Mientras tanto Anna seguía hablando
de algo que pudiera llegar a ser el futuro de la Tierra, pues a pesar del
bullicio que provocaba la gente al acercarse para averiguar que pasaba en aquella parte del jardín, entonces se hicieron oír con virulencia las sirenas de las ambulancias junto con los coches de la policía, que en unos minutos desalojaron a los curiosos, quedando el parque
vacío.
En esos momentos es Anna la que intenta calmar a
Sonia al verla tan agitada. Minutos después, se dispusieron a caminar y
mientras pasaban por una de las avenidas, dijo Anna; --volviendo a la
conversación--es muy sencillo, para ,todos aquellos seguidores de estos siniestros
personajes que quizás al no ser capaces de poder adaptarse al clima, y una vez que ya no sirvieran
para desarrollar el trabajo requerido, sin miramientos serían arrojados al espacio infinito
hasta que estos fueran desintegrados.
Pero eso es una atrocidad.
No te inquietes aún, ten en cuenta de
que esto es una hipotética forma de hablar.
¿Oh no? Dijo Sonia, cada vez más asustada. Y Anna sacando fuerzas de flaqueza, respondió a su amiga, creo que te estoy
asustando,--que no es mi intención-- pues me gustaría decirte con seguridad que esto nos
pueda suceder. Después de esta conversación las dos amigas, apesadumbradas se despidieron hasta el día
siguiente.
Aquella noche Sonia, no pudo dormir
pensando en la conversación que había mantenido aquella tarde con su amiga.
Toda la noche la pasó, entre un revoltijo de sábanas que parecían querer
maniatarla para que no escapara de su destino, un destino, que ya estaba
escrito.
No obstante por dentro sentía la corrosiva
impresión de que quizás todo lo que su amiga le había contado podía llegar a ser
una cruda realidad. Como aquella noche no podía conciliar el sueño al
encontrarse inquieta, en uno de esos momentos de calma quiso creer que todo esos
pensamientos de Anna refiriéndose a lo que puede llegar a hacer humano por adquirir poder, y dinero. Entonces Sonia lo comparó, cómo si esta trama fuera sacada de una de esas escaladas que se hacen en
grupos, y que al tener que cumplir una férrea disciplina, algunos de estos escaladores, quizás por la
dificultad del terreno se resisten a seguir la cordada, ignorando que es importante que el grupo coordinado es la clave de conseguir el éxito, pues todos los componentes de la escalada tienen
que estar concienciados de que todo va a salir bien, porque en el ascenso nunca
se debe pensar en que puede haber un posible resbalón, porque si uno cae, puede llevar en el arrastre a toda la cordada, hasta despeñarlos.
Sonia, cierra los ojos con fuerza intentando
desvelar, aquello que le había contado su amiga, pero ¿ qué fue lo que intentaba decirme?
Se levanta de la cama pasea por el pasillo, recapacita. Entonces, si un presidente
de una Nación, cualquiera que fuere, es un inútil, es semejante a un integrante de
una de estas escaladas, que por su torpeza puede
llevar al precipicio a toda una nación.
Es así de sencillo.
Por lo tanto la humanidad no debe ni
puede permitir que se llegue a esos extremos, de consentir que el cabeza de
cuerda sea un inútil, pues seguro que su ambición le hace ser torpe hasta llegar a resbalar, y por supuesto en ese caso se
llevaría consigo a toda la expedición tras él. ¿No es eso algo así, cómo rayar
la estupidez?
Al día siguiente Sonia llama a Anna,
necesitaba saber de dónde le pudo venir aquella reflexión. Se citan en una de
las terrazas de moda en el centro de la ciudad. Sonia una vez juntas, insiste a
Anna que le cuente algo más de aquel extraño presentimiento.
Anna, muy seria le dice a Sonia, la historia es lo más sencillo
de comprender, puesto que es historia, y, la historia se sabe porque ha
sucedido; pero, piensa, que, esta premonición, aún está por realizarse, por esa
razón tú en tu subconsciente no quieres ni deseas aceptar esta realidad que acecha a toda
la humanidad; porque tú sabes que al no haberse acaecido el suceso, sin él no
puede haber historia; pero, eso es lo que hay por el momento.
Sonia tienes que comprender que mientras los
llamados “Señores del Mundo” que por supuesto son tan sólo unos hombres mortales, que por el
mero hecho de tener poder, se olvidan con frecuencia que ese poder del que disfrutan se lo ha dado
el pueblo, pero ellos no se preocupan ni siquiera en pensar solo un poco con la cabeza la labor que están
haciendo, aunque sepan fehaciente que no tienen derechos adquiridos sobre la Nación que gobiernan aun y, a
pesar de pertenecer a una u otra formación política, ya que estas no les da el poder que ellos mismos se otorgan; pues su misión es el no
sembrar el desconcierto, perseguir la
corrupción con todo el poder que les otorga la ley, pues esa es una de las fuentes
que alimenta el vandalismo en el mundo, hasta extenderse de norte a sur por
este maravilloso globo terráqueo, porque todos, absolutamente todos, lo están haciendo de desastre, mientras
nosotros los que formamos parte de esta enrevesada partida de ajedrez, como
peones de esta singular y descabellada jugada, nos mueven a su antojo, ellos, sí ellos, los que siempre
son los que se vanaglorian de haber conseguido el poder y, nosotros los que cómo siempre somos los perjudicados.
¿Qué estás diciéndome Anna? No me
asustes más de lo que estoy.
Lo que oyes; ellos siempre estarán
protegidos. Pero, quizás ignoren al estar tan metidos en el poder, que la
historia, no puede parar, tiene que seguir su curso hasta llegar al infinito.
No estoy de acuerdo contigo; esos “Señores” de
los que tú hablas, no pueden por mucho que ostenten el poder cambiar el rumbo
ni el destino del mundo.
“Sí que pueden” desde tiempos inmemoriales ha estado sucediendo porque nadie se ha atrevido a enfrentarse a ellos, quizás, no nos estemos dando cuenta, que todo lo que acontece en el mundo puede ser un acelerón de los llamados.
El final de
un ciclo para comenzar otro nuevo.
Sonia, se remueve en la silla, mientras se
aferra a la creencia de que todo puede tener solución y, le dice de nuevo, pero
¿acaso sabemos que si esto sucediera, sería para que todo fuera mejor? Anna la miró y, el silencio
se apoderó de las dos.
Seguirá
