martes, 16 de noviembre de 2021

¿Fué una invitación premeditada?

Al despertar aquella mañana de un otoño cálido, y con la cara aún soñolienta llamaron a mi puerta, antes de abrir me miro al espejo que se encuentra justo encima de la cómoda donde suelo poner las llaves, antes de abrir la puerta me atuso, un joven recadero me entrega un sobre, al cogerlo no pude creer que en aquel sobre hubieran impreso mi nombre en letras doradas. De pronto me sentí importante. Con el sobre en la mano me dirigí al cuarto de baño donde se encontraba mi esposo  en plena faena de acicalarse. Entro presa de una increíble excitación, que al verme ¿Qué te sucede? ¿Te has encontrado una rata en la cocina?

Mira esto, y blandiendo el sobre, acabo de recibir algo que me ha quedado perpleja,  es una invitación para asistir a un evento  que se va a celebrar en una finca que regenta una señora que hace tan solo dos o tres veces hemos coincidido en la peluquería, y que hace dos días, recuerdas que fui a una conferencia, pues aquel conferenciante era su hermano.

Diego la mira con cara de incredulidad. Yo creo que le he caído en gracia, pues desde que la conocí coincidimos en los mismos sitios…Ella dice que es el destino.

Y presa de la confusión confesó ¿Puedes creer que no recuerdo como se llama?

Diego le regaló una mirada como cuando se mira algo que no existe.

¿Entonces vamos? ¿Quiero decir me acompañas?

Si te empeñas iremos, pareces muy ilusionada. Aquí dentro del sobre nos mandan un mapa donde nos indica que esta finca se encuentra en el paraje del Parque Nacional de Monfrágue, Diego escucha en silencio. Anna seguía hablando como si le hubieran dado cuerda, tengo entendido que aquellos parajes  son un verdadero paraíso, pues ofrece  contemplar al visitante la auténtica naturaleza. También pone  como llegar a la finca, tenemos que llegar hasta la localidad de Torrejón el Rubio, un pequeño pueblo donde parece detenerse la vida.

De acuerdo todo parece idílico, pero ¿te has preocupado en saber el motivo de la invitación? Desde luego ya estás poniendo pegas, pareces un pájaro de mal agüero. Está claro que no me entiendes—murmuré-- dando un portazo a la puerta del cuarto de baño. Pues estaba dispuesta a no perderme esa invitación por nada del mundo, pues era la oportunidad de pasar un fin de semana en un sitio idílico.

Desde aquel momento solo pensé en que ponerme, la realidad es que desconocía como vestirme para este evento sin hacer el ridículo. Y llegó el día tan esperado, nada más llegar a la finca y poner el pie en el suelo, ante nosotros un edificio que parecía emanar historias turbulentas, no exenta de misterios, era una de esas casas donde los moradores  hacen lo que fuera por triunfar en los negocios, nunca un lugar me había suscitado tanto temor, y al mismo tiempo curiosidad, pues me inspiraba un sentimiento similar a lo paranormal.

Miro a mi alrededor y veo que los coches allí aparcados eran de alta gama con sus respectivos choferes custodiándolos. De pronto la señora apareció en la puerta se encontraba rodeada de sus perros, aquella estampa de la señora erguida, vestida con pantalón de montar y botas, donde destacaba su indumentaria un chaleco a cuadros color verde musgo, que tapaba levemente una blusa blanca, esa primera impronta para mí fue maquiavélica, pues me pareció una bruja disfrazada de cordialidad, nos saludaba con la mano mientras nos acercábamos a ella, entonces observé, que al estrechar la mano de mi marido, su mirada se volvió gélida.

Con un movimiento de su mano, apareció una criada  que nos condujo a nuestra habitación, la cual nos informó que a las nueve era la hora de la cena, puesto que al día siguiente había prevista una excursión en la cual habría una cabalgada hasta el farallón  de cuarcita donde se encuentra enclavado un castillo árabe y una ermita.

El castillo que vamos a visitar dijo Anna a Diego, lo digo porque me he informado antes de venir, que es fue una fortaleza árabe que es de donde viene el nombre del lugar, Al Monfrague, que significa –monte Frogoso-- ¿sabías que en este lugar  se dieron varias conquistas  y reconquistas por árabes y cristianos?

Diego la dejaba hablar.

Una vez vestidos adecuadamente, bajamos al comedor, en la antesala se encontraban casi todos los comensales, donde había un bullicio tal que no se podían entender las conversaciones, aquel lugar parecía la taberna de un puerto, allí los presentes bebían como si el mundo se fuera a acabar. Aquella primera impresión hizo que mi imaginación los retratara en mi retina como unos bichos que a pesar de tener sus cuerpos envueltos  en trajes del mejor paño, se podía adivinar que debajo escondían la piel oscura y rugosa de sapo, algunos mostraban unas miradas que se asemejaban a las sanguijuelas, pues sus ojos pequeños, eran negruzcos brillantes y escurridizos.

Diego me sigue sin decir nada, solo observaba, yo al mirarlo me tranquilice pues quise entrever que parecía estar disfrutando en aquel ambiente.

Y comenzó la cena, al llegar a los postres, de nuevo comenzó un murmullo en los comensales, estas conversaciones poco a poco fueron derivando  hacia un cariz poco amable, porque e unos momentos  entre ellos pareció despertarse una rivalidad velada, al estar mezclando los negocios con la política.

Seguirá




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