viernes, 29 de diciembre de 2023

FELICITACIÓN

Gracias a todos mis queridos seguidores, me habéis hecho muy feliz, por esa razón, os deseo que este año que comienza sea próspero y de abundancia.

Y no olvidéis que amar la lectura es estar unas horas  en deliciosa compañía.

En Pléyades tengo Jazmín, y en Amazon, todo Comenzó en Mielec, un agente llamado Scott, el alma del universo, y también Jazmín.

Un abrazo para todos.

Seguiré con vosotros hasta que queráis.

TERESA SÁNCHEZ ROMERO.




martes, 26 de diciembre de 2023

Ante la ignorancia mejor es decir NO

ANTE  LA IGNORANCIA,  ES  MEJOR  DECIR  NO

 

 

Aquella mañana, Anna rompe por primera vez la norma que se había impuesto antes de comenzar a trabajar de interventora en uno de los bancos más prestigiosos de Cáceres por su volumen de clientes, puesto que su lema era el de  no levantarse antes de las diez de la mañana, pero aquel día se despertó más temprano de lo habitual, a pesar de haber vivido una semana de frenesí. Todo comenzó desde el día que conoció en la peluquería a una chica llamada Piluca, esta chica no supo cómo la contagio de su vitalidad pues la introdujo en fiestas nocturnas que ella desconocía.

Anna sale a la calle al alba cuando el pavimento de las calles  aún se encontraba húmedo por el rocío,  en los albores del amanecer era perceptible como desprendía del asfalto un vaho que hacía misteriosa la calle desprendiendo una neblina gélida.

La noche anterior Anna estuvo atenazada por unos terribles sueños tan tenebrosos que la introdujeron en algo parecido a vivir en las tinieblas que llegaron a soliviantarla, tanto, que, necesitó con urgencia ir a la iglesia. Una vez en la calle y con la humedad pegada al chaquetón de lana, se dirige con paso ligero a la iglesia de Santiago el Mayor, empuja la pesada puerta que se encontraba entornada, al entrar, su cuerpo tembló, el recinto sagrado se encontraba solitario, en penumbra, se dirige hacia la capilla donde se encuentra Jesús de Nazareno, sus pasos al caminar hacen un eco estremecedor al encontrarse el recinto vacío, de pronto siente frío y, mira de soslayo buscando con la mirada otras capillas por si había algún devoto, pero no había nadie, solo se encontraba ella, entonces nota cómo una sombra parece pasar fugaz junto a ella, que al querer seguirla con la mirada desaparece cómo si quisiera burlarse de ella.

Se arrodilla ante el Cristo, que la mira entristecido, ella le pide misericordia por los pecados cometidos, aún y a pesar de no tener constancia de cuales pudieran ser en realidad sus pecados. De repente su oración fue interrumpida al abrirse una hoja de la puerta de entrada, que al ser tan pesada chirrea  produciendo un estruendo al chocar con la pared de granito, al mismo tiempo, que entraba en la iglesia una fuerte ráfaga de viento que abrió de par en par la puerta bruscamente, haciendo cimbrearse  la lámpara que se hallaba colgando en medio de la nave de la iglesia, que  en esos momentos  alumbraba con una luz  mortecina.

Anna ante esta situación, pierde el hilo de la oración, nunca hasta entonces había sentido tanto miedo en un recinto sagrado y, decide salir del templo, ya en la calle, recuerda la cita que tenía con su amiga Piluca para desayunar. Mientras camina, empezó a encontrarse mal, y pensó que quizás había perdido la fe pues nunca había sentido nada semejante en una iglesia y mucho menos para tener que abandonar sus oraciones. Comino de la Ciudad Monumental, piensa en la cara de Jesús que era de sufrimiento, y que sin saber el motivo salió de la capilla corriendo cómo una cobarde, no se reconocía, pues Él sólo Él podía ampararla ante la desolación que estaba padeciendo.

