sábado, 28 de octubre de 2023

Almas en la sombra 2º parte

Habían pasado al menos dos horas cuando de nuevo el teléfono suena, sin estar conectado.

Lo coge con desgana, ¿Has recibido un paquete?, es necesario que lo tengas en tus manos lo antes posible, creo que sabe bien de qué estoy hablando, pues este asunto es necesario que se solvente cuanto antes.

 Eladio no sabe qué decir, en unos segundos sin apenas reponerse de aquella llamada, llaman a la puerta, un mensajero le entrega un paquete, que nada más dejarlo en las manos de Eladio, el recadero desaparece.

 El teléfono seguía conectado, Eladio sin saber qué hacer mira aquel paquete…

Mientras desde el teléfono una voz le increpa, despierta de una vez, ya tienes el paquete que te acabo de mandar, bien, pues ahora a trabajar, me urge que este asunto esté resuelto cuanto antes.

Eladio se dirige a la mesa, deposita el paquete, necesitaba pensar antes de abrirlo, pero una ansiedad interior lo apremia.

¿No me digas que ahora te vas a echar para atrás?

“No” se contestó así mismo, con rotundidad.

Pues ya puedes ponerte en marcha. En aquel momento del móvil salió un ruido extraño como si se tratara de una máquina que poco a poco pierde velocidad.

Poco después con extraña agitación abre el paquete, era una caja de madera, la abre, dentro había una joya que no supo calcular el valor que pudiera tener,  él no entendía de joyas, y mucho menos de esta clase de joyas que por su aspecto parecía ser muy antigua.    

  La observa con detenimiento, parecían representar tres moscas, cada una de ellas se encontraba coronadas por pequeñas gemas de diferentes colores las cuales parecían realzar unas siglas, que para cualquier profano como él, eran totalmente ininteligibles. Después de haberla observado durante largo rato, no consigue tener nada claro, pero, sigue sin atreverse a sacarla  de la caja, se enoja consigo mismo al no tener la valentía necesaria para llegar a una conclusión.

Cierra la caja, y después de cerrarla piensa que el contenido era totalmente contradictorio a la madera con que estaba trabajada la caja, pasa la mano suavemente por la superficie,  analiza de nuevo cada milímetro de aquel envase, pero al no encontrar en su memoria nada que pudiera revelarle la procedencia de aquella madera, decide entrar en internet para  comprobar a  que especie arbórea conocida pertenecía, pero fue fallido, aquella madera no parecía estar catalogada como madera, la preocupación le hace  ponerse ante la caja, comienza a pensar, pero solo saca en conclusión que la madera parecía ser atemporal, ya que su procedencia era imposible de averiguar.

De pronto, da un respingo en la silla, aquella madera solo podía pertenecer  a una clase de árbol...

No obstante, y con los nervios a flor de piel supuso de donde podía ser su procedencia, entra de nuevo en internet para buscar las características de aquella madera, mientras busca piensa en el diseño de la caja que  le pareció que era muy especial.

Una vez que leyó en internet todo lo que se decía sobre las maderas especiales, desistió al no encontrar nada significativo que la distinguiera, pero de lo que estaba seguro era que el diseño del estuche no era el primitivo.

Eladio por unos momentos no sabe qué pensar, era un trabajo, y él nunca había hecho nada en su vida que no fuera satisfactorio, y ahora que tenía una oportunidad que parecía ser especial pues no comprendía cómo se había atascado en una cosa que aparentemente parecía fácil, tan sólo tenia que  saber diferenciar la madera, donde era la procedencia de esa madera y el año en la que había sido  elaborada aquella joya, pues mientras miraba tuvo el pálpito de que en aquel trozo de madera, podía guardarse un enigma.

Aquel enigma no parecía ser para él, debía dejarlo, pues lo menos que necesitaba en esos momentos de su vida era tener más complicaciones, pero también necesitaba trabajar para subsistir, de pronto creyó ver la luz, en ese momento su mente fue tan rápida que, decidió llevar a cabo aquella investigación que le habían encargado.

