie en tierra, les enseñó caminar por unos senderos llanos, algo que estos “eruditos” de la historia han sembrado de espinas, despreciando con ello unos hechos relevantes, que por desgracia se escribieron con sangre, puesto que la historia siempre se ha escrito y se escribirá, con esa clase de tinta.

Pero los hechos son los que escriben la historia, que para España fue gloriosa,  por ambas partes, y que algunos destructores de España se vanaglorian en enturbiarla ridiculizándola al contar leyendas que no se asemejan a la realidad.

Por lo tanto a estos “eruditos” que odian tanto a ESTA ESPAÑA NUESTRA, que lean historia, pero la auténtica, y se dejen de demagogia  barata que sólo les deja en ridículo.

 




martes, 14 de septiembre de 2021

¿Porqué aquel día nevó?

¿PORQUÉ AQUEL DÍA NEVÓ?

 

Aquella mañana comenzó a caer la nieve sobre Madrid, lo hizo inesperadamente, en unos momentos los copos empezaron a teñir las calles y las avenidas de blanco. Anna desde los cristales de la churrería donde se encontraba desayunando, deja vagar sus pensamientos mientras contempla el ir y venir de la gente que como ella iba a trabajar cada día, también veía como caminaban con prisas después de haber perdido mucho tiempo  buscando donde poder aparcar para poder desayunar.

Ante esta contemplación se toma el último sorbe de café, no llega a terminar el líquido de la taza, aquella mañana se encontraba inquieta sin motivo aparente, y cuando se dispone a salir de la churrería, un hombre se interpone entre la puerta y ella, lo mira sorprendida al recibir el golpe que le propinó con un portafolios que llevaba en la mano, Anna hizo un gesto de desagrado, el hombre, muy cortés  la obsequió con una media sonrisa, que esa sonrisa le heló la sangre, era la primera vez que se cruzaba con él, no sabía quién era, pero aquella sonrisa quedo grabada en su cerebro.

Una vez en la calle, se mira los pies y ve con desagrado que no llevaba puesto el calzado adecuado, decide llamar un taxi,  la nieve parecía caer con mucha intensidad por momentos, el trayecto que había de la churrería a la oficina, se le hacía difícil al no llevar el zapato adecuado para caminar por el asfalto que en unos momentos se hizo resbaloso al cubrirse por la nieve.

 Una vez en la oficina y, cuando entra en su despacho, situado en el edificio de los ministerios, se sienta ante su mesa, una pila de informes la esperaban para ser revisados, con desgana mira aquellos papeles que por primera vez desde que ocupó ese puesto no supo por dónde empezar; saca su agenda del cajón, la pone encima de la mesa, el estado de ánimo frenético en el que se encontraba le hace trabajar sin parar, a la hora del café, duda si ir a la cafetería de costumbre, pero cómo si un motivo importante le esperara, se puso en pie, se acercó al perchero y se puso el abrigo con precipitación, al bajar en el ascensor, su corazón se acelera, poco después al salir a la calle, aspira con ansiedad el aire que parecía necesitar, tanto como un pez necesita sumergirse en el agua, entra en la cafetería, el camarero sin que ella lo pidiera, y como siempre, le sirve un café con tostadas, y entonces lo vio de nuevo, la mira, y ante aquella mirada Anna siente que aquel hombre la estaba manipulando, y que por su actitud parecía esperarla, mientras le sonríe, Anna no consume el café, pues precipitadamente sale a la calle, y entra como una exhalación en el ascensor de su oficina, una vez en el pasillo, y antes de entrar en su despacho, le pareció verlo de nuevo, pero desecha la idea, esta vez creyó ver que hablaba con su superior. Su excitación aumenta, una de sus compañeras al notar que se encontraba nerviosa le pregunta.

 ¿Necesitas algo?

 No nada, sólo es que la nieve me pone nerviosa—contestó--.

Con mano temblorosa descuelga el teléfono, marca un número que tenía apuntado en su agenda; al otro lado, una voz masculina le tranquiliza, después de intercambiar unas cuantas palabras insulsas, cuelgan.

Cuando llega la hora de salida, una vez en la calle Anna se precipita a coger un taxi, necesitaba estar en su apartamento, y descansar, cuando llega a su casa, abre la puerta con una excitación que le era difícil de controlar, la jornada había sido dura, de repente siente como si un terror auténtico le invadiera, no entiende cómo esa sensación pudo apoderar de ella, y comenzó a sentir cómo dentro de su cabeza unos  pensamientos difíciles de explicar, pues una   vez dentro de su casa estos pensamientos se manifestaban en forma de monstruos.

 De repente y aún con la luz mortecina del atardecer, y cuando se encontraba sentada para relajarse, entonces ve aterrada cómo las luces de su apartamento empezaron a encenderse sin motivo aparente, intenta sobreponerse ante aquella visión, no sabe cómo podía tener esos pensamientos, para distraerse pone la radio, un locutor decía que, los rusos acababan de lanzar con éxito el primer satélite orbital y estaba sobrevolando los Estados Unido, y eso a ella que le podía importar, cambia de dial, no necesitaba saber los detalles, y cambia una y otra vez  de dial.

Hasta lograr sintonizar con Radio Honda, que en esos momentos daba la noticia de que unas investigaciones hechas en absoluto secreto, habían dado como resultado que las sospechas de un importante fraude eran ciertas, y todo se ha sabido a causa de una indiscreción de uno de los implicados, que fue el que hizo con su indiscreción levantar una polvareda de sospechas, sobre cierto negociado que no parecen estar exento de una conspiración.

Anna al oír esta información, su mente pareció quedarse vacía, cómo si una fuerza poderosa le estuviera prohibiendo pensar. Anna entra en la cocina, no tenía apetito, se pone un vaso de leche, y coge dos galletas, poco después se mete en la cama, el sueño no parece querer acudir a su cita obligada, de pronto el teléfono suena insistentemente, no lo coge, siente miedo, momentos después vuelve a la tarea de intentar dormir o al menos descansar la mente.

Se levanta con los primeros albores de la mañana, como siempre sale hacia su trabajo sin desayunar, y al cerrar la puerta, ve que había un paquete en el suelo, lo coge extrañada, y cuando ve que estaba dirigido a ella, curiosa entra de nuevo en su casa, lo abre, y en una carpeta ponía como anunciado, LOS SECRETOS DE LA BÍBLIA DEL DIABLO.

