La incertidumbre se apoderó de mí,
me estaban ocurriendo cosas que nunca creí podía estar viviendo, aquella voz
que comenzó siendo afable de repente se hizo potente, tanto, que atronaron mis
oídos, entonces pude verificar que era la voz del terror estalinista que
llamaba a la persecución y al exterminio de los adversarios, eran los voceros
de Stalin que con sus panfletos anunciaban el comunismo.
El horror que sentí hizo que me
quedara paralizada, los hombres llamaban a la muerte.
Poco después, se inició una
incruenta guerra en Rusia que diezmó el país, tan sólo porque a un demente se
le ocurrió tener el control de una nación.
Unos años después, un descerebrado
llamado Hitler hizo que comenzara la segunda guerra mundial. Todo aquel
entramado de promesas falsas dio paso para que comenzara de nuevo otra de las
más atroces conspiraciones, que fue tristemente
urdida en una tétrica y oscura taberna de barrio.
Y qué podemos decir de otros,
dirigentes que no se conforman con uniformar a su pueblo sí, no, que también
les exige que los vitoreen cuando deciden asomarse a su balcón luciendo su
abultada barriga para su vanagloria ante un pueblo muerto de hambre.
Una luz iluminó mi memoria ya sabía
cuál había sido el causante de aquel terrible sueño, era sin duda el que con
los deseos caprichosos de unos cuantos pueden llevarnos a una nueva catástrofe.
No sé quiénes
pueden ser, pero sí que a veces con piel de cordero les gusta exhibirse en los medios haciendo de
samaritanos en una tómbola benéfica, ¿Pero quiénes son los que verdaderamente
son estos personajes poderosos que desconocemos su aspecto. Creéis que en este
nuestro planeta podemos permitir que unos dementes con sus fechorías
transformen el mundo cuando a ellos les plazca, pero siempre en beneficio a sus
peculios particulares, con tan sólo por el simple hecho de querer mandar en una
Nación?
¿Son acaso demonios que esperan su
momento oportuno para dominarlo todo?
¿Pero, qué ventajas sacan con su
dominación? Unos cuantos años oprimiendo según les venga en gana a los incautos
ciudadanos, para luego, “qué” esperar como cada todo ser vivo, simplemente la muerte.
Mis pensamientos de nuevo se
interrumpieron, pues en el estudio se hizo notar un ruido que más bien parecía
un rugido, las paredes se tambalearon la mesa corrió como alma que persigue el
diablo empujada hacia la puerta de salida bloqueándola, yo seguía inmóvil bajo
el efecto de la incredulidad.
Hasta este momento, pienso que hoy
en día, el mundo sigue encontrándose cómo al principio de los siglos,
desconociendo, quienes son los que en realidad nos dominan.
Yo me miro, no parezco la misma, mi
cuerpo temblaba, pero no llego a ser consciente de la situación en la que me
encuentro, entonces, sólo me quedaba pensar ¿Cómo salgo de este estudio si la
mesa es muy pesada para mí? por lo tanto no la puedo mover sola, es demasiado
grande para mis débiles brazos.
Me siento de nuevo en el sofá,
entonces, se vuelvo a oír un roce era, cómo si alguien se hubiera metido dentro
de mí cabeza, parecía querer manipular mi mente desde aquel despacho, ¿Estaré siendo espiada por algún
miembro de los servicios secretos?
De nuevo esa horrible voz, en esta
ocasión hablaba tranquila, y al parecer se dirigía a mí, no seas incauta, tú no
puedes hacer nada bajo tu condición de ciudadana, pero, si, te digo, ten mucho
cuidado porque El estado de derecho también se encuentra entre las cloacas.
Aquella noche sólo pensaba en que
llegara la asistenta, me abriera la puerta y de esta manera poder
salir a la calle para respirar.
Dos días después no podía dejar de pensar,
me encontraba inquieta. ¿Habré incurrido
en el delito de querer saber a
dónde somos llevados con tanta manipulación?
Yo ante tanta inquietud, sólo me
queda pensar, que es bueno tener miedos para no caer en la indolencia, y para
estar prevenidas, sobre todo cuando se asiste a una celebración donde no se
conoce a nadie, puede que allí junto a ti tomándose un refresco se encuentre el
sujeto que pueda cambiar tu vida. Cuidado, suelen ser muy caprichosos, y llevan
el detonante en su mano.