La realidad para Eladio aquel trabajo se le presentaba como un reto, uno de esos retos que sólo se presentan en escasas ocasiones, por lo tanto decidió aprovechar la oportunidad.

Tal vez esto podía ser el comienzo de algo que podía llegar a catapultarlo hacia nuevos trabajos que estuvieran más acorde con lo que siempre deseó.

Pero dentro de sus dudas Eladio pensó que se encontraba ante un trabajo desconcertante, al no tener ni idea por donde empezar por supuesto este trabajo podía ser mucho mejor que el de perseguir a criminales que a veces, y después de una burda y lamentable investigación, cuando llegaba al resultado, sólo eran historias inventadas o bulos tan rocambolescos que algunos de los policías llegaban hasta a ridiculizarlo.

 Esta nueva etapa que veía venir a su vida se la imaginaba brillante, pues creía ser merecedor  después de haber pasado  tantas penurias sin una recompensa.

 ¿Sería que le había tocado la mano de Dios?  Aunque supo de antemano que,  todo parecía tener trazos de ser difícil de resolver. Pero ¿Por qué él?

 ¿Quién se lo propuso?

Eladio, no piensa en nada parecía tener la cabeza vacía mientras miraba con recelo la caja que se encontraba encima de la mesa, sin llegar a tocar la joya da mil vueltas a la cabeza con respecto a si decidirse o no aceptar aquel encargo, en un impulso, saca la joya de la caja, su cabeza parecía no razonar ante la necesidad que tenía de un trabajo, y no supo ver el resplandor que la joya parecía emanar.

De pronto con la joya en la mano, tuvo una visión que le hizo sentarse, y fue cuando en un momento de desorientación le pareció ver a un grupo de hombres que tenían la cabeza rapada, barba larga blanca,  párpados entornados sobre unas pupilas hundidas, estos seres se encontraban ante él, de pronto aquel grupo comenzó a flotar por la habitación, que al encontrarse vestidos en túnicas que parecían  harapientas, Eladio durante unos minutos no supo cómo reaccionar pues también creyó ver que estos seres parecían ángeles salidos del averno, pues al estar todos suspendidos, inmóviles en el aire, daban la sensación de seres incorpóreos. Para poco después comenzar a volar ante él como si fueran grandes pájaros nocturnos, que parecían deslumbrados por la luz del día.

Conmovido por aquel espectáculo que acababa de ver, no puede más y se echa encima de la cama, pero antes de acostarse pone la caja en la mesita de noche con la joya dentro, no cierra los ojos, pues desde el primer momento que la tuvo en sus manos, y la observó, le obsesionó el desfase que se podía apreciar sobre el diseño de la caja, y su conservación.

Estaba seguro que la caja no encajaba con la antigüedad que parecía tener la joya,--aunque solo se atrevió  mirarla  de soslayo-- este detalle le alerta ante la posibilidad  de que pudiera estar involucrada en algún robo importante, o, tal vez en alguna trama que podía desembocar en un asunto turbio.

Para distraer su impaciencia, mira con detenimiento el techo de su salón, y tuvo la sensación de que se encontraba cubierto con la arena dorada del desierto.

Quiso gritar, pero su cuerpo se encontraba paralizado, y creyó que su espíritu se estaba diluyendo hacia la demencia.




martes, 24 de octubre de 2023

Almas en las sombras 1º parte


 

ALMAS EN  LAS SOMBRAS

 

 

 

Para Eladio joven cacereño, aquel día había amanecido oscuro, tan oscuro que no vislumbró cómo el sol brillaba con todo su esplendor, entra en el cuarto de baño, se mira en el espejo del lavabo, y ve horrorizado cómo  destacaban por su rostro a pesar  de ser un hombre joven unas arrugas bien definidas sobre todo en la comisura de los labios, sus párpados en esos momentos desvaídos parecían que guardaban unos ojos que daba la impresión de ser dos piedras de azabache, y aun a pesar de verse en tan mal estado, y en desánimo, parecía emanar de él  cierto encanto que a las mujeres atraía.