Duda en abrir aquellas páginas, en la primera página decía, el Codex Gigas o biblia del diablo, es famoso por ser considerado el manuscrito latino más grande de Europa conservado y por contener un inexplicable retrato del diablo, siendo este uno de los enigmas más interesantes de la Edad Media.

Anna no sale de su asombro, ¿Quién podía haber mandado aquello?

Más tranquila piensa que tal vez se hubieran confundido. Lo deja encima de la mesa y se fue a trabajar, al subir al autobús, una mujer le sonríe como si se conocieran.

Y cuando se encontraba desayunando en el sitio de costumbre, le vino a la memoria aquel paquete, y decidió que en cuanto llegara a casa lo devolvería a correos. Pero cuando cogió un churro para llevárselo a la boca, de pronto apareció de nuevo aquel hombre, sus ojos al mirarla parecían dos ascuas incandescentes.

Anna sale de la churrería sin apenas probar el café, con paso apresurado llega a la oficina, entra en su despacho, y cuando va a colgar el bolso en la percha, una voz desconocida le sobresaltó, tenga señorita se le ha olvidado que tenía que traer este paquete, el jefe está esperando que se lo lleve.

Anna al ver de nuevo a  aquel hombre, y que  ponía encima de su mesa el paquete que había encontrado en la puerta de su apartamento, quiso gritar, sin darse tregua a pensar qué podía hacer, porqué era todo tan extraño, pero la voz de su jefe por megafonía la reclama en su despacho, le hace olvidar preguntarle a aquel hombre que quien era.

Anna con aquel paquete bajo el brazo, corre hacia el despacho del jefe como una exhalación, pide permiso, entra, y el jefe se precipita sobre el paquete nada más ponerlo en la mesa, Anna, espera impaciente. El jefe una vez termina de ojear aquello, de pronto, y dirigiéndose a ella dice, ¿Y los documentos que te dije que firmaras, donde los has metido aquí no los veo?

Anna no sabe de qué le estaba hablando, entonces el jefe se levanta, y con voz que parecía estrangulada, le dijo, gracias por no firmar esos documentos, pues me hubieras condenado a ser un indeseable.

Entonces Anna perpleja, piensa.

¿Pero qué tiene que ver con la administración los secretos de la Biblia del diablo?

El jefe que pareció leer sus pensamientos, contestó.

Nada, con nada que nos interese, pues estuve ciego, y he estado a punto de hacerte caer en la trampa conmigo. Anna de pronto siente que el despacho desprende un olor nauseabundo, y cuando se acerca para abrir la ventana y ventilar, al asomar la cabeza se da cuenta que en la calle había un gran alboroto, mira con detenimiento, y en el asfalto yacía su jefe junto a aquel hombre, y alrededor unos papeles revoloteaban entre los curiosos como almas perdidas.

Anna tardó en recuperarse, pero pronto lo olvidó, pues cuando el alma se mantiene limpia todo lo desagradable se olvida.       




domingo, 15 de agosto de 2021

¿Estamos controñados?

La puerta de aquella casa se encontraba siempre cerrada, la luz que se veía desde la ventana  era mortecina permaneciendo toda la noche encendida, era un pueblo pequeño, pero nunca llegaron a saber sus pocos habitantes quien habitaba aquella casa de aspecto ruinoso, solo y de vez en cuando se paraba ante la casa un coche de carrocería antigua de un negro acharolado, pero nadie vio bajar del coche a nadie, solo paraba unos minutos para poco después desaparecer por uno de los caminos de tierra poco transitado, que solo conducía a una aldea casi desierta, donde solo los rumores decían  que tenía un habitante, al cual nadie osaba visitar.

Una mañana que se había desencadenado un fuerte viento que hacía crujir la vieja madera de las ventanas, Anna la única maestra en treinta kilómetros cuadrados, al llegar al pueblo, y no tener alumnos que enseñar, por causa del mal tiempo, entonces y sin pensarlo decidió volver a su casa, pero al pasar por la calle donde se encontraba la casa misteriosa, se atrevió llamar a la puerta con los nudillos de la mano, tímidamente, y como no tenía contestación, hizo unas cuantas llamadas más, pero cuando estaba a punto de sucumbir, la puerta empezó a abrirse lentamente mientras crujían los goznes que parecían un lamento.

Anna duda antes de entrar mira con curiosidad por la ranura de la puerta entreabierta, cuando una de pronto pudo oír una voz amable que parecía invitarla a pasar, Anna antes de entrar  dirige su mirada en todas direcciones por si estaba siendo observada, y al no ver a nadie, empujó la puerta  y entró.

Sentado en un sillón confortable se encontraba un hombre  que como saludo – dijo--No tengas miedo, soy viejo, mucho más que este siglo, por lo tanto carezco de fuerza física  para atacarte, Anna ante estas palabras se tranquiliza y, entonces el hombre comenzó una narración que Anna escuchó con atención de pie y a unos metros de él.

El hombre comenzó de esta manera.

Yo creo que tenía siete años  cuando por primera vez entré en esta casa, sí, mi memoria de viejo en este instante me trae recuerdos de cómo mi abuelo cada noche tocaba para que me durmiera un tambor, pidiéndome que le llamara” Don Nicanor por solo tocar el tambor” y, siguió diciendo, nunca me dejaron salir  de esta casa, pero yo me encontraba informado desde que tuve uso de razón, de todo lo que pasaba  en el mundo exterior.

He visto sin estar allí, la Puerta del Sol madrileña, he paseado  por las calles Mayor y Arenal, he comido ricos caramelos de la confitería “La pajarita” que se encontraba en Carretas, también he visto cómo a toda velocidad pasaban por mi lado los ómnibus tirados por cuatro caballos, también berlinas ocupadas por políticos que iban al congreso, lujosos Landós cruzando a toda velocidad las calles… Un silencio hizo que Anna reaccionara ante este inesperado relato.

El hombre con los ojos cerrados seguía hablando, parecía haber sido transportado a un mundo imaginario. Los sábados por la tarde la reina regente Mª Cristina y el rey aún menor, iban a Atocha para asistir  a la solemne salve  de fines de semana, que por supuesto yo también me encontraba allí.

Recuerdos…Recuerdos, que solo son recuerdos de algo que nunca viví pero… y levantándose del sillón se acercó a Anna que al contemplar su estatura retrocedió unos pasos.

