Lo penoso es que todos estos que gobiernan
nuestras vidas, no son otra cosa que manipuladores de la humanidad, seres
ocultos, pues nunca se llega a saber de quién es la mano que mueve esos hilos,
por esa razón al tener el poder de gobernar nuestras vida con destreza, saben
muy bien cómo enredarnos en esas trampas que se suelen poner para despistar y, de este modo pasar
desapercibidos entre nosotros los “dé a pie” y cuando entre ellos deciden la
fecha de sus reuniones, es cuando llega
el momento de decidir, qué hacer,
siempre con la participación por
supuesto con el beneplácito de todos sus miembros los cuáles expondrán sus
puntos de vista según sea el momento, y los que creen son los más importantes a debatir, y, también se decide en esa
deliberación sobre los posibles acontecimientos mundiales, como el petróleo, el
gas, armamentos, piedras preciosas que son las entrañas de la tierra africana,
mientras en algunos continentes la población se muere de hambre.
Conecto la radio, necesitaba dejar esos
pensamientos que me estaban alterando, y entonces oigo la noticia de que el
dirigente Norcoreano, no descarta la posibilidad de tirar algún que otro
cohete, como aquel que le apetece jugar como si una nación fuera su juguete.
Y, aquí nosotros aguantando a que un pelele
poderoso el cual juega con los misiles
cuando se aburre, cómo si el mundo le perteneciera, y nosotros mientras tanto desconociendo nuestro futuro, quedando en las
manos de estos cómplices del poder que pueden decidir sobre nuestro futuro.
Pues, al ser tan poderosos, los miembros de esta sociedad
y al ser oculta; hace bastantes años y, en una de esas reuniones secretas,
decidieron fundar los Estados Unidos de
América.
La lectura en su avance parecía
prometer, entonces me olvidé del
reloj al mismo tiempo en que mis
párpados no se relajaron, por lo tanto el sueño cómo casi cada noche también me abandonó.
Creo que me quedé un rato
dormida, y entonces soñé, con un pequeño hombre gordo y espalda sebosa, sus ojos estrechos, que con su
rechoncho pie pisaba la barriga de un hombre que yacía en el suelo, su
mofletuda cara sonreía. Despierto asustada, ese hombre lo había visto antes en
algún sitio pero no recordaba dónde.
Algo hizo que me interesara de
manera especial lo publicado en aquella revista y, saber sobre quienes podían
ser poniéndoles nombres y apellidos a aquellos fundadores, pues siempre sucedió
a lo largo de la historia, desde los más antiguos a los nuevos políticos, integrándose en este grupo los
grandes hombres de negocios, pues con seguridad todos pertenecen a las familias
de grandes fortunas, pues sin este requisito no se puede pertenecer como miembro de ninguna
de esas sociedades secretas.
Y cómo tenía tiempo, me permití hacer una matización de los posibles hombres
importantes que podían pertenecer a ese grupo elitista en la clandestinidad, llamados por poner un
nombre, por supuesto ficticio, por lo tanto no se les podrá jamás identificar,
yo les llamo los “Líderes Mundiales” que no dan la cara al encontrarse
parapetados bajo un aspecto de total normalidad.
Busqué siglas que pudieran darme
la clave para identificar a alguno de ellos, pero algo me dijo, que estas
organizaciones secretas su principal virtud es la prudencia, por lo tanto me
encontré que sabían tanto cómo cuando comencé a leer. Nada.
De repente el estudio se inundó con una luz extraña que comenzó
a brillar miro, busco ese resplandor, lo encuentro en la
librería tras uno de los libros de jurisprudencia, allí pude ver un diminuto
aparato que parpadeaba con su potente
luz roja, que al acercarme cesó en su
parpadeo, asustada no me atreví a
tocarlo, pero una voz interrumpió en el silencio del estudio que se encontraba
a medio gas.
La incertidumbre se apoderó de
mí, me estaban ocurriendo cosas que nunca creí podía estar viviendo, aquella
voz que comenzó siendo afable de repente se hizo potente, tanto, que atronaron
mis oídos, entonces pude verificar que era la voz del Terror estalinista que
llamaba a la persecución y al exterminio de los adversarios, eran los voceros
de Stalin que con sus panfletos anunciaban el comunismo.
El horror que sentí hizo que me
quedara paralizada, los hombres llamaban a la muerte.
Poco después, se inició una
incruenta guerra en Rusia que diezmó el país, tan sólo porque a un demente se
le ocurrió tener el control de una nación.
Unos años después, un
descerebrado llamado Hitler hizo que comenzara la segunda guerra mundial. Todo
aquel entramado de promesas falsas dio paso para que comenzara de nuevo otra de
las más atroces conspiraciones, que fue tristemente
urdida en una tétrica y oscura taberna de barrio.
Y qué podemos decir de otro,
dirigentes que no se conforman con uniformar a su pueblo sí, no, que también
les exige que lo vitoreen cuando decide asomarse a su balcón luciendo su
abultada barriga ante el pueblo para su
vanagloria.
Una luz iluminó mi memoria ya
sabía cuál había sido el causante de aquel terrible sueño, era sin duda el que
con sus deseos caprichosos puede llevarnos a una nueva catástrofe.
Sé, cuál es uno de ellos porque le gusta
exhibirse en los medios, ¿Pero quiénes son los demás personajes poderosos que,
desconocemos su aspecto y que, permiten que unos dementes con sus fechorías puedan transformar el mundo
cuando a ellos les plazca con tan sólo manipularnos por el simple hecho de
querer mandar en una Nación?
¿Son acaso demonios que esperan
su momento oportuno para dominarlo todo?
¿Pero, qué ventajas sacan con su
dominación? Unos cuantos años oprimiendo según les venga en gana a los incautos
ciudadanos, para luego, “qué” esperar como cada ser vivo, simplemente la muerte.
Mis pensamientos se
interrumpieron, pues en el estudio se hizo notar un ruido que más bien parecía
un rugido, las paredes se tambalearon la mesa corrió como alma que persigue el
diablo empujada hacia la puerta de salida bloqueándola, yo seguía inmóvil bajo
el efecto de la incredulidad.
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