sábado, 17 de febrero de 2024

Al otro lado del espejo.

Con los ojos bien abiertos miro la habitación escudriño alrededor para estar segura de que no soñaba, me tranquilizo, todo se encontraba en su sitio, no sobraba ni  faltaba nada, y esbozo una sonrisa, pero  de pronto sentí cómo la sonrisa  se congelaba en mis labios al no saber con exactitud si lo que estaba viviendo era tan sólo una pesadilla o una realidad.

Poco después me dirijo a la cocina me hago un café, necesitaba estar lúcida para pensar con claridad lo que me estaba pasando, me preparo unas tostadas con miel, y me siento a desayunar, pero entonces creo notar que cerca de mí se encontraba algo parecido a como si una mano misteriosa no quisiera que me llevara  las tostadas a la boca, y como si se tratara de un toque de magia, las tostadas del plato cayeron al suelo, pero en esos momentos pasó algo que me dejó atónita, sin llegar a salir de mi asombro, pues al caer las tostadas, y al contacto con el suelo, éstas  produjeron una explosión como si hubieran tenido petardos en su interior.

Todo era tan irreal que ya empecé a preocuparme. Para desconectar de todo lo que me estaba sucediendo, conecto la radio, pero tertulias, y más tertulias. Cambio de dial, todas hablaban de lo mismo, pues en ellas solo se podían escuchar palabras vacías, incoherentes, ministros que al ser preguntados por los reporteros no saben qué contestar, por otro lado periodistas sabiondos dando consejos sin saber nada de política, que para terminar todo parecía un maremágnum, donde se habla mucho y ninguno da soluciones.

Desconecto la radio, pues sin lugar a dudas todo me parecía un desatino.

¿Acaso nos encontramos todos los humanos sujetos por un hilo endeble?

No soy pesimista, pero, ¿Un dedo, simplemente un dedo, dirigido por un demente  puede llegar a acabar con un mundo que ha costado un gran esfuerzo y trabajo crearlo? Y además que muchos de estos políticos no colaboraron ni hicieron esfuerzos `para llegar hasta dónde estamos.

¿Qué está pasando para que los pueblos elijan a seres que se supone están dispuestos a gobernar sin antes preguntarles si tienen sentido  de la responsabilidad y honor hacia su pueblo?

Tampoco entiendo el por qué  se nos culpa a los de a pie por el Cambio Climático, pues de lo que quizás somos culpables, es de la forma de vivir, al contaminar los ríos con nuestra  suciedad, pues eso es una aberración en toda regla, pero no es lo que provoca el tan cacareado cambio climático, pues olvidamos todos en general que la tierra es un ser vivo, y tiene sus ciclos, y no la debemos forzar,  ya que ella sabe cómo seguir su ritmo hasta completar el ciclo que tiene marcado, eso sí, siempre que la cuidemos. Lo que no sé es por qué me he desviado, aunque creo que no… ahora recuerdo, solo quiero decir que nadie por el momento parece ser que ve más allá de las narices.  

Una mañana al despertar después de  haber pasado mucha pesadumbre no me apetecía salir de casa, me siento en mi sillón junto a la ventana con la intención de relajarme, entorno los ojos, sabía que me encontraba muy afectada por lo que estaba sucediendo, y no sé cómo pudo pasar, pero por primera vez creí descubrir por curiosidad algo que fue para mí una extraña revelación pues justo y frente a mi sillón había colgado en la pared un reloj,  me quedé mirándolo durante unos minutos, y  descubrí que sin percatarme de su función me estaba desvelando algo que quizás nunca quise ver, ni  que con su tic, tac, me estaba diciendo que él era el único  idóneo para marcar el tiempo, y que el tiempo que él marcaba era implacable y constante, pues sabía con maestría cómo arrojar de sí los minutos con sus latidos, diciéndonos en cada uno de esos minutos y segundos que hace pasar, que el tiempo que se pierde no vuelve, y que no dejemos para más tarde lo que se pueda hacerse en el momento,  porque el hoy es ahora, ya que la historia se escribe con cada segundo que pasa, por lo tanto no dejemos de que se apodere de nosotros  aquello que nos hace creer  en la entidad de que somos seres pasivos ante las adversidades de otras personas, pues siempre existen y han existido medios para poder atajar los males que provoca el hombre, contra otros hombres.

 Pero ¿acaso nunca llegamos a pensar en lo que puede suponer para cualquier ciudadano, cuando es obligado a tener que salir de su hogar sin la esperanza del regreso y puedan entrar de nuevo en lo que fue su casa?

 ¿Es que los políticos del mundo no sienten que el tiempo apremia y que aumenta cada minuto el sufrimiento de estos seres?

Caro que todo parece más fácil cuando nos encontramos al otro lado del espejo.

FIN




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