La verdad era extraño que a sus treinta años se sintiera cansado, la causa podía ser el no haber encontrado su lugar en esta vida, a veces lo achacaba a los trabajos que hasta el momento había desempeñado, ya que ninguno había despertado su pasión.

Después de haber hecho varios intentos, más que de estudiar comenzó a divagar y tontear comenzando diversas  carreras, ya que en el segundo curso se le hacía cuesta arriba, con esta actitud, solo había conseguido que tuviera nociones variadas en diversos temas. Pero llegó el momento en que necesitaba trabajar; fue cajero en un banco, ayudante de dirección en una empresa de cosmética, y otros oficios más, pero por el momento nada le satisfacía.

Una mañana al levantarse, se notó más vivo que nunca, y decidido cogió su mochila y poniendo en ella lo más imprescindible, viajó por el mundo sin rumbo fijo, que al no tener previsto dónde ir, el desapego por todo lo que se encontraba a su paso lo llevó hasta entrar en las tierras Egipcias.

 Una vez allí deambulo por el desierto, admiró monumentos, que  parecían haber surgido desde el principio de los tiempos para que él los contemplara, entonces  pudo ver el bullir de las plazas repletas de turistas, paseó por las calles y los mercados comprobando la alegría de las gentes, la fastuosidad de los templos, que para Eladio era tan sólo un decorado idílico; entonces,  y sin apenas darse cuenta alargó la estancia en aquel misterioso país a tres meses al ser tierra de faraones.

Sabía que había entrado en un mundo en donde la sofisticación parecía reinar en la interminable arena. Y cuando se encontraba ante una de las pirámides, creyó escuchar cómo una voz cerca de él que para sus oídos sonó como si fuera un estruendo,--ésta le dijo—qué haces tú aquí, nadie te necesita ni pedido de que estés aquí, tú debes estar en tu sitio ¿o es que no sabes cuál es tu función en la vida?

 ¿No crees que ya podías haberte dado cuenta?

Desde aquel día Eladio lo que siempre creyó podía ser una inestabilidad emocional  lo escuchado en el desierto hizo que volviera de nuevo a Cáceres. Durante el viaje pensó que era un regreso sin aliciente alguno ya que su ánimo era igual que cuando se fue, sin nada que pudiera ilusionarle.

Una vez en Cáceres y cuando atravesaba el Paseo de Cánovas camino de su casa, el sonido de las sandalias de papiro que llevaba puesta se hacía a cada paso más notorio, pero se encontraba tan desencantado con su vida que no se percataba de ello, quizás fuera la brisa que le daba en la cara la que le nublaba los sentidos. Solo sabía que se encontraba de nuevo en su amado Cáceres pero al parecer todo seguía igual, mientras tanto  la gente a su paso lo miraban.

¿Mirarían la mochila que tenía aspecto raído y mugriento?, bueno cuando llegara el momento se desharía de ella, por el momento no lo haría ya que guardaba muchas connotaciones para él.

Pero por unos momentos  se extrañó de que su mugrienta mochila despertara la curiosidad de los transeúntes, pues al parecer y sin que él se percatara de ello  desprendía un halo luminoso que en sus destello se asemejaba  al Aura Boreal, esa que tanto les gusta contemplar a los turistas que van al norte de Europa.

Eladio una vez llegó a su casa situada en el barrio viejo judío de Cáceres, al abrir la puerta y entrar  sintió ese frescor natural, ese que regalan gratis las casas antiguas, abandona la mochila encima del sofá, para ir directamente a echarse  encima de la cama. La suave temperatura hizo que se quedara dormido.

Al día siguiente al despertar, ve con desagrado la mochila en el suelo, se levanta para recogerla y ponerla encima del sofá, pero al cogerla y encontrarse abierta todo su contenido cayó al suelo, entonces mal humorado lo recoge sus enseres con las dos manos, y tira lo recogido encima del sofá.

