Con los ojos bien abiertos miro la habitación escudriño alrededor
para estar segura de que no soñaba, me tranquilizo, todo se encontraba en su
sitio, no sobraba ni faltaba nada, y esbozo
una sonrisa, pero de pronto sentí cómo
la sonrisa se congelaba en mis labios al
no saber con exactitud si lo que estaba viviendo era tan sólo una pesadilla o
una realidad.
Poco después me dirijo a la cocina me hago un café,
necesitaba estar lúcida para pensar con claridad lo que me estaba pasando, me
preparo unas tostadas con miel, y me siento a desayunar, pero entonces creo
notar que cerca de mí se encontraba algo parecido a como si una mano misteriosa
no quisiera que me llevara las tostadas
a la boca, y como si se tratara de un toque de magia, las tostadas del plato
cayeron al suelo, pero en esos momentos pasó algo que me dejó atónita, sin
llegar a salir de mi asombro, pues al caer las tostadas, y al contacto con el
suelo, éstas produjeron una explosión
como si hubieran tenido petardos en su interior.
Todo era tan irreal que ya empecé a preocuparme. Para
desconectar de todo lo que me estaba sucediendo, conecto la radio, pero tertulias,
y más tertulias. Cambio de dial, todas hablaban de lo mismo, pues en ellas solo
se podían escuchar palabras vacías, incoherentes, ministros que al ser
preguntados por los reporteros no saben qué contestar, por otro lado periodistas
sabiondos dando consejos sin saber nada de política, que para terminar todo
parecía un maremágnum, donde se habla mucho y ninguno da soluciones.
Desconecto la radio, pues sin lugar a dudas todo me parecía
un desatino.
¿Acaso nos encontramos todos los humanos sujetos por un hilo
endeble?
No soy pesimista, pero, ¿Un dedo, simplemente un dedo,
dirigido por un demente puede llegar a acabar
con un mundo que ha costado un gran esfuerzo y trabajo crearlo? Y además que muchos de estos políticos no colaboraron ni hicieron esfuerzos `para llegar hasta dónde estamos.
¿Qué está pasando para que los pueblos elijan a seres que se supone están dispuestos a gobernar sin antes preguntarles si tienen
sentido de la responsabilidad y honor hacia su pueblo?
Tampoco entiendo el por qué
se nos culpa a los de a pie por el Cambio Climático, pues de lo que
quizás somos culpables, es de la forma de vivir, al contaminar los ríos con
nuestra suciedad, pues eso es una
aberración en toda regla, pero no es lo que provoca el tan cacareado cambio
climático, pues olvidamos todos en general que la tierra es un ser vivo, y tiene
sus ciclos, y no la debemos forzar, ya
que ella sabe cómo seguir su ritmo hasta completar el ciclo que tiene marcado, eso sí, siempre
que la cuidemos. Lo que no sé es por qué me he desviado, aunque creo que no…
ahora recuerdo, solo quiero decir que nadie por el momento parece ser que ve
más allá de las narices.
Una mañana al despertar después de haber pasado mucha pesadumbre no me apetecía
salir de casa, me siento en mi sillón junto a la ventana con la intención de
relajarme, entorno los ojos, sabía que me encontraba muy afectada por lo que estaba
sucediendo, y no sé cómo pudo pasar, pero por primera vez creí descubrir por
curiosidad algo que fue para mí una extraña revelación pues justo y frente a mi
sillón había colgado en la pared un reloj, me quedé mirándolo durante unos minutos, y descubrí que sin percatarme de su función me
estaba desvelando algo que quizás nunca quise ver, ni que con su tic, tac, me estaba diciendo que él
era el único idóneo para marcar el
tiempo, y que el tiempo que él marcaba era implacable y constante, pues sabía
con maestría cómo arrojar de sí los minutos con sus latidos, diciéndonos en
cada uno de esos minutos y segundos que hace pasar, que el tiempo que se pierde
no vuelve, y que no dejemos para más tarde lo que se pueda hacerse en el
momento, porque el hoy es ahora, ya que
la historia se escribe con cada segundo que pasa, por lo tanto no dejemos de
que se apodere de nosotros aquello que
nos hace creer en la entidad de que somos seres pasivos ante las adversidades de
otras personas, pues siempre existen y han existido medios para poder atajar
los males que provoca el hombre, contra otros hombres.
Pero ¿acaso nunca
llegamos a pensar en lo que puede suponer para cualquier ciudadano, cuando es
obligado a tener que salir de su hogar sin la esperanza del regreso y puedan
entrar de nuevo en lo que fue su casa?
¿Es que los políticos
del mundo no sienten que el tiempo apremia y que aumenta cada minuto el sufrimiento
de estos seres?
Caro que todo parece más fácil cuando nos encontramos al otro
lado del espejo.
FIN
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