Anna se encontraba en Sevilla por trabajo,
siempre sintió una atracción especial por esta ciudad por su alegría y luminosidad,
era según ella, perfecta para sentarse en una terraza bajo la sombra de un
naranjo mientras se saborea un refresco de limón; nunca antes había sentido la
curiosidad de visitar la Catedral, pero, un muchacho que cerca de ella pasaba pareció leer sus pensamientos y, le puso en la
mano un folleto explicativo de la Catedral, Anna sigue al muchacho con la
mirada mientras este vociferaba los encantos que se podían encontrar al visitar
la catedral, pues es sabido que muchas Catedrales esconden enigmas en su
interior, que para cualquier profano son inexplicables, esta peculiaridad es la
que hace que estas edificaciones llamadas monumentos por su grandiosidad, sean
por su especial construcción en su totalidad mágicos, porque cada piedra que los conforman fueron exclusivamente
elegidas por unos obreros constructores
llamados iniciados, pertenecientes a una especial agrupación que se dedicaban a
construir palacios llenos de misterios
que junto a las Catedrales en su ejecución les sabían impregnar un saber
hermético que sólo era transmitido por las llamadas sociedades secretas que siempre fueron consideradas cómo los depositarios de los
primigenios secretos de la esotérica de Pitágoras.
Acababa de terminar la feria, por
lo tanto principio del mes de Mayo del 2017, aquel día el sol se mostraba
implacable aplastando los cráneos de los turistas que osaban deambular por las
calles a las tres del mediodía; el olor a azahar no era apreciable, sólo el bochorno se hacía
notar con fuerzas.
Se encamina hacia la Catedral y
se pone ante una de las siete puertas que al mirarla con detenimiento Anna
siente cómo su cuerpo se estremece con
unos escalofríos que estaban en total
desacuerdo con el bochorno que hacía. En el frontal de la puerta pudo apreciar
siete agujeros, Anna se queda por unos momentos pensativa ¿Seria casualidad que
se repitiera el número de las puertas de la Catedral?
Mira exhaustivamente, no
quería confundirse pero, de nuevo se
queda pensativa, esos agujeros
parecían coincidir con los orificios que
el hombre tiene en la cabeza, ( dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales y una
boca) Anna ante lo que cree es una
revelación, comenzó a pensar inmediatamente en el significado que estos sietes
orificios podían tener, llegando a una conclusión tan simple, cómo que todos
estaban conectados entre sí cómo la
parte del cuerpo humano que tienen por
techo el cerebro, Anna no parecía encontrarse preparada para descifrar este
lenguaje y, sin tener conciencia de ello, también piensa que ese número que
parece mágico es obvio que también se encuentra en los días de la semana que
son siete, por unos momentos se queda
pensativa, mira al cielo, y entonces recuerda que los ciclos lunares también
son siete, su mente se convirtió de pronto en un torbellino de coincidencias,
siete eran las etapas del hombre, siete las peticiones del padre nuestro, siete los
pasos que según los alquimistas son los necesarios para alcanzar las Chakra del
cuerpo.
Anna se inquieta ante la pregunta
que se hace así misma, de qué, de dónde le venían esas cosas, pronto salió de
dudas, pues un hombre vestido con una túnica a rayas y cabeza cubierta al
estilo egipcio, llevaba a un niño de la
mano dando a entender que era su tutor, pues
iba dándole explicaciones de todo lo que veían a su paso. ¿Quién era
aquel hombre para que tuviera tanta información con respecto a la catedral? Porque, por su forma de expresarse parecía tener mucha sapiencia con respecto al
monumento, Anna, sin pensarlo se pega a su costado literalmente, pues no quería perder ni una sola sílaba de aquel
que parecía saber muchas cosas de la catedral.
Fíjate bien, le dijo el hombre al
niño que parecía complacido con él relato, nos encontramos en la puerta de San
Cristóbal que es según los Evangelios es el que trae la luz al mundo, no tengas
miedo, porque ahora los dos juntos vamos a recorrer el camino de la sabiduría.