Y no sabe si por la consecuencia del desaliento o el cansancio cree notar algo extraño, mira a su alrededor, la casa siempre había sido pequeña,--pues no había estado tanto tiempo ausente como para parecerle desconocida—oteando la estancia desconcertado, descubre en el fondo del pequeño salón, algo parecido a un estrado que se elevaba del suelo, donde había un trono de madera dorada salpicada de piedras preciosas, el suelo cuando bajó la vista le pareció  un mosaico que reflejaba con exactitud el enrejado de la celosía de la ventana.

Al instante comenzó a oírse el sonido de un caminar pausado, en su desconcierto puso en duda lo que estaba viviendo, y no acertó a discernir de qué se trataba, de pronto aquellos pasos cesaron parándose junto a él; el dueño de aquellos, en eso y al llegar a este punto pasos, una voz le dijo, me han dicho que tienes entre manos hacer un trabajo, espero con que éste sepa  cumplir tus expectativas. 

Eladio de pronto siente una ira incontrolada ante esta orden, y para calmarse sabe que necesitaba una ducha.

 Poco después decide salir para respirar aire fresco que creyó necesitar después de vivir aquellos meses calurosos  en el desierto.

 Era primavera en Cáceres, y nunca le pareció tan maravillosa pues nunca la comparó con un hermoso oasis. Pero antes de salir a la calle mira de nuevo su casa desde la puerta, que al ser ésta de estructura estrecha y alta, le pareció a simple vista claustrofóbica.

Confuso pensó que su cabeza con la presión del cansancio, aquello que creyó haber visto podían haber sido imaginaciones suyas o  alucinaciones, pues para él lo más urgente era que necesitaba evadirse, expandir al aire lo que estaba sintiendo, y por qué no, que esos pensamientos se diluyeran por el aire mientras se tomaba una cerveza fresca en una terraza.

Se adentra por la plazuela de San Mateo, el aire al ser una zona alta de la Ciudad le pareció reconfortante, baja la calle ancha custodiada por casonas del medievo, se recrea en su paseo,--adoraba Cáceres-- pasa por delante del museo moderno Alvear, mira, pero no entra, la modernidad en esos momentos no le llamaba mucho la atención. Se encamina hacia la calle San Pedro, para entrar en el Paseo de Cánovas, de pronto siente un hormigueo en el bolsillo del pantalón, mete la mano con precipitación para saber de qué se trataba cuando de pronto siente una punzada en el muslo, en unos segundos pierde el conocimiento, y cuando despertó se encontró acostado en su cama, sin recordar lo sucedido.

Solo supo al despertar que se encontraba mareado, se levanta, y para llegar a la cocina tuvo que ir tocando la pared para no caer, necesitaba encontrar algo  que le calmara el mal estar, pero la despensa estaba vacía, y sonríe cuando ve un paquete de galletas de no sabía cuánto tiempo  podían estar allí, coge una, peo tiene que beber agua por lo seca que estaba, cuando regresaba a la alcoba a los pies de la cama ve una piedra en el suelo, la coge, y una vez en su mano algo extraordinario le sucede pues cree estar recorriendo Egipto como en un flas.

Y se ve que se encontraba en el oasis de Bahariya a unos 400k del Cairo, mira a su alrededor y supo que estaba en el Valle de las momias, donde se dice que puede haber más de 1000, muchas de las cuales están cubiertas de oro, pero Eladio no entendía  el motivo por el que se encontraba allí, pues sólo sabía que era un recinto secreto donde estaba prohibido entrar al ser un yacimiento donde se estaba haciendo una excavación.

En esto, inconscientemente se adentra y en una de las galerías encuentra una cámara mortuoria, que tiene tres habitaciones con enseres, y donde había vajillas, monedas de oro, y restos de semillas.

Y al salir de aquella cámara el sol lo deslumbra, de pronto una mano se posa en su hombro, mira, y era una momia con el cuerpo cubierto con una capa de oro, que sin miramientos le dice, tienes que hacerme un favor. Eladio escucha sorprendido, mientras seguía diciendo la momia, sólo tú puedes hacerlo, y desapareció, no sin antes decir, tienes que mirar en internet.