 Anna no recordaba haber pecado, eso la desconcierta, y, recuerda  si aquel sueño extraño había sido eso, sólo un mal sueño. Con esta horrible duda llega al punto de encuentro donde se había citado con su “amiga” cuando entra en el zaguán del palacio Carvajal, al entrar en el atrio, ve cómo desde lo alto de las escaleras se encontraba Piluca, que al verla baja las escaleras con gesto altivo, Anna al encontrarse a su altura, notó algo raro en su mirada, una mirada que carecía de bondad, entonces se asusta y, piensa, que motivos podía tener para haberla  citado allí.

Y en esos  momentos  se percata que en el centro del atrio, se encontraba un perol donde había un par de ojos que desprendían una mortecina luz roja, Anna ante la sorpresa quiso gritar, pero no pudo, allí se estaba produciendo algo sobrenatural que parecía transcender a la brutalidad.

Mira a su amiga detenidamente y, observa que las manos de su “amiga” eran dos garras similar a las que tienen los osos polares, ante esta visión reacciona, corre  hacia la puerta, pero un hombre con cuerpo de mono le intercepta el paso, Anna cree que aquella situación era rocambolesca, algo estaba pasando en su cerebro que no entendía, no podía ser verdad lo que le estaba pasando, pero Piluca parecía insistir en convencerla de algo que ella no comprendía.

De pronto el atrio se llena con una legión de seres amorfos, parecían seres inhumanos los que irrumpen en el espacio, estos seres la rodean, Anna cree no tener escapatoria, se encontraba perdida en un mundo que no era el suyo, Piluca se acerca a ella con una reluciente bandeja de plata en las manos que contenía pequeños montoncitos de  una sustancia similar a la harina por donde empezaron a salir pequeños gusanos negros, entonces Piluca le exige  que pruebe esa sustancia diciéndole es “gratis” insistiendo mientras de su boca salía una sonrisa malévola. Anna sin entender bien que quiere de ella, se niega a probarla, uno de aquellos seres la amenaza con un látigo como si fuera un domador de circo.

Anna en aquellos momentos recuerda la Faz de Cristo Nazareno, lo invoca, y, algo grande sucedió porque de repente todos  aquellos seres desaparecieron, y entonces notó cómo una mano cálida la toma de su mano infundiéndole con su cálido contacto el valor que necesitaba para salir de allí, conduciéndola de regreso a su casa.

Cuando llega a casa, se encuentra a su madre sentada en la cocina, parecía gemir, al verla le preguntó con dulzura ¿dormiste mejor anoche? Anna se acaricia la mano que aún olía a un sublime perfume de amor que se había impregnado en su piel. Entonces tuvo una visión, aquella mano fue la que la guio hasta  sacarla de aquel infierno.

Después de aquel sobresalto, sabía que lo que le había ocurrido no era normal, y pensó que aquellas pesadillas que estaba padeciendo desde que hizo amistad con Piluca, pudiera ser que fuera normal padecerlas ya que aquellos sueños y pesadillas que estaba padeciendo podía ser algo mucho peor, aunque no llegaba a discernir si lo que le aterraba le sucedía cuando se encontraba dormida o despierta.

Madre e hija se abrazan, poco después se encaminan hacia la iglesia, allí y como siempre la estaba esperando en su sencilla capilla Jesús de Nazareno, que había cambiado su semblante agónico por una dulce sonrisa.

Porque a su lado se encontraba una de sus ovejas que estuvo a punto de descarriarse.

Nunca más volvió a ver a “su amiga Piluca”.

Nunca te confíes de una amiga que te hace padecer pesadillas.


 

 




miércoles, 20 de diciembre de 2023

Amnesia


Mientras se hace una taza de tila para calmar sus nervios, pone la radio, todo parecía encontrarse en la más absoluta normalidad, pues seguía igual que siempre, noticias, cotilleos, tertulias que sólo saben enardecer al oyente con sus opiniones encontradas, de repente oye algo en una emisora detiene el dial, alguien acababa de opinar sobre algo que no pareció gustar al moderador, pone toda su atención, escucha unos segundos más pero el presentador habla acelerado con el tertuliano, no haciendo posible que se le entendiera, aún así estaba segura de que  algo debía de haber ocurrido porque al instante la radio empezó a emitir música clásica.

¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Era tan grave lo que pasaba como para que después de hacerse un comentario la radio dejara inmediatamente de emitir. Sale a la calle necesitaba saber, aunque no estaba segura qué era lo que buscaba; se encuentra en las escaleras con algunos de sus vecinos, necesitaba hablar con alguien, no le importaba del qué piso fuera o tuviera más o menos amistad con ellos, tan sólo quería preguntarles su alguno de ellos había visto algo sobre lo sucedido; pero nadie parecía hacer mención el haber visto nada que no fuera lo cotidiano de cada día.

Anna se encuentra desconcertada ¿Y si había sido una de esas maniobras de absoluto secretismo que se preparan dentro de los gobiernos?  Pero que en este caso estaba segura de que se trataba de desenterrar algo que se hallaba allí escondido ¿Y si habían encontrado algo que fuera peligroso?. Anna estaba dispuesto a desentrañar que era lo que había pasado, y además estaba segura de haber visto movimientos extraños desde su ventana aquella madrugada. Minutos después, con paso firme, se adentra por el parque, se acerca al socavón que estaba recién tapado por una capa de arena negruzca, pero cuando se agacha para recoger con su mano un puñado de tierra, una mano fuerte, acompañada de una voz grave y potente se lo impide, cuando vuelve su cuerpo para mirar a la persona que le estaba impidiendo su investigación, los dos al mirarse cara a cara se quedan inmóviles, sus miradas se entrelazan de manera hipnótica, poco después Anna sin saber el motivo, baja la cabeza, se le había hecho inesperadamente un nudo en el estómago, en ese momento empezó a recordar, que ella hacía tiempo fue la jefa de una unidad secreta, y que ella seguramente fue la que mandó instalar allí una cisterna que era altamente peligrosa; siente un escalofrío, ella tan sólo obedecía órdenes, y no le dio el alto mando margen para pensar las consecuencias que podía tener aquella misión, y no pensó en el hipotético caso de que se pudiera  producir algún escape, pero Anna en esos momentos podía asegurar de que ese accidente nunca se produciría, ¿Pero de eso ya había pasado mucho tiempo? Por aquel entonces era una mujer curtida en el ejército, por lo tanto se debía encontrar llena de energía y valor, sigue recordando, su mente le cuenta su pasado en pequeños retazos, entonces cree saber con exactitud lo sucedido aquella mañana. Esta parte de la ciudad en aquella época se encontraba deshabitada, todo era campo árido, sin cultivar, por esa razón ella no puso ninguna objeción cuando se le pidió su opinión para realizar el enterramiento, pero ahora todo era diferente, el área estaba poblada.

 Anna por primera vez desde hacía muchos años se encontraba en aquel lugar donde se supuso mandó enterrar la cisterna cargada de agentes contaminantes ¿Pero cómo no pudo recordar en todo este tiempo? ¿Acaso manipularon su mente después de ejecutar aquel acto para que no sintiera escrúpulos? ¿Acaso se estaba volviendo vieja?, se mira las manos, y entonces comprendió muchas cosas, las tenía plagadas de pecas, y además aquel hombre  no le parecía un desconocido, pero ignoraba de quién se trataba, habla de nuevo aquel hombre que al verla desorientada le dice con dulzura, que él tampoco recordaba nada de aquellos años en los que estuvo bajo sus órdenes de la A-O- C--El hombre se disculpa, inmediatamente arrepentido de lo que acababa de decir, después de un prolongado silencio dice, sólo sé que me han ordenado de que no se acercara nadie a esta parte del parque porque puede que aún se conserve un rescoldo contaminante en la tierra  al haber sido removida.