Una vez el hombre y el niño se adentran en la catedral, Anna sigue pegada a
aquella extraña pareja, pues aquel niño visto desde cerca no parecía tal, y entonces quiso saber algo más de ellos, no sabiendo definir
por su color a que raza pertenecían. De pronto, dijo el informador, apuntando
con su dedo índice una de las columnas, aquí el lenguaje se encuentra escrito con números cabalísticos que, si te has dado
cuenta comenzó a demostrárnoslo desde la puerta por donde hemos entrado. Aquel
hombre parecía un predicador, tal vez un sabio, pues parecía estar allí para
testimoniar algo que aún no se encontraba al alcance de ningún profano, la
mente de Anna no parecía encontrarse en su mejor momento, mira hacia fuera, y
un coche de caballos con forma de carroza fúnebre de estilo gótica pasaba veloz por delante de la puerta de San
Cristóbal, la carroza a pesar de su velocidad y el chirreo de las ruedas al
chocar con el empedrado de la calle, Anna pudo apreciar que en su decoración
mostraba en relieve símbolos relacionados con la muerte.
Entonces y antes de adentrarse en
la Catedral, se percata que no sabía nada de las cadenas que parecían proteger
la puerta de San Cristóbal. Un guía en esos momentos les decía a unos turistas
que, representaban los límites de la
jurisprudencia civil, y que allí era donde acudían los ciudadanos que pedían
acogerse al derecho de asilo, frente a
la dura justicia que se impartía en el siglo XVI y que este acogimiento fue llamado “Retraimiento”
por lo tanto y dependiendo de los delitos cometidos podían permanecer inmunes
dentro de aquel recinto sagrado.
El guía seguía hablando, se dice
y, es por supuesto verdad que esta Catedral respira y, tiene una sola razón y,
es, porque la estructura de sus bóvedas
están hechas para que se dilaten según los cambios de temperatura, permitiendo
que la piedra no se agriete haciendo por lo tanto que su estructura sea más
segura.
Anna no entiende el por qué aquel
hombre de la túnica a rayas parecía
esperarla, pues se encontraba en el mismo sitio donde los dejó, mirando los
jeroglíficos que se encontraban esculpidos en las columnas ¿Habría perdido ella
la noción del tiempo?, entonces y cuando aún se encontraba confusa ante lo que
creyó, estaba siendo sin dudas esperada por aquel desconocido, inquieta se
queda rezagada, pero entonces creyó oír una voz que le hizo temblar “Entra las
puertas están abiertas para ti”
Entonces duda si seguir al guía o
a aquel hombre de la túnica. El guía informaba
que tras el fallecimiento de don Gonzalo de Mena, esta sede quedó
vacante, entonces uno de los cabildos que se quedó con la presidencia, llamado
don Pedro Manuel, después de tener un intrincado debate de lo que se debía
hacer con el dinero que tenía la archidiócesis y, después de un largo debate,
se decidió que debían construir una catedral, y se propuso, que en la
construcción se incluyera el llamado corral de los Olmos que había pertenecido
a una antigua mezquita; pero antes de dar por aceptado dicho proyecto y, a
pesar de no estar definido cómo tenía
que ser, el cabildo dijo en voz alta, acallando las voces de los allí presentes
por unos minutos. “Hagamos una iglesia tan grande que aquellos que la vieren
acabada nos tengan por locos” Anna le
pareció interesante lo que contaba aquel que parecía un bien informado guía,
esta catedral se consagró en 1506 siendo Arzobispo de Sevilla don Diego de
Leza. Al término de su construcción ya, la archidiócesis poseía uno de los
templos de mayor superficie, siendo en su totalidad de 23.457, rematado y
rodeado por 157 columnas, con sus respectivas cadenas, el guía hablaba y hablaba,
Anna escuchaba, pero cuando se dio cuenta se encontraba sola en aquel recinto
que aunque sagrado le inspiró pánico, en su cabeza solo le quedó el eco de la voz del guía turístico que contundente
dijo, que aquella mole era de un gótico decadente.
Anna no supo cómo de nuevo se
encontró frente al hombre de la túnica,
que le invita amablemente a que se una a ellos, el niño al verla le sonríe y,
dirigiéndose a ella ¿Sabes que nos hemos quedado solos? Esta catedral es guay,
¿Mi protector dice que aquí se almacena
una gran cantidad de misterios?, si nos sigues, podrás ver por ti misma
que todo lo que está escrito en las paredes está hecho en un lenguaje lleno de
misterio y hermetismo al estar representados por símbolos y figuras geométricas
que se relacionan numéricamente, ¿tú también las ves? el niño,
parecía entirse complacido ante la atención que le prestaba Anna, pero todo esto, --siguió diciendo--, no
es para cualquiera, sólo está destinado para un selecto grupo de iniciados.
¿Tu
perteneces a alguna sociedad secreta?.
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