El hombre y como si no hubiera percibido el gesto de Anna, preguntó ¿Sabe señorita si ha empezado bien este siglo?, y sin esperar respuesta, “hay” que daría yo por  ver de nuevo mi Madrid, ese Madrid del alma mía que tanto añoro. Ahora cuando cuento…bueno, es preferible no decir la edad que tengo porque puede que te asustes y eches a correr. Anna cada vez que el hombre hablaba entendía menos.

 Creo que asistí a fiesta de la coronación del rey Alfonso XIII, y creo si mal no recuerdo que este evento acaeció en 1902, que más tarde después de su boda, con la inglesa Victoria Eugenia, que cuando regresaban de San Jerónimo. Y cuando el séquito pasaba por la calle Mayor se perpetró un atentado contra la real carroza, aquello fue tremendo para el pueblo de Madrid sobre todo para los que estuvimos allí presentes.

El hombre mira a Anna mientras paseaba por la habitación moviendo sus largas piernas con dificultad. Entonces-dijo-mal inicio para un matrimonio regio ¿Crees acaso que este atentado pudo ser un anticipado de lo que iba a ser más tarde una frustración de la familia real? Lo comento porque más tarde murió Sagasta, Silvela entrega su ministerio a Maura, mientras es asesinado Canalejas, y este asesinato se perpetró cuando se encontraba escrutando el escaparate de una librería en la misma puerta del Sol, ya sé que por ahora hay gentes nuevas en el gobierno, tengo oído que son de diferente calaña, la verdad es que todo parece haber cambiado pero por supuesto un cambio nada drástico, bueno ya te he dicho que no soy de este siglo, pero me preocupa…

Anna no se atreve a preguntar.

Una campanada que llega desde el jardín hace callar al hombre unos instantes, pero enseguida se recompone, y con voz amable le invita a seguirle, y entran en un hermoso jardín, entonces se vuelve hacia ella para decirle, Anna, te invito a almorzar ¿por que tengo entendido que se llama Anna verdad? Y mientras recorrían la estrecha vereda del jardín le dice de sopetón, tú crees que con tantas crisis económicas y políticas en el mundo puede llegar a subsistir decentemente un pueblo, un País, se para unos segundos parece reflexionar, entonces pregunta.

 Crees Anna  de veras que puede haber alguna esperanza  de poner fin a tanta política decadente, yo dría hasta de bajo coste, y que está demostrándose  que todo lo que está sucediendo no sirve nada más que para desmoralizar al pueblo.

Anna ya no escuchaba solo temblaba ante la sabiduría de aquel hombre, pues daba a entender que sabía demasiado de los entresijos de los políticos.

¿Quién era en realidad ese hombre?

Al llegar al centro del jardín Anna pudo comprobar que en medio de éste se encontraba una mesa alargada dispuesta para dos comensales, Anna espera a que el hombre le indique donde sentarse, pues tenía el presentimiento de que allí debía haber más personas, pero ¿Por qué había solo dos servicios de mesa?

El hombre con un gesto le pide sentarse frente a él, de pronto la mesa fue cubierta por una nube  que hacía imposible la visibilidad de los dos comensales, una vez pasado este incidente Anna se percata de que le habían servido el primer plato, ante la mirada atenta del hombre mete la cuchara en el plato de sopa, pero cuando la mete en la boca siente que la sopa parece tener vida al tocar su paladar, entonces desconfiada abandona la cuchara en el plato, pero como si la cuchara estuviera  hechizada, ésta seguía llevándole el contenido del plato a la boca.

DEGUIRÁ




miércoles, 4 de agosto de 2021

La terraza


LA TERRAZA

 

Aquella tarde espléndida de primavera, al atardecer me siento en el balcón cómo tenía por costumbre, para deleitarme escuchando los sones de una trompeta que parecía venir de una terraza situada frente a mí casa, este sonido, envolvía mis sentidos con sus notas, entonces, observé  que  la luna asomaba por el horizonte antes de tiempo, y que se paraba encima de la azotea que parecía con su quietud disfrutar cómo lo hacía yo de aquella melodía.

Una tarde que no tenía nada que hacer, me senté en mi terraza y me quedé e embelesado escuchando las notas que salían de aquella trompeta, no supe el tiempo que transcurrió, porque quedé preso de un sopor tan profundo que hizo que me transportara hasta uno de los rincones de aquella terraza, en esos momentos no supe si era  realidad o ficción, pero desde mi otero pude ver un atril repleto de partituras, también había una silla en la cual descansaba una trompeta, tan reluciente que parecía de oro, un grupo de jóvenes se encontraban sentados en el suelo parecían esperar impacientes  a que comenzara el concierto.

De pronto vi cómo aparecía la luna, que con su foco de mercurio ilumino la tarima donde se encontraba el atril, al instante apareció el director, vestido con un impecable chaqué, llevaba su batuta en la mano, se sitúa frente al atril, mira las partituras, el silencio se hizo patente en aquella terraza, el director al dar un suave toque en el atril, la trompeta se posicionó frente al director y comenzó a emitir una tras otra unas notas que fueron creciendo de tono hasta hacer vibrar a los espectadores.

La luna aquella noche no se movió como suele hacer, prefirió escuchar aquellos sones celestiales, y cuando todo era armonía, una nube grisácea inesperada apareció tapando la luna, que hizo romper el hechizo.

Pronto, todo se convirtió en tenebrosa oscuridad, los espectadores comenzaron a protestar, en unos minutos aquel remanso de paz se convirtió en desastre, el aullido de un lobo se dejó escuchar al estar encaramado en lo alto de una cercana colina, esto empeoró la situación, entonces el público despavorido emprende una carrera frenética hacia la nada, no querían ser devorados por aquella fiera.

Yo desde mi otero no entendía bien lo que estaba sucediendo, solo supe que la luna se había ocultado tras la nube amenazadora ¿De dónde salió esa nube? Las estrellas tan bellas como cobardes también huyeron quedando el cielo sin su fulgor haciendo que la noche se volviera tenebrosa.