Anna lo mira, necesitaba echar la culpa a alguien, pero al mirarlo de nuevo, sólo le supo decir casi en susurros, ¿ Como habéis consentido que casi media ciudad estuviera en peligro al tener este artefacto nocivo tan cerca?. Él dijo rotundamente, sólo se pretendía que se mantuviera aquí enterrado hasta cumplir el plazo estipulado para poder trasladarla, con la mayor seguridad y, eso es todo lo que puedo decir.

Anna entró en su casa y fue directamente a su alcoba, en sus movimientos parecía ser una autómata, abrió el armario y saco de una trampilla una caja de latón, que no recordó  hasta ese momento que la tenía, la abre, y allí había unos documentos que acreditaban que era la doctora Anna especialista en agentes contaminantes, y ella supo que debió estar allí en aquel enterramiento ya que fue la encargada de todas aquellas áreas donde se pudieran ocultar bacterias infecciosas, y neutralizarlas, para que no se produjeran pandemias en el caso de que se pudieran filtrar en pozos de subastación.

Anna sigue con aquella caja en las manos, una foto le hace temblar. El hombre que le prohibió coger un poco de tierra, era su esposo…pero porqué estaban separados.

Sentada en su alcoba Anna llora amargamente, a veces los sacrificios que se hacen a favor de los demás, la única recompensa que tiene es la soledad.

Alguien llama a la puerta, la abre, era aquel hombre que cuando intentó coger un puñado de tierra negra se lo impidió, y que con tan sólo mirarlo a los ojos le hizo recordar… y sin palabras se fundieron en un largo y tierno abrazo. Anna sonríe, le había llegado la recompensa de todo su sufrimiento al abrir aquella puerta, y de por los sacrificios pasados. De nuevo, se habían encontrado dos corazones que habían estado separados por un trabajo que en su día les impidió recordar quienes eran, ahora Anna  se encontraba de nuevo junto a su esposo, el que mucho tiempo estuvo borrado de su mente.

Ya no necesitaba recordar, sólo le daba esperanzas el presente, un presente que con su trabajo ignoró que pudiera existir.

       




viernes, 15 de diciembre de 2023

Amnesia

AMNESIA

 

 

Aquella mañana de una primavera incipiente, Anna se levantó de la cama con un desasosiego y un amargo sabor en la boca desconocido para ella, el sueño que aquella noche había tenido hizo que sintiera en su pecho  un grito de alarma, con la mano en la boca, confusa, abre la ventana de su alcoba, su cara se relaja al recibir los primeros rayos de sol, como siempre solía hacer cada mañana, mira el gran parque que tenía ante su casa, el verdor de la hierba aún parecía dormir soñando con un día espléndido.

De repente y desconociendo el motivo, se alarma cuando se percata de que había cinco hombres armados con picos y cómo  peinaban aquella parte del parque que se encontraba justo frente a su ventana. Anna se queda mirándolos, su cuerpo se estremece cuando recuerda que aquella misma noche había soñado con aquellos hombres, se queda pensativa mientras los ve levantar y clavar con ahínco una y otra vez los picos para levantar la hierba crecida y húmeda, aquellos hombres parecían estar buscando algo que estuviera allí enterrado.

Anna intrigada no se aparta de la ventana necesitaba saber qué era lo que buscaban aquellos hombres, uno de ellos señala uno de los árboles que parecía estar maltratado por los orines de los perros, nada más clavar en uno de ellos el pico, el árbol cae al suelo pues se veía seco;  un silbido del que parecía el jefe, hace que los obreros se acerquen a él raudos acudiendo a su llamada; Anna supuso de que eran los componentes de una cuadrilla de trabajo, cuando se acercan, una vez todos juntos parecían  hablar algo entre ellos, poco después, los cuatro siguen con la inspección de la zona dando al terreno picotazos como posesos.

