La oscuridad
se hacía inminente cuando entró en la casa, busca con la mirada una alcoba donde descansar de tantos
sobresaltos, cuando corre una cortina para saber qué había en la habitación, se
encuentra ante el caballero que vio paseando por el pórtico de la casa
pre-romana, vestía la misma indumentaria, el sombrero y la capa descansaban encima
de una cama techada con dosel de terciopelo. El caballero no parece sorprendido
de su presencia, Anna retrocede, pero el caballero ante su actitud, le habla
con tono impositivo, hace rato pedí la cena, espero no tener que esperar más.
Anna sale despavorida, pero antes de la huida percibe un intenso olor a carne asándose,
sigue el olfato que la guía hacia la cocina donde en una gran chimenea se asaba
un cordero, Anna sale con precipitación de la cocina, necesitaba salir fuera
para poder respirar; pero, en su desconcierto no recuerda dónde se encuentra la
puerta de salida, entonces el caballero se interpone en su huida. En aquellos
momentos, su mente empezó a ser preclara, y no supo cómo decidió integrarse en
aquel engranaje de esperpénticos personajes, pues aquello qué le estaba
pasando, ya no le pareció que fuera una locura, y decidió poner en práctica lo
que aprendió con su padre, que siempre le inculcó, de que no temiera nada, pues
no había nada raro en que ciertos fenómenos se materializaran, que todo era
factible. Una risa discordante le hace volver a la realidad. La contrariedad de
saberse observada por el caballero le
hace dar un paso atrás.
Anna se
inquieta ante la mirada de aquel personaje, pues en esos momentos necesitaba
tranquilidad y serenidad, para recordar con exactitud todo lo que había aprendido de su padre, hombre
científico, que era admirador del trabajo y de los resultados de las
investigaciones hechas por el insigne Valle-Inclán. Pero su cabeza se niega a
querer recordar, su mente se había convertido en un caos.
¿Pues no era
gallego? Y para más señas, pontevedrés…
Entonces,
todas esas fantasías que estaban viviendo eran connotaciones celtas…
Poco después
recordó cuando una vez vio a su padre cabizbajo cuando salía de su laboratorio,
y le preguntó ¿Te ha salido algo mal? Si, el libro que tanto esperábamos todos
los científicos y que estaba a punto de
publicarse ha sido según los mentideros pasto de las llamas en
un lamentable incendio, ¿De quién era? De Valle-Inclán--dijo con la voz rota--
sabíais su título. La voz del caballero interrumpió su pensamiento cuando dijo.
Solos ante el Misterio, ¿acaso ignorabas el título del libro?
Anna sin
hablar, vuelve a la cocina se encontraba desorientada, pero allí no se podía casi respirar, apestaba a carne
de cordero que unido al humo que generaba el chorreo constante de la grasa del
animal al caer sobre las brasas, haciendo que aquel lugar pareciera una opaca espesa y repugnante noche de niebla.
De nuevo se hace oír la voz del caballero que
reclamaba sus viandas, tras él un enano vestido con calzones rojo y amarillo
que saltaba a su alrededor con muestras de servidumbre, mientras tanto el
cordero que recibía el calor de las brasas, parecía crecer hasta parecer una
enorme res.
Anna se sobrecoge
cuando ve entrar en la cocina a un grupo
de lisiados arrastrándose por el suelo con
la única protección en las rodillas y manos de una tosca corteza de corcho,
todos con gestos y en silencio imploraban las migajas que caían al suelo. Ante
este espectáculo deprimente, intenta serenarse, pero no tuvo tregua en su
sosiego, pues en esos momentos por la puerta, entraba una dama vestida de terciopelo color carmesí, adornando su
testa con una diadema de azabache.
Anna pensó que
debía estar acostumbrada al humo pegajoso, pues no parecía que le molestara. Con
un gesto le dice al enano que le sirva un trozo de cordero. Entonces Anna supo
que estaba presenciando un episodio en la vida cotidiana de la Edad Media.
Cuando se
encontró en la calle, dedujo que ese era el lugar idóneo para que ella pudiera proseguir
con las investigaciones que no pudo concluir su padre.
Sentada en el
poyete de la puerta, piensa. ¿Qué extrañas circunstancias se confabularon para
que ese libro no saliera a la luz?
Entonces y,
sin pensarlo pone un mensaje a sus amigos para que pasaran unos días con ella
en su nueva casa gallega.
Al día
siguiente, y como si hubieran estado esperando su llamada, todos hacen presencia
en su casa. Pero Anna, al verlos allí no
parecía encontrarse satisfecha con el resultando de todo aquello, al no haber
previsto con anterioridad que sus amigos, eran seres diferentes a aquel
ambiente que de por sí se mostraba enrarecido. Entonces, lo que comenzó a suceder, fue todo lo
contrario a sus pronósticos, pues creyó que al encontrarse sus amigos reunidos en
aquella casa y amparados por el bucólico paisaje, ella quizás podía practicar
ese don, que desde que llegó a la casa
creyó poseer y, que supo que eran
poderes de mediúnmicas.
Pero sus amigos parecían encontrarse ajenos a
sus inquietudes, la situación para Anna empezaba a complicarse, porque aquella
casa no era lo que a simple vista parecía, todo allí, era sobrenatural, aunque
se negara a aceptarlo en algunos momentos.
Cuando aquella noche se acostó en su corazón
existía un dilema, hablar con sus amigos de lo que le inquietaba, o no decir
nada, pues aquella casa emanaba una fuerza incontrolable algo que parecía no
querer resistirse a morir. Pues se podía palpar en el ambiente que había dentro un ente vivo latente, y que Anna sabía que se encontraba a punto de salir
de entre sus muros.

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