De repente se empezaron a oír risas grotescas que helaban la sangre; allí y frente al atril impávido se encontraba el director de orquesta, parecía esperar a que terminara aquel maleficio, pero de pronto la terraza se llenó de seres extraños sucios y harapientos, emitiendo palabras mal sonantes, pero el director de orquesta, seguía quieto ante el atril, un individuo vestido de negro y delgado cómo un lápiz, intenta quitarle la batuta al director de orquesta, pero él solo lo mira impasible, ante esta indiferencia, este individuo se irrita, entonces coge la trompeta, se la lleva a la boca pero la boquilla ardía con un calor sobre natural, entonces este individuo, con rabia sopló y sopló hasta que el instrumento emitió un sonido que al ser tan estridente hizo estremecer los muros de la terraza, entonces aquel individuo  comenzó a gritar como in poseso al notar sus labios quemados y  tímpanos reventados.

Mientras tanto, la trompeta desde el suelo emitió un agudo sonido.

Pero algo sucedió, porque de repente,  la luna comenzó a crecer hasta eclipsar a la negra nube, poco después aparecieron las estrellas, y con ellas todo se iluminó, enseguida, aparecieron unos seres vestidos de luz que descendieron de un rayo que, en unos segundos limpiaron la terraza.

Todo el mal había desaparecido. ¿Qué fue lo que sucedió?  ¿Habría sido una interferencia de espíritus malignos que impedía de este modo que las almas elevadas  pudieran gozar de la música?

Y de nuevo pude contemplar cómo la luna volvió a inundar la terraza con su potente foco de luz, también pude contemplar cómo las estrellas titilaban de alegría por poder contemplar el concierto. Aquella noche fue de veras una noche mágica pues la trompeta parecía tocarla un serafín.

Después de  aquella noche, supe el valor de la música, y también aprendí  el poder que puede tener la mente sobre la materia.

Entonces recordé a mi hermano, con su trombón de vara alzándolo al cielo, para deleite del firmamento.

¿Fue acaso un sueño? Una ilusión, amor a lo bello…

FINAL

 







sábado, 31 de julio de 2021

Llegó el día


El jeep que conduzco por la escarpada y estrecha vereda que me lleva a la finca de mis antepasados se me hace interminable, pues la ansiedad que siento por llegar es indescriptible, esta sensación  hace que me sienta parte de este agreste paisaje, entonces este sentimiento me incita a que pise el acelerador hasta machacar sin piedad los amortiguadores.

La verja grande y pesada estaba abierta de par en par. La casona se encontraba abandonada desde hacía mucho tiempo, pero que curiosamente se encontraba en perfecto estado de conservación.

Con mano firme, abro el portón y al asir la aldaba de hierro que representa un león con su gran boca abierta, bajo la presión de mi mano me pareció oír un rugido, como el de un animal herido, que  me estremeció, a pesar de saber que el campo lo magnifica todo, pero que en aquel momento creí percibir que fue producido  por una garganta  hueca y seca.

 Entro en el amplio zaguán, amueblado con los mismos muebles de siempre desde donde se podía ver el ancho y oscuro pasillo que tantas pesadillas me había causado cuando jugando con mi hermana a los fantasmas, alguien nos apagaba la luz interrumpiendo nuestros juegos. Todo allí me traía recuerdos  de mi niñez…

Subo al piso superior, el suelo como siempre cruje bajo mis pies, provocando a cada uno de mis pasos que la madera del piso inferior, tuviera un sonido viejo y quejumbroso desprendiendo al mismo tiempo una desagradable tierrilla que a veces molestaba en los ojos de los que se encontraban abajo en el piso inferior. Los cuadros colgados en la pared siempre me parecieron que tenían ojos acusadores.

Entro en el salón que siempre me pareció enorme; pero que en estos momentos lo estaba viendo pequeño y lúgubre al encontrarse los muebles tapados. Entonces no entendí el por qué vinieron a mi mente  recuerdo como aquel día en que mi madre cogió mi mano mientras yo gimoteaba porque no quería ir al colegio. Yo sólo quería jugar en el jardín.

Ahora ante aquella soledad todo me parece un lugar fantasmagórico, tétrico, pues los muebles escondidos tras las sábanas parecen tener movimiento ante mis pasos a modo de saludo, y eso me aterra.

Me encuentro muy cansado, y tirando de una sábana descubro el sillón favorito de mi abuelo, me siento en él. Y siento que los recuerdos se aglomeran en mi mente, la cabeza empieza a dolerme, cuando pude sentir dentro de mi cabeza, como si hubiera sido ayer la voz de un niño que gritaba.

Mamá, mi hermana me ha quitado la pelota.

Mientras la niña corre con desenfreno, y en un traspié, cae por las escaleras rodando mientras llamaba mamá, mamá, con un hilo de voz agónico. Más tarde un silencio sobrecogedor se apoderó de la casa.

Y, recuerdo que mi madre ante la situación reacciona con un grito de desgarrador, una mano despiadada me apretó fuertemente por los hombros y me encerró  en mi cuarto.

Nunca supe los días que estuve encerrado con una vieja sirvienta, hasta partir sin más a un internado. Aquellas evocaciones me martillean  las sienes, me duele terriblemente la cabeza.

Desde entonces la casa está vacía, y yo, después de muchos años de ausencia vuelvo con mis recuerdos, aquí, en este salón, solo, rodeado de muebles tapados que parecen espectros. La luz del atardecer entra tímido por una rendija de la ventana cerrada, y me quedo dormido.

Una sombra se desliza por debajo de la puerta hacia mis pies, ante este contacto experimento  una rara sensación que hace estremecer  mi cuerpo.

La lámpara del techo se pone en movimiento, miro, y en ella se balancea una niña con sonrisa malévola que me mira regocijada.

En el sofá, una anciana dama, elegantemente vestida hace crochet, que con sus ojos profundos vigila con autoridad, una sirvienta entra con una bandeja y una tetera  humeante, son las cinco de la tarde, y la visita esperada se retrasa y, esto la contraría.

El guarda de la finca, un hombre tullido con nariz aguileña y tez extremadamente pálida se acerca y le comenta algo a la chica de servicio, que inmediatamente se lo transmite a la señora, que sin miramientos  le da un codazo que le hace salir del salón sollozando.

Después de presenciar esta escena en mi mente, miro hacia arriba, y veo a una niña que utiliza de columpio la lámpara, mientras se toca la cabeza partida por la mitad, poco después con sus manitas parece recomponer los ojos dentro de sus órbitas, las piernas partidas se movían sin control haciendo que sus huesos al chocar produjeran un sonido de castañuelas.

Una sombra que se encontraba acurrucada en una esquina, se pone en pie, se acerca a mí para posa su mano temblorosa y fría cómo un témpano sobre mi frente, un estremecimiento sacude mi cuerpo que sentía se encontraba inerte.

