martes, 8 de octubre de 2019

Es dura la vida en el campo

 Corre de nuevo sin rumbo, aumentado aún más su desvarío, mientras tanto el día se convertía en noche, en noche cerrada y misteriosa, llega a un arroyo se lava la cara, entonces echa de menos a los pájaros que parecían haber desaparecido del cielo, donde se encontraban, todo era silencio, no sabe qué hacer, se sienta en una peña, y desolada espera, pero no sabía el qué, hasta que de pronto nota que una mano se posa en su hombro, entonces levantó la vista, y vio a una anciana, aquella mujer hizo un gesto levantando su dedo pulgar hacia el cielo, con la intención de que mirara.
 Entonces supo que se estaba produciendo un eclipse de sol.
 Pero eso a Terra no le reconfortó. Poco después, no supo cómo, pero se encontraba de nuevo en su choza,  se sienta en su taburete y cuando se dispuso a comerse unas algarrobas, apareció ante ella un hombre, alto y delgado que lucía una larga melena que le cubría parte de su rostro, era un rostro pálido y ojeroso, que a Terra le pareció un animal depredador que guardaba oscuros secretos.
No supo cómo pero enseguida se durmió, y en sus sueños  solo pensaba que en algún sitio de la tierra se estaría festejando una fiesta, en sus sueños recordó una foto que casualmente se encontró dónde dos seres humanos parecidos a ella se mostraban abrazados. Mientras dormía creyó sentir en su cabeza susurros, y emociones que no supo concretar.
Aquella aparición de aquel hombre, que al saber que sus tentaciones no serían cumplidas desapareció, dando paso a el día con una luz cegadora.
Pero ella ignoraba que era una adolescente con sueños he ilusiones, y que a pesar de  encontrarse  sola en el campo, en su subconsciente  añoraba algo pero no sabía el qué.
Pero de nuevo salió con un nuevo día el sol, que supo iluminar su tortuoso camino de los sueños.
Poco después y al despertar de su ensoñación, ya nada tenía importancia para ella, pues sabía que se había inventado una historia solo para ella misma, narrándose así misma cosas que para cualquiera le hubieran parecido extrañas. Pues  todo ocurrió mientras era  abrazada por su fiel Tom. Una vez que se vio bajo el techo de un cielo azul, supo que el eclipse de sol había sido el culpable de que  su imaginación, le dijera  que no era buena la soledad.
Esta historia que se inventó Terra, tuvo consecuencias para ella, pues después de analizar aquellas fantasías, supo sin dudas que aquel día iba a ser especial, porque tenía entendido  que cuando la imaginación es ilimitada puede llegar a conseguirse todo, pero, como en ella estaban siendo fantasías  reiteradas, tuvo la impresión de que tenían como finalidad algo que su subconsciente  anhelaba desde lo más profundo de su ser.
 Un desenlace feliz.
Entonces y en  el silencio del campo se oyó un silbido, para Terra este silbido hizo que palpitara su corazón, de repente, supo que habían desaparecido junto con la oscuridad que produjo el eclipse todas sus fantasías irrealizables  de adolescente, ahora le esperaba vivir  una realidad.
Había aparecido ante ella un joven que dijo llamarse  Marcos, que con cortesía la estaba invitando a la fiesta del pueblo.
¿Cómo supo Marcos donde se encontraba Terra?
¿Y cómo se dirigió a ella como si la hubiera conocido de siempre?
 Mientras tanto una suave brisa parecía mecerlos.
Una voz dentro de su interior le decía, conviértete en lo que siempre deseaste, no pierdas la oportunidad, pues con tu imaginación has creado un mundo perfecto para ti, aprovéchalo, esta es la única realidad.
El eclipse hizo de intermediario, haciéndole el regalo de la felicidad añorada.

Siempre después de la oscuridad, nace la luz.
 FINAL



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