viernes, 3 de noviembre de 2023

Almas en las sombras 3º parte

Y comencé a tener una algo que le pareció podía ser una pesadilla, pues pude oír entre susurros que alguien me decía. Ahora tienes la oportunidad de hacer real tu sueño como tener  trabajo, y prosperidad, pero no dejes de caminar sobre países y raza, pues algún día colaborarás en el desarrollo de una nueva vida, que te será más grata.

Con los ojos cerrados, recordando recorrió aquel viaje que hizo a Egipto, y también recordé que lo que más me atrajo de aquel viaje fue, el comprobar que ante mí en uno de los templos que visité había una puerta falsa vertical, que ante esta contemplación, me sentí algo parecido  a como si hubiera  una vinculación extraña conmigo, sobre todo al comprobar que bajo esa masa pétrea, que en realidad era una terraza que sostenía una pirámide, que además era donde yacía Hatshepsut, y entonces fue cuando me atrevió a entrar, pues parecía que había muchos secretos por descubrir. Cuando caminaba por un túnel me encontré inscripciones por doquier, relieves, imágenes de personajes, dibujados en tinta en los muros, y a pesar de encontrarme en estasis me  llamó poderosamente la atención un rincón que al contemplarlo me pareció inverosímil, pues creí que me indicaba que me acercara para decirme que  guardaba muchas historias que contar, y muchas más por descubrir.

Un ruido de cazuelas hizo que mu cuerpo inerte diera un giro hacia donde venía ese ruido entonces escuché en el aire una exquisita melodía, una canción, que eran notas altas, y bajas pero tramadas en sublime armonía.    

Pasaron dos horas hasta que pude levantarse de la cama, me encontraba cansado, tanto que al apoyarme para levantarme con el codo rocé la caja que se encontraba en una mesa que estaba junto a mí, que  hizo caer con gran estrépito.

Enseguida la recojo del suelo sin apenas mirar si se había roto su contenido. En esos momentos y ante la incógnita que se me planteaba, creí haber encontrado la solución, y salgo de la habitación precipitadamente, me dirijo hacia la mesa donde tenía el móvil, con mano temblorosa hice una llamada.

Soy yo, perdona, cuando llamaste no pude atenderte, no me encontraba bien, pero ahora necesito que vengas a mi casa pues tengo algo que sólo tú puedes sacarme de la duda.

 De acuerdo, pero dime dónde vives, nos conocemos hace mucho pero nunca me has invitado a tu casa.

Una vez terminada la conversación, cuelgo satisfecho, y me siento junto a la mesa donde se encontraba la caja.

 Poco después, Matilde, después de dar unas cuantas vueltas, entra en la calle donde supuso por la escueta explicación que le dio donde vivía Eladio. Aparca su Mini justo en una calleja sin salida, camina unos pasos hasta adentrarse en una calle que le pareció no tenía motivos para llamarse calle, y buscando por las indicaciones que le había dicho Eladio por teléfono encontró un edificio extraño para aquel barrio, tampoco tenía número, pero aun así no detectó nada que fuera anormal en una calle antigua, pues a pesar de tener un aspecto desastroso, siguió adelante hasta llegar a donde se había citado con su amigo.

 Se para ante el único edificio de tres pisos, era antiguo especialmente extraño, con una fachada áspera, erosionada por falta de atención y cuidados, Matilde entra en el portal, ante ella la esperaba un ascensor jaula donde el hierro se encontraba salpicado de manchas herrumbrosa, que se encontraba aprisionado por unas claustrofóbicas escaleras, desde donde se podía apreciar una vez dentro, en el ascenso o descenso—según se mire- dónde se podía apreciar la desolada agonía de aquel edificio en el cual vivía, Eladio.

Llama a la puerta, una puerta de madera carcomida de pernios oxidados, Eladio la recibe con una sonrisa de agradecimiento, pasa, espero me puedas ayudar, pues tengo un encargo que desde que llegó a mis manos ha supuesto para mí un enigma, y necesito que me ayudes a resolver antes de que acepte el trabajo. Entonces no supe cómo, pero mi mente se bloqueó, ante Matilde y –dije con timidez-- sé que siempre te interesaron las antigüedades…

Matilde una joven moderna, con un atractivo especial al poseer una abundante melena de color cobre que se hacía notar por donde pasaba, ese día para acudir a la cita de su amigo, se vistió una falda exageradamente corta, un jerséis ajustado que realzaba su busto, unas botas altas llamadas de mosqueteros que llegaban a taparle medio muslo, consiguiendo que con este atuendo fuera aún más llamativa.

Pero yo no reparé en cómo iba vestida, al encontrarme metido en unos turbulentos pensamientos que hacían imposible que pudiera vivir la realidad.

Matilde con la simpatía que siempre la caracterizó, con desenvoltura, se acercó a la mesa, y preguntó ¿Dónde está ese tesoro?

 El que se hacía llamar en esos momentos detective le muestra la caja, Matilde la abre, pero, nada más ver la joya, sin haberla tocado, y sin llegar a tener conciencia de ello, articuló unas palabras que al salir de su boca tronaron cómo si hubiera salido de unas catacumbas, que ella misma desconocía; confusa buscó una silla para sentarse, cuando se serenó.

Con voz temblorosa, titubeante, pudo decir, siento comunicarte que en este caso no voy a poder ayudarte, no me veo con el suficiente conocimiento cómo para desvelar de que siglo puede ser esta joya, sí lo único que puedo decirte es que el diseño es único, jamás había visto uno igual, ni tan siquiera es parecido a ninguna de las muchas fotografías que se divulgan en las revistas especializadas en joyas de la antigüedad.

Yo al verla tan reticente, insisto para que la mire con calma, diciéndole sabes que no puedo llamar a nadie que no sea de mi entera confianza, pues mi trabajo requiere la más absoluta discreción, por favor, no me falles--le supliqué—sólo confío en ti.

Matilde, no encontraba palabras que fueran disculpas razonables para que su amigo no se enojase con ella.

 Mientras  Matilde le decía que necesita otra clase de ayuda, y que mi propósito no era el de escaquearme, en esta ocasión, sólo necesitaba  tener más información.

 ¿Has pensado que este collar, o lo que parece ser, puede llegar a tener hasta cinco mil años de antigüedad?--Dijo Matilde--

SEGUIRÁ




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