El Cavicornio que solía tocar mi abuela, empieza a sonar, la melodía es dulce y pegadiza, haciendo el ambiente agradable. El tío José se descuelga del cuadro una vez fuera, con parsimonia llena su pipa inundando con el aroma del tabaco  el salón.

La familia se va reuniendo, y pensé (sería esta la visita que esperaba la abuela) uno a uno van llegando, ya están casi todos no falta nadie, una vez reunidos, unos beben Jerez, otros juegan  al Mus, todos parecen estar inundados de felicidad, pero, mirando el panorama me doy cuenta de que faltaba yo, ¿acaso se habían olvidado de mí? Entonces alguien pronuncia mi nombre, pero yo no tengo voz para responder, no obstante esa voz sigue insistiendo, al fin reacciono, en mi torpeza, dejo caer de mi bolsillo una pequeña bolsita. En ese instante, una nube de espeso polvo cósmico nos envolvió a todos.

La voz de la abuela, sonó alta y clara. AHORA QUE ESTAMOS TODOS, YA, NI LA LUZ DEL SOL PODRÁ VENCER NUESTRA OSCURIDAD.




lunes, 26 de julio de 2021

LECTURA

HOLA AMIGOS, OS DESEO UN FELIZ VERANO, Y PARA QUE TODO OS SALGA REDONDO, QUÉ MEJOR QUE TENER UNA LECTURA QUE HAGA VIBRAR, COMO EL DE PODER HACER  UN VIAJE INOLVIDABLE A TRAVES DE ESTAS DOS NOVELAS. TODO COMENZÓ EN MIELEC, Y UN AGENTE LLAMADO SCOTT. Y TODO, BAJO EL TENUE SOL DE UNA SOMBRILLA TUMBADO EN LA PLAYA.

TODO UN PLACER.

SOLO EN AMAZON, QUE LO PONDRA  EN BUESTRAS  MANOS  SIN NECESIDAD DE QUE TENGAIS QUE DESPLAZAROS PARA ADQUIRIRLOS.

QUE SEAIS FELICES.

CALERINA



martes, 20 de julio de 2021

Habitación nº 7


Después de guardar el último folio en la cartera, tuvo miedo de que todo fuera una trama bien urdida, que al parecer alguien, desaprensivo lo habían metido en aquel juego, eligiéndolo a él, cómo chivo expiatorio, pues habían puesto en sus manos unos documentos creyendo que el detective no lograría resolver el encargo,  puesto  que ignoraba que en aquel juego, le habían dado a él la carta más alta.

Ante estos pensamientos llegó a la conclusión, de que si alguien hubiera sabido de la existencia aquellos documentos que les fueron confiados, y cayeran en las sucias manos de personas poco escrupulosas, se podía desencadenar algo muy peligroso…Alexis, ante tanta responsabilidad, no podía pensar, por primera vez en su profesión se sentía incómodo y,-- pensó por unos segundos—que en sus manos podría estar un futuro que no se podía decir fuera venturoso, pero por el momento era algo desconocido.

Llaman a la puerta, antes de abrir recoge todos los papeles de la mesa, nervioso busca con la vista dónde esconder los documentos, los golpes de la puerta se hacían más insistentes, en un impulso se quita el cinturón, lo introduce por el asa  de la cartera, se sube a una silla, y lo engancha en uno de los laterales del riel  de la cortina que tapaba el balcón, que al ser doble le facilitó la ocultación, pasando, de esta manera, totalmente desapercibida la cartera.

Abre la puerta, mientras se cruza el batín simulando que acababa de despertarse, frente a él se encontraban los dos hombres que vio en la cafetería, uno de ellos lo empujó precipitándolo hacia el centro de la habitación, mientras el otro cierra la puerta de una patada, una vez dentro los dos hombres buscan con frenesí algo, por todas partes, pero no parecen estar satisfechos con esta búsqueda. Entonces uno de ellos saca una pistola pero en esos momentos, posa su mirada en la cortina, llamándole la atención un pliegue que le pareció sospechoso, la descorre, y descubre la cartera, sonríe satisfecho, pero, al bajar de la silla se deja caer la pistola, mientras tanto su compañero, con precisión  recoge todos los papeles de la papelera.

 El detective con agilidad se hace con la pistola recogiéndola del suelo, el hombre que se da cuenta intenta arrebatársela, pero Alexis ante esta situación aprieta el gatillo, y el hombre cae al suelo a plomo, mientras tanto su compañero apresuradamente coge el ordenador, saltando desde el balcón a la terraza del piso inferior olvidando la máquina de escribir que al ser antigua decidió dejarla donde se encontraba, por creer que estaba en desuso.

Alexis  al quedarse solo, piensa por unos segundos que hacer para salir de allí.

Entonces llama a recepción para que le suban algo de comer, poco después un camarero llama a la puerta, Alexis lo esperaba tras ella, de improviso, Alexis le asesta un golpe en la cabeza con la culata de la pistola, lo queda mareado, tendido en el suelo, entonces con la agilidad de un mago coge el mantel que cubre el carrito, que era de color azafrán, se envuelve en él; sale de la habitación, en el pasillo se cruza con el individuo que le pareció era un enano en ciernes, lo saluda con un leve movimiento de cabeza, pues con esa indumentaria parecía un santón budista encorvado, porque mientras caminaba hacia el ascensor rezaba en susurros. Una vez en la calle un coche le esperaba.

Entonces una voz que a Alexis le pareció metálica –le dijo—espero que hayas cumplido con cada una de nuestras instrucciones al pie de la letra, si es así, puedes considerarte desde este momento un héroe.

Solo cumplí con lo acordado—respondió  con un tono que denotaba desconfianza—mientras pensaba,  ¿de veras creen que esta misión, podía resolverla un simple detective cómo yo?

Entonces una voz de mujer que se hallaba en el asiento trasero del coche, habló, muy pronto sabrás del servicio que has hecho a la humanidad. Pero Alexis escucha  estas palabras con escepticismo.

De pronto una detonación se dejó oír en el hotel donde minutos antes se había alojado, la explosión hizo volar la ventana de la habitación número siete, quizás habían intentado matarlo.

En esos momentos ya se encontraban diez falsos militares, hombres de lo más belicoso he importantes los cuales habían reunido un ejército para defender unos intereses que sólo eran los suyos, estos delincuentes, sólo le interesaba el dominio y la sumisión bajo un mandato donde sólo podía predominaba el terror.

