jueves, 7 de diciembre de 2023

Cuento de Navidad

CUENTO DE NAVIDAD.

 

Anna al despertar aquella mañana fría de diciembre, al abrir los ojos, y mirar a su alrededor creyó estar soñando al comprobar que su habitación en la que dormía desde hacía mucho tiempo no era la misma; confusa se levantó, y al poner los pies en el suelo tuvo la sensación que éste cedía ante el peso de su cuerpo, aterrada intenta volver a la cama, y supo de que no podía moverse, sus pies se encontraban anclados en el suelo de tal manera que le hizo gritar con voz pavorosa para que la rescataran, pero todo fue inútil, no había nadie que pudiera oír sus gritos, espantada, y sin saber qué hacer, se mira las manos, eran pequeñas, mira sus pies y estos se encontraban acorde con las manos, no podía ser, ella era una mujer adulta; y mientras intenta aclarar su situación, una voz en tono dulce la reclamaba pronunciando su nombre.

¿Anna qué haces que tardas tanto? El chocolate lo tienes encima de la mesa de la cocina, tus hermanos  ya han desayunado, vamos perezosa que el árbol de Navidad te espera  para que recojas tu regalo.

Anna después de haber escuchado aquella dulce voz, se toca la frente, al parecer no tenía fiebre. Intenta caminar, pero el suelo de lo vivido no le dejaba avanzar, y se da cuenta de que su cuerpo y su mente habían retrocedido hacia la edad dulce de la inocencia, pues del salón salían risas unidas a canciones de amor y de paz.

Se mira al espejo del tocador, y complacida  pudo apreciar que su rostro resplandecía con la sonrisa de niña, una niña que no sabía de guerras ni conflictos, tampoco sabía que existiera la ambición o el nepotismo que lo pudre todo, pues al parecer el ser humano se había olvidado de que el amor es un sentimiento tan sublime que puede borrar las envidias, que son la lacra de la humanidad.

Anna no sabe cómo llegó al salón, pues de repente se vio ante una cuna donde descansaba un BEBÉ que sonriendo la miraba, Anna ante tanta pureza se estremece, mientras era receptiva de aquella sonrisa.

Se encontraba ante el mayor misterio, dónde cada año el Dios Supremo se convierte en el ser más vulnerable, un recién nacido, que con su sonrisa le estaba transmitiendo un mensaje para difundirlo a la humanidad. Que los gobernantes no piensen tanto en el poder, ya que es efímero, pues sólo tienen la obligación de hacer que el pueblo que gobiernan sea feliz, que dejen las rencillas, y piensen más en dar trabajo, que es lo que da alegría y amor a un pueblo, para que al final de vuestra existencia podáis decir con orgullo que habéis dado felicidad en un mundo en el que sólo se permanece  unos años, y que lo que lleguéis a atesorar no os lo podéis llevar,  pues todo ante la muerte se convierte en humo, ya que nada os pertenece, al ser solo es un préstamo que YO os doy que se tiene que devolver.

Por lo tanto dad mucho amor, sed felices  porque  YO desde mi reino os recibiré con los brazos abiertos. LA NAVIDAD NO ES SOLO UN SUEÑO, ES MUCHO MÁS QUE ESO.

 




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