Anna no pudo creer lo que estaba
leyendo, ten paciencia creo que todo lo resolveré en breve, haz lo que te he
dicho, tu sigue la ruta que teníamos marcada, más tarde te encontraré.
La azafata cada vez más
impaciente espera a que reaccione después de aquella lectura, pero al ver que
seguía sin moverse con aire displicente, le dice, ¡salga de una vez por todas
del avión! Pero cuando Anna pone el pie en el túnel de desembarque vio moverse una de las cortinas que separa la
zona vip, pero cuando hace la intención de correrla, la azafata la corta en
seco gritándole, le he dicho que acabe de salir de una puñetera vez del avión,
Cuando se encontraba en la entrada del aeropuerto esperando un
taxi que la llevara a un hotel, pudo oír cómo dos hombres comentaban a su lado
algo que ella no entendió pero sí que lo decían apesadumbrados, ha sido un
fracaso no hemos conseguido frenar la incursión
de esa nueva organización, no puedo creer que hallamos fallado en la
misión más importante como la ruta comercial de esta zona. El hombre que se
encontraba a su lado con aspecto atlético parecía más abatido que su compañero,
después de aquella breve conversación
Anna vio que se sentían incómodos guardando silencio por unos minutos
que fueron interrumpidos al presenciar cómo
dos coches de la policía aparcaban
a los pies de Anna y ver cómo dos
agentes vestidos de paisanos
bajaban de uno de los coches y dirigiéndose a Anna la cogen de los brazos y
la meten dentro sin contemplaciones, emprendiendo seguidamente una alocada
carrera.
Anna desconcertada sólo supo que
le taparon la cara con un paño
húmedo y que al instante quedo dormida.
Cuando despertó se vio encerrada
en una lúgubre habitación donde sólo
había un pequeño ventanuco, que cuando intentó asomarse vio que se encontraba
demasiado alto, caminó por la habitación
pensando en qué podía haber hecho
para encontrarse en aquella situación, entonces pone toda su atención en unas
pisadas que parecían presurosas moviéndose de un lado para otro tras la
puerta donde ella se encontraba, pronto aquellos pasos estuvieron
acompañados de murmullos.
¿Sería aquello una cárcel?
¿Pero qué había hecho ella para
estar encerrada?
Se sienta en el suelo, quizás
solo estaba alucinando por culpa del calor que era extenuante, toca la pared, y
se encontraba tan caliente que parecía
iba a derretirse.
¿Dónde se encontraba?
Aterrada pensó que quizás no se encontraba en Mesopotamia.
¿Pero qué hacía encerrada?
Solo había hecho ese viaje para
visitar la legendaria Ur, hacer unas cuantas fotos para un reportaje que había vendido a su editorial la cual les había pagado el viaje de novios.
De repente deja sus cavilaciones
cuando oye una voz con acento francés, en su confusión no supo si lo que escuchó era cierto, pues
esa voz hablaba de una tumba mientras subrayaba que para un arqueólogo una
tumba es un ser vivo, un maestro que nos
enseña el pasado, esa voz revelaba cierta preocupación.
Entonces ve cómo una araña
del tamaño de la palma de una mano entraba en la habitación por la
rendija de la puerta, Anna dio un grito, alguien parecía llegar en ese momento.
¿Pero qué está pasando aquí? ¿Aún está viva?
¿Acaso no sabíais que esta parte del plan ya
debía estar finiquitada?
Y acercándose a la puerta donde ella se
encontraba encerrada gritando sois todos unos inútiles, enseguida Anna oyó cómo la llave de la puerta se abría,
y se pegó a la pared como único refugio, la araña parecía acampar a sus anchas y en esos momentos se hallaba dentro de uno de
los zapatos de Anna que se había quitado
para amortiguar el intenso calor, entonces la puerta se abre, en un
impulso, Anna coge el zapato y se lo tira a la cara al que entraba,
estrellándose de lleno en la cabeza de aquel hombre, el animal al verse acosado
sale del zapato posándose en la frente de aquel hombre, en unos segundos cayó al suelo con estertores y convulsiones de muerte.
