por los que parecían
caballeros, fue cuando en aquel escenario, en esos momentos uno de los
caballeros se levantó para tomar la palabra y comenzó diciendo, nadie debe saber que existimos, y
mucho menos que salga a la luz nuestras intenciones ocultas.
Un silencio sepulcral invadió la sala.
Yo escuchaba
incrédula, pues ante las palabras del ponente, pues todos parecían estar de acuerdo, hasta que uno de ellos, en un impulso, se puso
en pie, dio dos pasos hasta ponerse en el centro del salón ante el asombro y susurros de
los reunidos, entonces con soltura se quitó una armadura que llevaba pegada al
cuerpo, y ante ellos apareció una figura de mujer, la asamblea enmudeció ante
aquella insólita presencia, habían sido
burlados por una mujer, entonces, y antes de que pudieran reaccionar por la
sorpresa los allí reunidos, la mujer
comenzó a hablar, pero nadie la escuchaba, sólo se oían comentarios morbosos
hacia aquella mujer que osaba pisar el
terreno de los hombres, uno de los caballeros con voz potente hizo llamar a uno
de sus lacayos pidiendo que la sacara de la sala sin miramientos, dejándola así
en manos de un desalmado rufián que la amordazó.
Yo aterrada me encontraba presenciando un escenario del
pasado, y ante aquel atropello me vi sin poder hacer nada ante semejante injusticia,
entonces sin pensarlo, seguí los pasos de aquel verdugo que hacía andar a
empujones a la doncella, situándome tras ellos; bajamos por unas estrechas
escaleras casi a arrastras por donde el techo parecía aplastarme la cabeza, de
pronto, me pareció que nos encontrábamos en la antesala de un calabozo, aquel
lugar, era sin duda alguna donde con frecuencias se cometían las mayores
atrocidades inimaginables contra todo aquel que no acatase las órdenes del que
en esos momentos ostentara el cargo de Comendador.
Mientras tanto yo no podía creer lo que estaba viviendo pues
me encontraba ante un acto cruel atemporal, y ante mí vi cómo la doncella era atada con las piernas abiertas a un potro de tortura, la doncella debió saber que me encontraba allí pues me miró con dulzura, yo no supe
que hacer, no tenía medios para impedir aquel vil atropello, mientras tanto sus
miembros eran estirados cómo si fueran de goma, entonces ella comenzó a relatar lo que iba
suceder después de su muerte, por lo tanto intuí que yo me encontraba allí porque era preciso que alguien presenciara
lo que estaba acaeciendo en aquella bella ciudad donde la avaricia de los
hombres la estaba haciendo desaparecer.
Una vez en la calle me encontré con dos hombres que pasaron
junto a mí llevaban unos abrigos verdes
largos y unos pequeños sombreros de tres picos, que sin decir palabra me
señalaron el camino que tenía que tomar para salir de la ciudad.
De pronto un terrible movimiento de tierra, hizo temblar los
cimientos de la ciudad, para poco después quedarla sumergida para la eternidad, yo sólo
mire hacia atrás cómo si nada me importara. Más tarde, supe que
sobre aquellos escombros se
construyeron nuevos inmuebles que resurgiendo a modo de casas solariega, de aquella catástrofe
nunca más se habló, no era necesario
hurgar tanto en ese turbio pasado. Y fue cuando supe de que había surgió una nueva ciudad; una ciudad moderna,
tanto que aún, y a pesar del tiempo transcurrido sigue siendo hermosa, y ahora en la
actualidad es llamada medieval.
Recordando aquel episodio de mi vida, supe que quedaron muchas
lagunas en mí memoria, creo que después de micho recordar no me fue nada
sorprendente lo que aquel día presencié,
pues a veces y en mi propia casa, siento presencias que, parecen desear contarme historias de las que sucedieron en Cáceres
cuando corrían en los siglos XVII—XVIII, todas estas sensaciones me suele acontecer
cuando bajo las escaleras que conducen al llamado Alzapón (palabra en desuso)
habitación donde se solían almacenar los alimentos en los tiempos pretéritos, pero
que aún se conserva en buen estado por
encontrarse mi vivienda en la parte antigua de la ciudad.
Este fenómeno que afloran en mí cada vez que bajo estas escaleras, pienso que,
tal vez tenga alguna relación con lo que
siento al pasear por la ciudad monumental.
¿Acaso somos tan zafios que llegamos ignorar que no somos
únicos, y que no tenemos un pasado? Pero si hay una cosa que nos tiene que
hacer pensar. ¿Y si estos habitantes del subsuelo están esperando el momento para que los liberemos de
su eterna oscuridad?
Sé que estas
sensaciones las puede sentir cualquiera, a sabiendas de que más tarde puede ser
difícil explicar a un amigo, pues no se les puede decir, que has dado un
salto temporal en el espacio y tiempo pudiendo contemplar un
escenario del pasado. Eso, casi nadie lo comenta, y si lo hacen, no son
creíbles, por la simple razón de que cada individuo suele contarlo según su
criterio, pero yo, os advierto, que Cáceres no es solo un manantial de historia, pues por la Ciudad
Monumental, a veces se ven cosas que no se deberían ver, por la razón de que son increíbles. Pero cuidado, con lo que se siente al pasar por sus calles, porque puede ser que sin apenas daros cuenta os encontréis en una encrucijada de la cual es difícil salir de ella, porque
ellos, sus primitivos habitantes siguen estando allí, acechando el momento para
poder salir del tormento del subsuelo.
Y que para que estas sensaciones afloren, solo tenéis que
adentraros con cuidado al anochecer por una de sus laberínticas callejuelas y,
pensar que quizás estáis siendo vigilados por seres incorpóreos. Luego si os
apetece lo contáis sin temor vuestra experiencia a los amigos, que por supuesto al no vivirla, no lo creerán, pero que sin duda intentaran vivir esa aventura en la soledad de la noche.
Aquella joven que me contó su historia con tan solo su mirada, me llevó allí para que pudiera transmitir todo lo que había visto ya que ella no podía, aunque no expuso sus
razones para que yo fuera su portavoz. Pero lo que sí supe fue que en aquel momento en que me encontraba presenciando aquella tortura, supe que algo sobrenatural hizo
que aquella joven desapareciera, llevándose consigo parte de mi memoria. Desde entonces no fui la misma
de siempre, pues lo más importante que en aquellos momentos acaeció en aquella historia nunca lo he podido recordar con nitidez.
Será por ese motivo que Cáceres es tan misteriosa.
No hay comentarios :
Publicar un comentario