El rey al término de la comida, preguntó a su comandante si
le habían gustado los tres platos de carne que le habían servido y, que cual de
ellos le había parecido más sabroso, Haspago, complacido por el interés de su
rey, le contestó que todos habían estado excelentes.
Poco después aparece en el comedor un criado con una bandeja de plata, todos pensaron que era demasiada comida
pero, cuando el rey le dice al criado que sirviera primero a su comandante, y al
bajar el criado la bandeja a la altura de los comensales, todos quedaron horrorizados,
pues se dio a entender que en el banquete se había servido cómo manjar al hijo
del comandante cuya cabeza se exhibía en aquella bandeja de plata
Más tarde la historia cuenta, de que aquel niño llegó a ser
el rey Ciro sucediendo a su padre
Canbises, por lo tanto llegó a ser rey de Persia
Durante sus primeros años
de reinado puso toda su energía en conquistar a una reina llamada Tomasis, que
lo rechazó, pero cómo Ciro no cejaba en su empeño, ella molesta por su acoso, le
maldijo diciéndole, que algún día rebozaría su cuerpo con la sangre de los
persas, pero él desolló esa maldición y mientras se convertía en un guerrero, enseguida empezó a ver cómo sus batallas alcanzaban importantes hazañas.
Pero, aun así, su abuelo Astiages, no parecía estar muy
satisfecho, pues tenía celos del poder y, carisma de su nieto. Un día, por
sorpresa emprendió una acción guerrera contra su nieto que ya ostentaba el
reino de Persia.
Ciro en aquella contienda, para fastidiar a su abuelo, se
hizo con el servicio de varios generales Medos: Poco después marcho con su
ejército sobre la capital, (Eclatana) buscó a su abuelo con ahínco, siendo poco
después capturado por sus generales y entregado a él.
Y una vez tenido en su poder a su abuelo, le
perdonó la vida, que ante el hecho de haberlo derrocado se compadeció, lo mantuvo encarcelado hasta el fin de sus días.
Entonces Ciro ya era
también el rey de los Medas y de Persia, llegando a dominar Capadocia,
consiguiendo acaparar con sus hazañas también las ciudades griegas de Anatolia.
Ciro finalmente perdió la batalla en el mar de Hierba.
Tomases la reina que lo rechazó, que al enterarse de su derrota después de aquella contienda fue al lugar de la batalla,
buscó su cadáver de entre los escombros, y cuando lo encontró, le corto la cabeza
y la sumergió en un tarro lleno de sangre, una sangre que era la que habían derramado sus
soldados persas.
¿Exageración?
Pudo serlo, pues lo que sí se sabe es que los esteparios de aquella época eran capaces de, eso y,
mucho más.
¿Leyenda?
¿Verdad?
Eso fue lo que me contaron, y yo os lo cuento a vosotros.
Fin