Una vez en la habitación del hotel, aquellos falsos policías, revisaban los documentos que se encontraban esparcidos por el suelo de la habitación,  ignorando que la documentación que creyeron encontrar, era falsa.

Era notorio que los documentos debían ser secretos, y sin ninguna infiltración. Alexis había hecho el trabajo más importante de su carrera como detective, siendo el solo y con su astucia hizo parar una inminente guerra que estaba dispuesta para que fuera efectuada en el mar.

Un silbido irrumpe en el coche que atraviesa la puerta trasera del vehículo, segundos después otro silbido pasa rozando la cara de Alexis, el coche ante el impacto de las balas, se bambolea, el chofer cae sobre el volante, Alexis mira hacia atrás, nadie se movía, el detective, con su astucia habitual, consigue hacerse con los mandos del volante hasta conseguir  pararlo, las dos personas que viajaban con él estaban muertas, les había alcanzado un balazo,  un balazo que quizás estaba destinado para él.

Antes de que llegaran los curiosos para ver qué pasaba, decide bajar del coche, un ruido inesperado le hace volver la cabeza. eran los dos camareros que la noche anterior le sirvieron en la cafetería del hotel. Entonces y sin más con una pericia propia de un pistolero, sacó la pistola, apretó el gatillo, el tiro fue certero, entrándole  en el vientre  de uno de ellos, que le hizo caer fulminado hacia un lado.

Entonces salió del coche como si no hubiera pasado nada, mezclándose con los curiosos, y en posesión de los documentos, y junto con el de color azul, que anteriormente había guardado en su bolsillo.

Dos días después un cadáver apareció en la playa, era una mañana de hastío, unos niños jugando encontraron unos papeles mojados de color azul, no pudieron leerlo, las letras al estar mojadas se habían distorsionado.

Desde ese momento, las aguas del Atlántico y del Mediterráneo, podían estar tranquilas pues nada les perturbaría; a excepción, y con certeza el mar seguiría acunando festoneando la orilla con sus olas, para mecer  las barcas de los pescadores.

Nunca de dio a conocer el nombre del cadáver encontrado en una escondida bahía.

FINAL  

 



sábado, 10 de julio de 2021

Habitación nº 7

 

Después de permanecer una hora en aquella habitación del hotel,  Alexis detective privado de profesión, aquel día no sabía por dónde empezar, su ordenador, seguía guardado en su estuche acolchado de piel, a su lado, encima de la mesa, una antigua y arcaica máquina de escribir desfasada.

 Esparcidos por la pequeña mesa del escritorio del hotel, había documentos que debía analizar con premura,  éstos contenían una especial información que podía modificar el rumbo de la humanidad en el caso de que estos objetivos fueran cumplidos en la fecha indicada.

Aquella tarde,  y después  haber ojeado algunos de los documentos, uno de ellos hablaba de una eficaz idea que debía desarrollarse en un hipotético mar, en ese momento le pareció un tanto sospechoso al  no mencionarse el  nombre de dicho mar en el documento, pero, en uno de los laterales de dicho documento, pudo comprobar que había una anotación, tal vez olvidada en uno de los laterales, que se podía leer con una letra en miniatura Mediterráneo.

Alexis por unos momentos no sabe que pensar de todo aquello, él no era militar, ni tan siquiera había sido aceptado en el ejército motivado por padecer una leve cogerá debida a unas fiebres en su infancia. Aquel encargo, le hacía sospechar que no sería para él nada fácil resolver como investigar, ni tan siquiera  que  pudiera   llegar a buen término, dado que el caso, y por primera vez en su profesión, le era totalmente desconocido.

Suena el teléfono, lo coge con desgana, sí, y esperó expectante unos segundos.

Al otro lado un silencio significativo, cuando decide colgar, una voz femenina le hace paralizarse cuando dijo, si escarbas demasiado en ese fango en el que te has metido, puede que tengas una sorpresa—por cierto—muy poco agradable, el clic del teléfono sonó en sus oídos como si le hubieran asestado un bocinazo dentro del tímpano.

Poco después, y cuando se tranquilizó, volvió a la tarea de la clasificación de los folios, entonces inesperadamente uno de ellos cayó al suelo, lo recoge, pero enseguida  se percató de que era de un color diferente al resto de los otros documentos, lo lee con especial atención, allí en sus anotaciones se podía leer algo parecido a unas galimatías que no lograba descifrar, la luz de la habitación en esos momentos empezó a oscilar a pequeños intervalos viéndose inmerso en una situación rara  entre la luz y las sombras.

Alexis  pone el documento de color diferente bajo todos los demás, y preso de mal humor sale de la habitación para saber qué pasaba con la luz, mira a un lado y a otro, pero el pasillo se encontraba con la  luz encendida como siempre, pero desierto, antes de cerrar la puerta, percibe que su habitación era la única que se encontraba a oscuras, se sube a una silla  y comprueba que se trataba que la bombilla estaba floja, la enrosca, y poco después con la luz encendida, se relaja.

Ya habían pasado dos días desde que comenzara el trabajo, y faltaba poco para ver  un resultado del que no tenía ni idea, pues por el momento era un misterio para él.

 Una vez hubo terminado de leer estos documentos, se fuma un cigarrillo, y mirando las volutas de humo pensó que lo que había sacado en conclusión era, que todo parecía haberse  escrito por un guionista de cine, donde la intriga y el enredo era el centro de la trama.

Alexis coge aquel folio de color diferente, y lo mete entre los documentos, después de haberlos leídos con escepticismo, pues allí se exponía con aparente detalle la identificación y grado de un militar que adjuntaba una foto tamaño carnet de mala calidad, en la cual, y en la pechera de la guerrera lucía muchas condecoraciones que no eran muy aclaratorias.

Alexis se preguntaba ¿Pero por qué tantas medallas?

 ¿Estaría la foto trucada?

 Se encontraba tan absorto mirando aquella foto para saber a qué ejercito pertenecía aquel militar, que no oyó cómo tras el tabique de su habitación se había formado tal trifulca, que casi estuvieron a punto de derribar la pared.