 Despertó encima de la cama, entonces quiso recordar que fue lo que le pasó para que tuviera aquel sueño,  pero en su cabeza solo quedaban fragmentos confusos de sucios e intrincados laberintos, senderos interminables que no llegaban a ninguna parte. Intenta levantarse, pero la cabeza le dolía, bebe un sorbo de agua para apaciguar su ansiedad. 

En esos momentos el teléfono móvil comenzó a sonar, que en sus oídos retumbó como un trueno, lo coge con desgana, y una voz conocida ajena al desencanto que estaba padeciendo en esos momentos dijo, Eladio, querido amigo ¿Te pasa algo? Sé que te encuentras en Cáceres desde al menos-- según me han dicho-- una semana.

 Un súbito escalofrío recorrió su espalda, que al instante fue reemplazado por un calor sofocante, que desembocó en un desagradable escalofrío, y sin decir palabra desconecta el móvil, no podía hablar un nudo parecía atenazarle la garganta.

 Seguirá.




miércoles, 11 de octubre de 2023

DÍA DE LA HISPANIDAD


DÍA DE LA HISPANIDAD

 

 

Nunca se llega tarde si lo que encuentras en la historia es la verdad, como la huella que dejaron unos cuantos aguerridos españoles en 1492 capitaneados por el insigne navegante Cristóbal Colón, que descubrió un nuevo mundo; que según los acontecimientos no fue llamada por los conquistadores  "América” siendo al parecer una negligencia de nuestros descubridores, siendo la causa de que este grandioso descubrimiento llevara el nombre de uno que llegó después de Colón, llamado Américo, gran error por parte de los españoles y descubridores; pues esta gesta se logró gracias a la contribución, y al dinero de los reyes Católicos de “España” Isabel y Fernando, siendo ellos los que hicieron posible este gran descubrimiento, que sólo se les ocurrió llamar tierras  indígenas.

Estas tierras cuando los españoles llegaron a ellas, nada más pisar su suelo, tuvieron que poner orden donde no lo había, pues con esta colonización llevaron la cultura (algo que tanto escasea hoy en día) de este legado que dejaron los españoles dio pie a que nacieran una serie de Naciones, ya que el Pacifico era idóneo para ello. Si comentamos este gran descubrimiento fue el que dio pie a que  se formara lo que hoy es conocido por, Estados Unidos.

Escribo esto para de una vez combatir esa leyenda negra que se ha dado en difundir por aquellos que solo desean la destrucción de una España, una España que nunca se arredró ante las dificultades llegando a tener bajo su tutela un poderío grande, tanto que solo lo igualó el macedonio Alejandro Mago. “Que no se olvide”.

Pero esta gesta grandiosa de los españoles, por supuesto  no fue con la intención de masacrar a los pueblos, si no para civilizarlos, llegando a imponer la abolición de unas costumbres donde el hombre era sacrificado en nombre de sus dioses.

 Y que ahora por unos cuantos analfabetos con aires de entendidos, están vertiendo mentiras ante la impasibilidad de unos cuantos españoles iguales que ellos, que están permitiendo que esta falsedad nos maltrate y vilipendie a todos por un grupo de ineptos que no saben nada de nuestra historia, y que por el mero hecho de tener “poder” ellos mismos dan por hecho  que todos los españoles nos tengamos que creer esas falsedades  dónde se desprecia la historia, una historia española que no debe ser manchada por unas gentes que no aprecian los sacrificios que tuvieron que pasar aquellos aguerridos hombres que nos trajeron una gloria  que muchos países no la tienen  al carecer de hombres valientes, en ellos me apetece nombre a los Extremeños, hombres que jamás vieron la inmensidad del mar y se adentraron en ella para gloria de esta España que los bien nacidos amamos a pesar de tanta injuria por parte de aquellos que sin razón justificada la odian ¿Por qué será? Acaso tienen envidia  de que ellos no pudieran, no por la época si no porque nunca hubieran tenido el coraje para participar en semejante gesta que fue nada menos que el descubrimiento de un nuevo continente. A una parte de este continente se les enseñó caminar por senderos llanos, algo que estos “eruditos” de la historia han sembrado de espinas, despreciando con su zafia leyenda unos hechos que fueron tan relevantes, que aún y a pesar del tiempo transcurrido sigue en los cánones de la historia como una de las más grandes gestas. Es sabido que estas gestas  se tuvieron que escribir con sangre, puesto que la historia siempre se ha escrito y por desgracia siempre se escribirá, con esa clase de tinta.