El que cree Anna que puede ser el jefe, habla por teléfono, mientras parece estudiar con detenimiento el esqueleto del árbol caído. Los perros que por allí paseaban al olisquear aquel entorno, se deshacen de las correas con los que se encontraban encadenados por sus amos, y salen corriendo hacia el lugar donde se encontraba el árbol caído, el hombre que se hallaba cavando, levanta la vista del suelo, se asusta ante la invasión canina, intenta azuzarlos para que se vayan de su lado, que al no ser obedecido, empezó a dar con furia golpes al aire, pero los perros no parecían querer irse de allí, de pronto uno de estos perros empezó a cavar con sus garras la tierra como un poseso, algo debió detectar con su olfato, porque los demás caninos empezaron a ladrar con suma agresividad, el hombre, llama al resto de sus compañeros para que acudieran en su ayuda.

Anna desde su ventana ve atónita aparecer cómo si fuera el cuento de Amelín,  aparecieron corriendo hacia el hombre cientos de gatos que, parecían un ejército en posición de ataque. Anna no se mueve de la ventana, todo lo que está viviendo le parece un sueño de muy mal gusto; una sirena a todo gas anuncia que se acercaba, era un coche de bomberos, que para justo frente a su ventana, entonces pudo ver que los hombres que bajaron con movimientos sincronizados en unos segundos acordonan el área donde se encontraban los perros y los gatos; poco después aquellos hombres que habían estado peinando aquella parte del parque, fueron evacuados en sendas camillas tapados con mantas que parecían desde su otero de amianto.

Otra sirena irrumpe de nuevo en la avenida que, curiosamente se hallaba deshabitada a aquellas horas de la mañana, también aparca frente a su ventana, todos los que bajaron de aquel vehículo estaban enfundados en monos azules y enmascarados, en unos segundos se diseminan con rapidez por toda la avenida, dando órdenes de que se cerraran puertas y ventanas. Anna ante esta orden, cierra la ventana, pero, una vez cerrada, vio con asombro, que una de las baldas de la persiana se encontraba partida, dándole la oportunidad de poder seguir mirando por la ranura. Algo importante estaba pasando ante tanto movimiento ¿Qué estaba sucediendo? mientras ella seguía desde su otero vigilando cómo si fuera una espía.

 Poco después aparece un nuevo coche que a Anna le pareció extrañamente familiar  a pesar de tener el techo cubierto de antenas, que al dirigir su mirada hacia el techo éste se encontraba cubierto con barras de acero y cables, que a Anna le pareció que irradiaban luces verdes transparentes; mientras tanto de ese vehículo se bajan tres hombres vestidos con monos blancos y enormes máscaras que le daban el aspecto de astronautas, segundos después, con una enorme manguera fumigan el área, quedando a los perros y a los gatos inmóviles como si hubieran sido anestesiados, minutos después con toda precisión son metidos los animales en la furgoneta,  desapareciendo inmediatamente con la alarma puesta a todo gas.

Pero algo sospechoso llamó la atención de Anna, el vehículo de las antenas no se había movido desde que lo aparcaron. De repente pudo ver, cómo aquellas antenas que se encontraban en el techo de aquel coche, empezó a iluminar la zona con luces de un intenso color verde, inundando con su fulgor en uno segundos el parque y la avenida.

 Más tarde, Anna no supo cómo sucedió pero se vio de repente sentada encima de la cama, aun se encontraba en camisón, se mira,  no parecía tener consciencia de lo que había pasado mientras había estado mirando tras la ventana, pero tampoco supo por qué, en un impulso se levanta, y sube de nuevo la persiana, mira a la calle, pero  tan sólo pudo ver que, donde antes hubo un parterre, ahora en ese lugar se mostraba una capa negruzca de tierra que parecía cubrir un socavón, Anna pensó de que allí no parecía haber habido nada que fuera sospechoso ni de que hubiera sucedido nada especial aquella mañana, pues tan sólo podía ver unos cuantos metros de tierra removida, pero eso no era suficiente para que ella se convenciera de que allí había sucedido algo anormal pues  de pronto apareció  un ejército de hombres protegidos con algo parecido a las escafandras que se usan en caso de emergencias, que se pusieron a inspeccionar aquella pequeña área del parque.