Eran las once de la noche y aún no había probado bocado desde el desayuno, sale de la habitación, se dirige a la cafetería del hotel, pide un plato combinado que come con apetito, dos hombres charlan en la barra, por su forma de comportarse  parecían estar acordando algún negocio. Una vez terminada la fugaz cena, sale de la cafetería,  se dirige al ascensor, un hombre paticorto y con brazos fuertes parece esperar a que entre con él en el ascensor; Alexis duda unos momentos si subir o no con él, pero acepta pues  no se encontraba en su manera de pensar que ningún temor le dominara, cuando llega a su piso, el hombre paticorto al darle las buenas noches le dice de sopetón.

 ¿Ocupa por casualidad la habitación número siete? Alexis por unos instantes le tiemblan las piernas.

Una vez en la cama su reloj de pulsera marcaba las seis de la mañana cuando el sueño le rindió convencido de haber descifrado algo de toda aquella trama; pero por su  olfato de investigador seguía dudando de todos aquellos documentos, pues quizás no eran tan fiables cómo intentaban aparentar serlo.

SEGUIRÁ




viernes, 25 de junio de 2021

Semáforo

SEMÁFORO

 

 

 

Hacía tiempo que no se encontraba tan relajada, vivía dónde siempre había querido vivir, era un apartamento pequeño pero elegante lo había decorado con su sello personal, se encontraba ubicado en un antiguo edificio en el centro de la ciudad, frente a su ventana a la que tanto le gustaba asomarse se encontraba un gran parque sembrado con mucha variedad de plantas donde los abetos daban  sombra  a los paseantes, también plataneros y muchas más especies de árboles.

Aquella tarde en que Anna se encontraba asomada a su ventana parecía encontrarse mejor que nunca, mirando la calle se sentía feliz, sobre todo al saber que no formaba parte de aquel colectivo que caminaba con frenesí, y que pasaba sin cruzarse las miradas, ni tan siquiera notando cómo se rozaban sus brazo a modo de codazos, y todo este frenesí—pensó Anna-- es tan sólo para llegar al paso de cebra unas décimas de segundos antes que el semáforo se pusiera en rojo.

Anna se mira las manos, sonríe, su sonrisa era ambigua, cómo casi todo lo que  había hecho en su vida, su edad también era ambigua, unas veces aparentaba tener menos edad de que en realidad tenía, pero cuando llegaba para ella el temido invierno, su aspecto cambiaba, hasta llegar a ser tan diferente que ni ella se reconocía.

Hacía unas noches que no cesaba de tener pesadillas una tras otra, por la mañana al levantarse algunas veces, ni siquiera se atrevía a asomarse a su ventana.

Una de esas noches de tenebroso insomnio en un impulso se levantó de la cama, atreviéndose a salir a la calle, atravesó el paso de peatones y, se adentró en el parque; la brisa era desapacible, la copa de los árboles se mecían, los rosales Gladiolos y, las Dalias parecían despertar a su paso para mirarla, la gravilla que rodea a los parterres al ser pisada, crepitaba bajo sus pies.

Un resbalón inesperado le obliga a sentarse para descansar en uno de los bancos del parque, allí todo era silencio y soledad, pues no había nadie que corriera hacia el paso de cebra para coger el semáforo en verde.

Se levanta del banco cuando ya empezaba a amanecer, y el jolgorio de los trinos de los pájaros que empezaban a despertar, la pusieron de mal humor.

Y antes de regresar a su precioso apartamento decide dar un rodeo, solo para pararse en cada uno de los postes que sostienen los semáforos que encuentra en su camino.

Poco después entra en su casa, se toma una taza de café. Se acomoda cómo solía tener por costumbre ante la ventana, una ventana por donde cada noche y cuando la gente descansa,  tras los cristales se podía apreciar un suave aleteo que desprendía un aura granate.

Anna aquella mañana se encuentra distraída viendo como cada día aquel frenesí de idas y venidas de gentes ocupadas, un golpe a chapa machacada hace que los viandantes se olviden de sus prisas para volver las cabezas con curiosidad, un autobús urbano se había llevado por delante el maletero de un coche mal aparcado; los dos conductores emprenden una acalorada discusión  hasta ver llegar a un policía, de nuevo se hace oír un golpe que parece una explosión, que hace que el flujo de gente se pare en seco, olvidando por unos minutos que llegaban tarde a sus puestos de trabajo.

De pronto los encontronazos de coches se suceden, formándose un terrible caos, las gentes, no cesaban de correr desorientados pues al caos se sumó el sonido de las sirenas de los coches de policías, mientras tanto no cesaban de llegar más y más policías, ahora eran los motorizados. Por el reloj del parque los minuteros marcaban las diez de la mañana, pero ya nadie corría ni miraban sus relojes, las horas pasaban y todos olvidaron que tenían que ir a sus puestos de trabajo a tiempo. Siguen llegando vehículos de los servicios del Ayuntamiento, grúas para retirar los coches siniestrados, ambulancias, ante todos estos ruidos se sumaron las bocinas de los coches de los conductores que sin saber qué pasaba, cabreados no dejan de clamar vía libre para seguir circulando.

Estaba llegando la hora de comer, pero la aglomeración parecía estar en su más álgido momento, los conductores se bajaban de los vehículos  dejándolos abandonados, ya nadie pensaba en ir a trabajar, también era imposible transitar por las aceras al estar repleta de mirones.

De pronto el parque se llenó de improvisados paseantes, las rosas abrieron sus pétalos para obsequiarlos con su aroma para que no se sintieran tan desesperados, la brisa que mecía las copas de los árboles, desprendían su sabia sobre ellos, haciendo de benefactora calma.

Anna inmutable sigue mirando tras su ventana. Pero algo de repente cambió, los árboles del parque se encresparon con una gran agitación, el viento empezó a ser virulento que presagiaba una tormenta.

Anna distraída con aquel acontecimiento, de pronto nota que se impacienta, pues creyó haber oído pasos ante su puerta, se acerca, miró tras la mirilla, y entonces vio el reflejo de una luz que supuso podía ser de una linterna.

Mira de nuevo, se detuvo unos instantes para contemplar aquel rostro…aquel, rostro… suspiró profundamente, pero no por eso flaqueó

Poco después reacciona, y entonces supo el por qué, de hizo lo que hizo, pues había seguido las pautas de aquel hombre que le robó la voluntad y su energía, que son aquellas que trasmiten los sentimientos. Y supo desde que miró tras la mirilla que ya no estaba perdida. Se encontraba justo en medio del bien y del mal.