Anna asustada no sabe cómo
reaccionar, pero cuando se atrevió a mirar la cara de aquel hombre, hizo un
gesto de espanto, sin dudas era su esposo que con un arma en la mano había entrado con la intención de liquidarla.
Pero algo anormal comenzó a
suceder fuera de aquella habitación, no se oía nada que no fuera el viento que
silbaba dando la sensación de que allí no quedaba nadie nada más que ella y el
cadáver de su esposo, sale de la casa apresuradamente emprendiendo una
carrera despavorida hacia ninguna parte,
unos policías le hacen parar en seco.
¿Señora se encuentra bien?
Sí, contestó sin saber qué era lo
que le habían preguntado, uno de ellos una vez estuvo calmada le enseñan una
foto ¿Conoce a este hombre? Anna tiembla antes de contestar, sí, es mi esposo.
¿Hace mucho tiempo que lo conoce? Solo seis meses, y ¿Ya están casados? Anna
cada minuto que pasaba se sentía más confundida cuando recuerda que desde el
mismo día en que se conocieron le habló de boda, ella era aún muy joven y esa
propuesta la ilusionó, pues no supo cómo pudo enterarse que ella deseaba hacer
un viaje a la antigua Mesopotamia, más tarde le decía que era el sitio ideal
para pasar la luna de miel.
Desde entonces Anna supo que era
su hombre ideal al saber que compartían los mismos gustos, y el parecía
dispuesto a complacerla.
Poco después se encontraba en la
comisaría de Bagdad, entre los policías se hablaba de trasladarla hasta la frontera de Jordania, y que allí
sería entregada a la policía española que la estría esperando, Anna detectó que
a aquellos policías parecían encontrarse en un raro desasosiego tal vez hasta
claustrofóbico al desear que Anna saliera de Bagdad cuanto antes pues les
estaba intranquilizando las consecutivas llamadas telefónicas.
Un furgón policial lleno de
agentes se para ante la comisaría de él bajaron ocho hombres armados que se
pusieron en posición de custodia, uno de ellos entró donde se encontraba Anna,
y sin más, le dice quítese la diadema
que lleva en la cabeza, Anna sin apenas entender nada se la da, poco
después dos coches negros con el distintivo del Vaticano se paran ante la
puerta, nadie baja de los coches, uno de la comisaría hace entrega a uno de los que se encontraban dentro
de uno de los coches del Vaticano, era
la diadema que le regaló su esposo como pedida para que la luciera en el viaje
de novios, mientras tanto ella ignoraba el valor de aquella diadema, pues contenía uno de los manuscritos más valiosos de la Cristiandad donde se
narraba las enseñanzas que recibió el Mesías
Jesús de Nazaret en Egipto.
Entonces su esposo la había
utilizado para transportar aquella reliquia para entregársela a un
ateo traficante de arte religioso, con la sola idea de destruir los documentos
donde se hablaba de Jesús de Nazaret.
Poco después, y cuando ya se
encontraba en su casa cacereña, llaman a la puerta, la abre y ante ella un
hombre vestido con sotana de Obispo católico, le dice cómo saludo, veo que has
madrugado mucho, y sin esperar respuesta, ¿Es cierto que llevó en su cabeza un
valioso papiro? Sí Señor Obispo, pero nada más decir estas palabras Anna, vio
cómo sacaba del fajín una pequeña daga, entonces Anna con gran agilidad le
pinchó en el pecho con el bolígrafo que tenía en las manos que al impacto
explosionó.
¿Pero cómo alguien pudo saber que
ella seguía teniendo esos documentos que contenían la verdad sobre las
enseñanzas del Mesías?
Pero ¿Quién era Anna en realidad?
Tal vez una agente de la CIA, o, una mujer que con su desconocimiento salvó de
las manos de los especuladores una de las historias más importantes de la
enseñanza de Jesús de Nazaret.


No hay comentarios :
Publicar un comentario