Anna cuando se retira de la ventana se mira al espejo de su tocador, se toca la cara… ¿Estaría sufriendo alucinaciones sobre lo que había visto aquella mañana?  pues en su cabeza parecía estar todo demasiado confuso;  pues allí frente a ella en el momentos que de nuevo se asoma a la ventana, alucinada, comprueba que todo seguía igual, entonces mira con detenimiento, aquel árbol famélico y seco que seguía en el suelo…ya ni siquiera podía creer que hubieran sido  los jardineros los que habían  estado hurgando en aquel trozo de jardín, pues tan sólo habían dejado –que para ella era una evidencia-- un trozo de tierra negruzca, en un impulso –piensa—que quizás la tierra pudiera aclararme lo que creyó ver, pues empezaba a dudar que fuera sido cierto lo que había visto aquella misma mañana.

SEGUIRA...




jueves, 7 de diciembre de 2023

Cuento de Navidad

CUENTO DE NAVIDAD.

 

Anna al despertar aquella mañana fría de diciembre, al abrir los ojos, y mirar a su alrededor creyó estar soñando al comprobar que su habitación en la que dormía desde hacía mucho tiempo no era la misma; confusa se levantó, y al poner los pies en el suelo tuvo la sensación que éste cedía ante el peso de su cuerpo, aterrada intenta volver a la cama, y supo de que no podía moverse, sus pies se encontraban anclados en el suelo de tal manera que le hizo gritar con voz pavorosa para que la rescataran, pero todo fue inútil, no había nadie que pudiera oír sus gritos, espantada, y sin saber qué hacer, se mira las manos, eran pequeñas, mira sus pies y estos se encontraban acorde con las manos, no podía ser, ella era una mujer adulta; y mientras intenta aclarar su situación, una voz en tono dulce la reclamaba pronunciando su nombre.

¿Anna qué haces que tardas tanto? El chocolate lo tienes encima de la mesa de la cocina, tus hermanos  ya han desayunado, vamos perezosa que el árbol de Navidad te espera  para que recojas tu regalo.

Anna después de haber escuchado aquella dulce voz, se toca la frente, al parecer no tenía fiebre. Intenta caminar, pero el suelo de lo vivido no le dejaba avanzar, y se da cuenta de que su cuerpo y su mente habían retrocedido hacia la edad dulce de la inocencia, pues del salón salían risas unidas a canciones de amor y de paz.

Se mira al espejo del tocador, y complacida  pudo apreciar que su rostro resplandecía con la sonrisa de niña, una niña que no sabía de guerras ni conflictos, tampoco sabía que existiera la ambición o el nepotismo que lo pudre todo, pues al parecer el ser humano se había olvidado de que el amor es un sentimiento tan sublime que puede borrar las envidias, que son la lacra de la humanidad.

Anna no sabe cómo llegó al salón, pues de repente se vio ante una cuna donde descansaba un BEBÉ que sonriendo la miraba, Anna ante tanta pureza se estremece, mientras era receptiva de aquella sonrisa.

Se encontraba ante el mayor misterio, dónde cada año el Dios Supremo se convierte en el ser más vulnerable, un recién nacido, que con su sonrisa le estaba transmitiendo un mensaje para difundirlo a la humanidad. Que los gobernantes no piensen tanto en el poder, ya que es efímero, pues sólo tienen la obligación de hacer que el pueblo que gobiernan sea feliz, que dejen las rencillas, y piensen más en dar trabajo, que es lo que da alegría y amor a un pueblo, para que al final de vuestra existencia podáis decir con orgullo que habéis dado felicidad en un mundo en el que sólo se permanece  unos años, y que lo que lleguéis a atesorar no os lo podéis llevar,  pues todo ante la muerte se convierte en humo, ya que nada os pertenece, al ser solo es un préstamo que YO os doy que se tiene que devolver.

Por lo tanto dad mucho amor, sed felices  porque  YO desde mi reino os recibiré con los brazos abiertos. LA NAVIDAD NO ES SOLO UN SUEÑO, ES MUCHO MÁS QUE ESO.