Se asoma de nuevo a la ventana, abajo seguía aquella locura sin razón que a veces invade al ser humano ante lo que se ignora, pero de repente todo cambió cuando  Anna de nuevo y mirando tras su ventana, pulsó un interruptor que hizo que de nuevo funcionaran los semáforos.

SEGUIRÁ




martes, 15 de junio de 2021

Neva

 ¿Pero qué era todo aquello?

Cuando Anna miraba desorientada aquel entorno, una garganta profunda, invisible—le dijo—yo soy una sombra que te sigue, Anna se quedó casi sin aliento, entonces, y sin pensarlo comenzó a correr desesperadamente por aquella plaza…..no podía ser, no se parecía en nada a la plaza Roja, que ella había visto en muchas publicaciones donde se hablaba de Moscú, Anna  recuerda el sinónimo en ruso que quiere decir , “bella” pero allí no se veía ninguna belleza, solo desolación, y gritos de desesperación.

En la cabeza de Anna empezó a bullir como en una hoya a presión episodios pasados que creyó que no le eran ajenos. Recuerda mientras corría hacia la nada, que todo aquello que estaba viviendo transcurrió en los siglos XVIII, Y XIX, en el que el hombre pudo al fin abrir su mente  a las nuevas tecnologías, mecanización, y un conjunto de  inventos científicos de unos cuantos ingenieros, entre ellos se encontraba un español llamado Agustín de  Betancourt que creó máquinas increíbles, y que viajó por muchos países para importar su reciente tecnología. Este ingeniero, terminando sus días en Rusia, al ser requerido por el Zar  Pedro I.

Agustín de Betancur fue requerido por el Zar para que lo acompañara al litoral del golfo de Finlandia. Para proponerle apenas llegar a Moscú, que deseaba que en una pequeña isla que se hallaba en la desembocadura del río Neva, se fundara una nueva ciudad que sería la nueva capital de Moscú, y que le pondría por nombre de San Petersburgo. El Zar le propuso a Betancourt que fuera el  arquitecto de su magno capricho, pues odiaba con todas sus fuerzas Moscú.

Pero aquella región donde se encontraba el río Neva tenía un grave inconveniente, era pantanosa y de clima insalubre. Cuando comenzaron las obras, Agustín de Betancourt, y aun a pesar de los enormes sacrificios de los hombres que morían cada día, tuvo que reclutar  a la fuerza, a campesinos y a obreros  por todo el imperio ruso. Cuando al fin se terminó la ciudad muy similar a la de Ámsterdam; que ese era el deseo del Zar.

Anna seguía corriendo sin entender que le estaba pasando, sus pies se movían inseguros al pisar los troncos flotantes que constituían la cimentación de una ciudad que clamaba justicia para sus muertos. El barrizal se convirtió en una ciénaga intransitable, pero Anna no podía echar marcha atrás, las casas de madera flotaban hacia el mar, uno de los troncos era llevado a gran velocidad por la corriente, estos troncos llevaban cadáveres adheridos a la madera como lapas, al igual que circulan las ballenas  por el mar.

Anna mirase donde mirase todo eran lamentos ¡Estaría atravesando el purgatorio! pero ella no era Virgilio ni Dante, ni tan siquiera estaba enterada de que hubiera hecho nada que fuera pecado, no tenía nada de qué redimirse, ¿Pero por qué había perdido la esperanza? Le pareció extraño que allí en aquel purgatorio que a Anna le pareció lo más profundo del infierno se encontrara  a tan  famosos poetas.

 ¿Poro de que los conocía ella?

Anna en medio de aquella ciénaga, había conocido por primera vez el purgatorio, pero también supo  que estuvo muy cerca de haber caído en el infierno, solo le faltó un ápice para entrar en el valle dónde se encontraba su otro yo… ¿Qué  le decía a ella el nombre de Agustín de Betancourt? pues no entendía el por qué se encontraba en esos momentos hablando en las mismas puertas del purgatorio, ni `porqué  hablaba con uno de los guardianes, y que este le pidiera indicaciones de su alma. Anna, poco después, se creyó libre de todo pecado al encontrarse de nuevo en la Plaza roja de Moscú, admirando de forma muy particular su grandiosidad.

 ¿Sería ese el Edén?

No olvides, le decía su conciencia, que ninguno de los actos que puedas hacer buenos, o malos, se quedan por pagar, es una factura intransferible. Anna desde ese momento recapacitó, ella no tenía nada de que reprocharse, ella nunca llevó el apellido Betancourt.

 ¿O  ese apellido Betancourt había desaparecido de su genealogía?

Pero, ¿Quién era Natacha?

Un destacamento de guardia se aproximaba a ella, que hacía vibrar el suelo con los cascos de sus caballos, de repente Anna es obligada a montar, una vez en el lomo del caballo empezó a sentir cómo su montura comenzaba a agitarse y tuvo que apretar los muslos y aferrarse a las riendas para no caer, y esperar a que pasara la comitiva que le predecía.

 ¿Quiénes eran los que formaban aquella comitiva? entonces Anna inspiró profundamente.

Unos años después, Anna regresa a Rusia en calidad de investigadora, una vez dentro del palacio de invierno de los zares recorrió las estancias como su fuera una turista más, al llegar a la galería de los retratos, su corazón se paró de golpe, allí estaba la que supuso era Natacha, pues al encontrarse frente a ella, y de la miraba que le prodigó desde aquel óleo, fue cómo si le estuviera desnudando su alma. Entonces supo que la estaba invitando a que entrase en el salón contiguo, Anna, se dirige hacia donde le indicaba aquella mirada, pero cuando empuja la puerta, asombrada pudo ver que en el fondo de aquel salón y, junto a una de las  ventanas por donde se podía ver el helado río Neva se encontraba su abuela, que charlaba animada con alguien que parecía un espectro, Anna no creyó lo que estaba presenciando, pero alguien, se acercó a ella para decirle, Natacha has tardado mucho en venir, ahora te toca a ti quedarte en este palacio, pues tu bisabuelo hizo ésta estancia pensando en que tu vivieras en él eternamente, sí, no dudes, tú eres  Natacha.

Pues éste es tu mausoleo. Anna se tapó los oídos con las manos pues allí se habían concentrado todas las agonías de aquellos hombres que hicieron posible el capricho de un zar, pues sin saberlo ella debía purgar al  llevar en sus venas la misma sangre de un hombre que fundó unas de las ciudades más bellas, del mundo.

FIN