Los relatos de Teresa

Margarita una vez se queda sola coge el documento, y cuando lee el contenido se pone a temblar , se trataba de una trama muy bien urdida en la cual la implicaban a ella con su firma en un caso de corrupción, ya que en el caso que saliera mal la operación ella sería la única responsable, era una bomba donde en el caso de salir solo se beneficiarían unos cuantos de donde sacarían una buena tajada; pues se trataba de unos terrenos los cuales despropiarían impunemente  para más tarde hacer solares con destino a edificar, o sea que dejarían pasar un tiempo prudencial  hasta hacer de este solar  una urbanización de lujo arruinando con ello a las familias propietarias de esos terrenos, donde alegaban que no valían nada, y que de esta manera podían se despropiados por la administración.

Y ante la negativa de firmar, desde aquel aciago día para ella se desataron las furias del infierno, pues comenzaron las acusaciones de todo tipo, hasta hacerla creer que era una incompetente. Mientras tanto dentro de este núcleo se debatía que hacer con ella ya que sabía demasiado, mientras tanto tuvo varios percances que la pusieron nerviosa, un día el coche se quedó sin frenos, otro se disipo la batería cuando siempre lo tenía a punto.

Entonces para qué tantas oposiciones si cualquier sátrapa avispado puede lograr un cargo que le da el poder de tener acceso a documentos, y de esa forma desde su posición hacerse un chiringuito para llenar su bolsillo sin apenas despeinarse.

Margarita se estremece, al saber de que nadie osa enfrentarse a estos desalmados llamados “señores” ante tamaña aberración, mientras el contribuyente no cesa de pagar más y más impuestos, y que una funcionaria al negarse a seguir su juego sea defenestrada, inhabilitada  para su trabajo, solo por no salvar el ego de unos hombres indignos que lograron esos puestos de jefes para lucrarse.

Una llamada de teléfono la alerta, pues una voz desconocida le dice desde el otro lado del hilo, ayer alguien tuvo un accidente, se cayó por las escalinatas de su mansión, se encuentra muy mal, pero no para morirse, aun no ha llegado su hora. Te pido que estes atenta, si sucede lo que tiene que acontecer debes estar vigilante, pues debes ir al sepelio, donde  te encontrará entre los acompañantes tras el féretro a personas en las cuales confiaste haciéndose pasar por tus amigas.

No tardó en llegar la noticia en el periódico de la muerte de un importante funcionario, y Margarita supo, quienes eran sus amigas.