Aliviadas pudimos ver que en uno
de los rincones se encontraba una mujer, que al vernos abrazaba protectora a
dos niños que nos miraban espantados, Anna y yo, nos acercamos para
acariciarlos, para que no temieran nada de nosotras, pero la mujer al igual que
los niños corrió hacia el otro extremo de la habitación.
Entonces al mirarlos descubrimos que
por cima de sus cabezas había un nicho cavado en la roca era de forma rectangular, dentro de ese
rectángulo se podía distinguir cuatro cuadrados que eran lápidas pulidas de
pizarra negra, donde se podía ver unas marcas en cada una de ellas, nos acercamos
hasta casi tocarlas, (era deformación
profesional) miramos aquel hallazgo cómo algo impresionante, y nos atrevimos a
limpiar una de aquellas pequeñas lápidas con la manga de mi chaqueta, pero no
parecía suficiente para que pudiéramos saber de qué se trataba, también la
tapaba una capa de arenisca que se encontraba adherida a ellas, soplamos con
cuidado, y para nuestra sorpresa nos encontramos con signos, Anna me dice.
¿Te hace recordar algo estos signos?
Yo me puse a temblar, los
caracteres de aquella escritura, el pictograma, allí, en aquella sencilla
lápida de pizarra negra se contaba sin palabras, que pertenecían a la era del
Diluvio Universal, Anna ante esta definición cae al suelo desmayada, al saber
que habíamos descubierto signos que por alguna razón que desconocíamos nos eran familiares, yo, ante aquel
descubrimiento, me quedé pensativa, cuando despertó Anna de su desmayo, yo aún
me encontraba desorientada, y al verme así, tan confusa alarmada, me dijo.
¿Acaso sabes tú tenía la certeza de
dónde nos encontramos?
Yo no pude articular palabra.
Anna, instantes después, y como
una autómata se quedó mirando aquel rectángulo parecía ensimismada, pues estaba
descubriendo con total nitidez que aquellos signos que estaban expuestos allí
pertenecían a una era anterior de que se descubriera la escritura Babilónica.
Anna reacciona ¿Has llegado a pensar que nos encontramos aquí, en un sitio que
tiene más de dos mil años?
Como por arte de magia, las dos
nos perdimos en el tiempo olvidando lo que creíamos ser, más calmadas
leímos las dos juntas el significado que
nos presentaba el dibujo de una barca flotando en el mar enarbolando en su
mástil una tabla transversal situada a medio metro de la punta.
Unos momentos después pregunto a
Anna ¿Ves algo especial que yo no haya visto?
Me vas a decir que estoy loca,
pero lo que yo interpreto en este dibujo no es otra cosa que la cruz de Jesús
en forma de mástil, pero también hay que pensar que es una barca de pescadores (O al menos es
eso lo que parece)
Pero que hace éste símbolo aquí,
¿Dónde nos encontramos?
¿Estaría ya previsto en aquel entonces que pudiera haber una inundación?
Aquel excepcional he inesperado
hallazgo compuestos de símbolos era tan explícito en su significado como puede ser el de la contemplación
elocuente de una flor prendida en su rosal.
Aquella definición, nos hizo
percibir un sentimiento que pertenecía al pasado, era como volver atrás en la
memoria, y también en el tiempo.
¿Estaríamos en el hábitat de los
supervivientes cristianos que se tuvieron que esconderse debido a su
persecución?
Unas voces parecían acercarse a
donde nos encontrábamos, miramos asustadas, y entonces pudimos apreciar que
aquel espacio en el que nos encontrábamos era el espacio de la distribución de
una multitud de túneles.
Una de las mujeres, se acercó a
nosotras,-- que nos dijo—parecéis despistadas ¿Acaso no sabéis que os
encontráis en la provincia de Anatolia?
Nosotros somos los últimos
supervivientes cristianos de estos lugares, cómo veréis cuando fuimos
perseguidos por los musulmanes, tuvimos que desaparecer ¿Qué cómo lo hicimos?
Construyéndonos una ciudad subterránea.
Nuestros ojos se abrieron como
platos, entonces nos encontrábamos en Turquía ¿Pero cómo llegamos hasta allí
desde Cáceres?
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