Pero los hechos son los que escriben la historia, que para España fue uno de sus momentos más gloriosos,  por ambas partes, ya que gracias a este descubrimiento América es conocida por todo el mundo.

 Y yo pienso en aquellos destructores de España que se vanaglorian en enturbiarla y ridiculizándola, que se vanaglorian  al contar leyendas que no se asemejan a la realidad.

Por lo tanto a estos “eruditos” que odian tanto a esta España nuestra, que lean historia, pero la auténtica, y se dejen de demagogia  barata que sólo les deja en ridículo.

ESPAÑA ES, Y SERA POR SIEMPRE AUNQUE PESE A UNOS POCOS, UNA NACIÓN DONDE LOS HOMBRES  LLEGADA LA OCASIÓN SABEN DEFENDERLA.

 

 



lunes, 2 de octubre de 2023

Es realidad o ficción?

por  los que parecían caballeros, fue cuando en aquel escenario, en esos momentos uno de los caballeros se levantó para tomar la palabra y comenzó  diciendo, nadie debe saber que existimos, y mucho menos que salga a la luz nuestras intenciones ocultas.

Un silencio sepulcral invadió la sala.

 Yo escuchaba incrédula, pues ante las palabras del ponente, pues todos parecían estar de acuerdo,  hasta que uno de ellos, en un impulso, se puso en pie, dio dos pasos hasta ponerse en el  centro del salón ante el asombro y susurros de los reunidos, entonces con soltura se quitó una armadura que llevaba pegada al cuerpo, y ante ellos apareció una figura de mujer, la asamblea enmudeció ante aquella insólita presencia,  habían sido burlados  por una mujer, entonces, y antes de que pudieran  reaccionar por la sorpresa  los allí reunidos, la mujer comenzó a hablar, pero nadie la escuchaba, sólo se oían comentarios morbosos hacia aquella mujer que osaba  pisar el terreno de los hombres, uno de los caballeros con voz potente hizo llamar a uno de sus lacayos pidiendo que la sacara de la sala sin miramientos, dejándola así en manos de un desalmado rufián que la amordazó.

Yo aterrada me encontraba presenciando un escenario del pasado, y ante aquel atropello me vi sin poder hacer nada ante semejante injusticia, entonces sin pensarlo, seguí los pasos de aquel verdugo que hacía andar a empujones a la doncella, situándome tras ellos; bajamos por unas estrechas escaleras casi a arrastras por donde el techo parecía aplastarme la cabeza, de pronto, me pareció que nos encontrábamos en la antesala de un calabozo, aquel lugar, era sin duda alguna donde con frecuencias se cometían las mayores atrocidades inimaginables contra todo aquel que no acatase las órdenes del que en esos momentos ostentara el cargo de Comendador.

Mientras tanto yo no podía creer lo que estaba viviendo pues me encontraba ante un acto cruel  atemporal, y ante mí vi cómo  la doncella era atada con las piernas abiertas a un potro de tortura, la doncella debió saber que me encontraba allí pues me miró con dulzura, yo no supe que hacer, no tenía medios para impedir aquel vil atropello, mientras tanto sus miembros eran estirados cómo si fueran de goma, entonces ella comenzó a relatar lo que iba suceder después de su muerte, por lo tanto intuí que yo me encontraba allí porque era preciso que alguien presenciara lo que estaba acaeciendo en aquella bella ciudad donde la avaricia de los hombres la estaba haciendo desaparecer.

