La boda fue fantástica, más
animada de lo esperado. Escribía Anna en
su diario mientras volaba con su reciente esposo hacia Mesopotamia, se sentía feliz, estaba a
punto de realizar su sueño, mientras tanto, los recuerdos le afloraban a cada instante,
su esposo parecía sentirse cómodo porque dormitaba plácidamente con el antifaz puesto.
Como quedaba una hora
aproximadamente para aterrizar en el aeropuerto internacional de Bagdad, Anna
saca de su bolso una libreta donde tenía
apuntado todo lo que quería visitar. En
las primeras notas había hecho una
reseña que creyó era interesante recordar para cuándo hiciera el recorrido que tenía previsto hacer.
En la libreta tenía anotado que las primeras ciudades de la
historia de la civilización comenzaron
en Mesopotamia, su desarrollo estuvo ligado íntimamente con el más humilde
material que se puede llegar a imaginar ”EL BARRO” Todo parecía haber comenzado
al descubrir una montaña de arcilla que
fue la que dio luz verde al comienzo de la construcción del primer edificio que llamaron Zigurat, este hecho
surgió ante la necesidad de preservar
las cosechas en los tiempos adversos, también se guardaba allí como la
contabilidad y bienes de la ciudad. Todo
comenzó desde el momento en el que supieron
moldear el barro, y que de sus manos comenzaran a salir unas láminas tan finas
que llamaron tablillas, que fue dónde se empezaron a anotar los avances y sucesos acaecidos en la ciudad.
Anna cierra el cuaderno de
apuntes, indolente se recuesta y
cerrando los ojos se quedó profundamente dormida. La voz de la azafata la
despierta, señora hemos aterrizado, Anna la mira como si hubiera visto un
fantasma.
¿Se encuentra bien? Le dice la
azafata que la miraba con preocupación.
Entonces Anna pregunta. ¿Dónde
está la gente?
La azafata le obsequia con una
sonrisa fingida mientras le dice, todos han salido de la nave.
¿Y mi esposo dónde se encuentra?
Lo ignoro señora, sólo quedamos
dentro de la nave usted y yo.
¿Entonces mi esposo también ha
salido? Ya le he dicho que sólo quedamos las dos, respondió la azafata.
Pero Anna insistió, puede que se
encuentre en el baño.
No, contestó contundente, por
favor tiene que bajar el avión ya tenía que encontrarse en el hangar para su
revisión.
Anna pregunta de nuevo.
¿Sabe si nos encontramos en Uruk, bueno en
Irak, si, si lo que quiere decir es que si se encuentra en Mesopotamia? Verá
dijo Anna antes de que la azafata respondiera, es que en mis apuntes tengo anotado que Mesopotamia es tierra de dos ríos que son,
el Éufrates y el Tigris?
La azafata la mira desconcertada
¿Habría perdido aquella mujer la cabeza? Pero Anna seguía insistiendo, parecía
querer ganar tiempo a que su esposo apareciera, Anna sigue haciendo preguntas
como si no hubiera escuchado lo que le decía la azafata, mire, aquí en mis
apuntes dice que Mesopotamia en griego
quiere decir “Tierra de ríos” Sí señora, así lo dice la historia, le contestó a Anna la azafata un tanto airada. Anna al ver que se estaba acalorando y que el tiempo de espera a que llegara su
esposo había acabado con la paciencia de la azafata por último volvió a insistir de que su
esposo debía estar dentro del avión.
Al levantarse ve en el asiento un trozo de papel, lo coge,
era una nota escrita de puño y letra de su esposo, nerviosa la lee. Cariño
siento que el viaje no haya salido cómo lo habíamos planeado, por lo tanto te
pido que busques otro alojamiento lo más alejado posible del que teníamos concertado, puede ser peligroso
para ti por las circunstancias en las que me encuentro.