Una vez en la calle me encontré con dos hombres que pasaron junto a mí  llevaban unos abrigos verdes largos y unos pequeños sombreros de tres picos, que sin decir palabra me señalaron el camino que tenía que tomar para salir de la ciudad.

De pronto un terrible movimiento de tierra, hizo temblar los cimientos de la ciudad, para poco después  quedarla sumergida para la eternidad, yo sólo mire hacia atrás cómo si nada me importara. Más tarde, supe que  sobre aquellos  escombros se construyeron nuevos inmuebles que  resurgiendo  a modo de casas solariega, de aquella catástrofe  nunca más se habló, no era necesario hurgar tanto en ese turbio pasado. Y fue cuando supe de que había surgió una nueva ciudad; una ciudad moderna, tanto que aún, y a pesar del tiempo transcurrido sigue siendo hermosa, y ahora en la actualidad es llamada medieval.

Recordando aquel episodio de mi vida, supe que quedaron   muchas lagunas en mí memoria, creo que después de micho recordar no me fue nada sorprendente  lo que aquel día presencié, pues  a veces y en  mi propia casa, siento presencias  que, parecen desear contarme  historias de las que sucedieron en Cáceres cuando corrían en los siglos XVII—XVIII, todas estas sensaciones me suele acontecer cuando bajo las escaleras que conducen al llamado Alzapón (palabra en desuso) habitación donde se solían almacenar los alimentos en los tiempos pretéritos, pero que aún se conserva en buen estado  por encontrarse mi vivienda en la parte antigua de la ciudad.

Este fenómeno que afloran en mí  cada vez que bajo estas escaleras, pienso que, tal vez  tenga alguna relación con lo que siento al pasear por la ciudad monumental.

¿Acaso somos tan zafios que llegamos ignorar que no somos únicos, y que no tenemos un pasado? Pero si hay una cosa que nos tiene que hacer pensar. ¿Y si estos habitantes del subsuelo están  esperando el momento para que los liberemos de su eterna oscuridad?

Sé que  estas sensaciones las puede sentir cualquiera, a sabiendas de que más tarde puede ser difícil explicar a un amigo, pues no se les puede decir, que has dado un salto temporal en el espacio y tiempo  pudiendo contemplar un escenario del pasado. Eso, casi nadie lo comenta, y si lo hacen, no son creíbles, por la simple razón de que cada individuo suele contarlo según su criterio, pero yo, os advierto, que Cáceres no es solo  un manantial de historia, pues por la Ciudad Monumental, a veces se ven cosas que no se deberían ver, por la razón de que son increíbles. Pero cuidado, con lo que se siente al pasar por sus calles, porque puede ser que sin apenas daros cuenta os encontréis en una encrucijada de la cual  es difícil salir de ella, porque ellos, sus primitivos habitantes siguen estando allí, acechando el momento para poder salir del tormento del subsuelo.

Y que para que estas sensaciones afloren, solo tenéis que adentraros con cuidado al anochecer por una de sus laberínticas callejuelas y, pensar que quizás estáis siendo vigilados por seres incorpóreos. Luego si os apetece lo contáis sin temor vuestra experiencia a los amigos,  que por supuesto al no vivirla, no lo creerán, pero que sin duda intentaran vivir esa aventura en la soledad de la noche.

Aquella joven que me contó su historia con tan solo su mirada, me llevó allí para que pudiera transmitir todo lo que había visto ya que ella no podía, aunque no expuso sus razones para que yo fuera su portavoz. Pero lo que sí supe fue que en aquel momento en que me encontraba presenciando aquella tortura, supe que algo sobrenatural hizo que aquella joven desapareciera, llevándose consigo parte  de mi memoria. Desde entonces no fui la misma de siempre, pues lo más importante que en aquellos momentos acaeció en aquella historia nunca lo he podido recordar con nitidez.

Será por ese motivo que Cáceres es tan misteriosa.